Los mayores de Zaragoza recuperan su derecho “a sentir el viento en el pelo”

El proyecto En Bici Sin Edad permite que las personas de edad avanzada monten en bicicleta con la ayuda de voluntarios. Está previsto trazar itinerarios por todos los barrios de la ciudad.

Mayores de Zaragoza paseando por la ciudad gracias a En Bici sin Edad
Los mayores de Zaragoza recuperan su derecho “a sentir el viento en el pelo”
En Bici Sin Edad

“El derecho a sentir el viento en el pelo”. Ese es el lema con el que se presenta el proyecto En Bici Sin Edad, una iniciativa social que nació en Copenhague en 2012 de la mano de Ole Kassow y cuyo objetivo es permitir que las personas de edad avanzada monten en bicicleta con la ayuda de voluntarios. En Zaragoza se puso en marcha en el mes de mayo a través de una prueba piloto financiada por el PICH (Plan Integral del Casco Histórico de Zaragoza) y gestionada por La Ciclería. Ahora, tiene la vocación de expandirse por todos los barrios de la ciudad con nuevos itinerarios y propuestas para las personas mayores.

“En España se estaba haciendo en Donosti y Barcelona, pero en todo el mundo son más de 250 ciudades implicadas. Nosotros nos enteramos del proyecto y el año pasado, en el XIV Congreso Ibérico ‘La Bicicleta y la Ciudad’, lo conocimos más a fondo y tuvimos muchas ganas de desarrollarlo aquí”, explica Daniel Arnau, coordinador de En Bici Sin Edad en Zaragoza junto con Laura Vergara. Ambos se formaron e informaron en un encuentro internacional de organizadores y voluntarios de la iniciativa que tuvo lugar en Barcelona, y entonces decidieron iniciarla en la capital aragonesa.

En mayo, de la mano del PICH, alquilaron un triciclo y empezaron la actividad en dos centros de convivencia municipales para mayores: en el Laín Entralgo, en el paseo de la Mina, y en el Salvador Allende, en el barrio de Las Fuentes. “El personal de cada centro se encargó de buscar a personas mayores que cumplieran con el perfil, y nosotros  formamos a un equipo de voluntarios para que pasearan a las personas mayores”, cuenta Arnau. Ahora, ya son más de 20 las personas que han aprendido tanto a manejar el triciclo como los valores del proyecto.

En Bici Sin Edad genera relaciones intergeneracionales entre las personas paseadas y quienes pedalean. El triciclo adaptado sirve de elemento central del proyecto, y junto a él se crean espacios de encuentro. Los principios fundamentales del proyecto son la generosidad, el pedaleo lento, respetando e interactuando con el entorno; la transmisión del saber y la experiencia, escuchando y produciendo nuevas historias; y la creación de nuevas relaciones y de un espacio positivo de interacción con la comunidad local.

Para participar como voluntario, hay que rellenar un formulario que se encuentra en la página web de La Ciclería. Solo es necesario ser mayor de 18 años, tener sensibilidad para tratar con personas mayores y disponibilidad para realizar las funciones, conocer las normas básicas de circulación urbana y recibir la formación necesaria. La próxima sesión de aprendizaje tendrá lugar el sábado 29 de septiembre de 10.00 a 13.00 en La Ciclería.

“Agosto es un mes complicado para promover actividades junto a la Administración. Además, muchos voluntarios están de vacaciones y las personas mayores suelen marcharse a sus pueblos o a la playa, pero en septiembre vamos a volver con muchas ganas”, indican los coordinadores de En Bici Sin Edad. Su intención es expandir el programa por toda la ciudad, y para ello están pidiendo subvenciones que les permitan hacer frente a los gastos propios de la iniciativa.

Además de la prueba piloto con el PICH, en julio el proyecto se dirigió al centro de mayores de Valdefierro, donde la experiencia “fue muy positiva”, señala Arnau. Realizaron un par de salidas y los coordinadores están dispuestos a estudiar itinerarios nuevos por los que sea viable circular con el triciclo. De cara a septiembre aún no hay rutas perfiladas, puesto que los organizadores desconocen con qué centros podrán trabajar. “Estamos en contacto con la Oficina del Mayor del Ayuntamiento de Zaragoza, que es la que coordina todos los centros, y en función de lo que nos digan nos pondremos a trabajar”, dice Arnau.

Desde En Bici Sin Edad se están encontrando con que aunque hay barrios más envejecidos que otros, “todos los centros de convivencia de la tercera edad municipales son parecidos y los que acuden a ellos tienen necesidades muy similares”. Por ello, la idea del proyecto es trazar una ruta que permita estar un tiempo determinado, una semana o dos, en cada uno de los barrios de Zaragoza para desarrollar varias salidas que amplíen la oferta y beneficien a los mayores.

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