La tormenta fuerza el cierre del parque del Tío Jorge y la revisión de cientos de árboles

La tromba se cebó con la margen izquierda, donde la limpieza de las calles se prolongará durante varios días.

Los efectos de la tormenta que el domingo descargó con fuerza en varios puntos de Aragón todavía son visibles en la capital. La intensidad del viento, con rachas de hasta 109 kilómetros por hora, derribó más de medio centenar de árboles en las calles de la ciudad, y al menos una veintena en el parque del Tío Jorge, que fue el más afectado por la tromba y que tuvo que ser cerrado el lunes al público mientras los técnicos municipales analizan el riesgo de desplome de cada uno de los ejemplares de esta zona verde.

Con la de este fin de semana son ya tres las tormentas de alta intensidad que azotan Zaragoza en lo que va de verano así que, como se suele decir, llueve sobre mojado. Cuando todavía no se habían retirado de las calles todos los troncos y restos del último episodio –el 11 de julio–, el viento volvió a poner en jaque el arbolado de la ciudad, que acusa la falta de podas y la inestabilidad del firme tras las últimas precipitaciones.

Los servicios de emergencias recibieron tras el aguacero más de 150 avisos por inundaciones y desprendimientos. Los Bomberos se afanaron durante toda la tarde y hasta la 1.00 de la madrugada en retirar troncos, semáforos, cornisas... A la mañana siguiente, a las 7.00, reanudaron las tareas, pero las llamadas seguían entrando por lo que, tras dar respuesta a 67 incidencias a lo largo del día, a última hora de la noche todavía tenían una docena pendientes de atender.

El parque del Tío Jorge de Zaragoza, cerrado para inspeccionar sus árboles.

Aunque se registraron incidencias en prácticamente toda la ciudad, por ejemplo en barrios como Casablanca o Universidad, desde el Ayuntamiento explicaron que las brigadas de limpieza pública se redistribuyeron por la margen izquierda, la zona más afectada por la tormenta, y donde quedaban ramas y troncos por retirar tras la actuación de los bomberos en una treintena de calles y plazas

Sin heridos

Su presencia fue necesaria en puntos como San Juan de la Peña, Pirineos, Francisco Oliván, Somport, Ortíz de Zárate... En la avenida de María Zambrano se tuvo que acordonar un edificio de viviendas, en el número 46, ante el riesgo de desprendimientos en uno de sus balcones. Además, el viento arrancó la persiana metálica del supermercado que ocupa los bajos del inmueble. Los técnicos de Urbanismo deberán determinar en los próximos días las actuaciones necesarias.

También tendrán que evaluar el alcance de las afecciones en la guardería ubicada en la calle del Valle de Gistaín número 44, donde el viento arrancó parte de la cubierta y cuyas tejas dañaron vehículos, un garaje y un comercio cercanos. El parte de incidencias es inabarcable. En el número 192 de San Juan de la Peña se desprendió y cayó a la acera el forjado de un balcón del décimo piso. Afortunadamente, ninguna persona resultó herida.

Por su parte, la Policía Local trabajó para reabrir el tráfico rodado en media docena de calles que todavía estaban cortadas por los efectos de la tromba, como en la avenida de Ranillas, entre Juslibol y el Cuarto Cinturón. A lo largo de la mañana se fue devolviendo la normalidad a todas las vías de circulación.

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