Los enemigos del pino zaragozano

El escarabajo ‘tomicus’ y la procesionaria atacan lugares como los Montes de Torrero o Acampo Hospital, aunque desde hace décadas se combate para controlarlos.

Ejemplar prácticamente seco en Acampo Hospital, entre El Burgo de Ebro y Mediana de Aragón.
Ejemplar prácticamente seco en Acampo Hospital, entre El Burgo de Ebro y Mediana de Aragón.
Heraldo.es

Son los peores enemigos de los pinos zaragozanos, y sus ataques en ocasiones se hacen muy evidentes. Los pinares que rodean la capital aragonesa sufren los efectos de dos insectos que son toda una plaga, aunque desde hace décadas se trabaja para controlarlos: el  'tomicus' y la procesionaria.

Como se ve en la imagen que ilustra esta página –correspondiente a Acampo Hospital–, los ataques de estos insectos llegan a secar los árboles. Este pinar se ubica entre El Burgo de Ebro y Mediana de Aragón, junto a la balsa de La Salada, en plena estepa zaragozana. Tiene 160 hectáreas y cuenta con miles de pinos, algunos de los cuales se han secado en los últimos meses.

Según señalan desde el área de Conservación del Medio Natural del Ayuntamiento de Zaragoza –pese a estar a 17 kilómetros, pertenece al término municipal de la capital aragonesa–, estos ejemplares se han podido ver afectados por cualquiera de estos dos insectos. En el caso de los ataques de procesionaria, los pinos no suelen morir aunque parezcan secos, y al cabo del tiempo sus hojas vuelven a rebrotar. A no ser que afecte a algún pino viejo o enfermo, en cuyo caso sí acaban falleciendo.

De todas formas, el 'tomicus', afirman desde el Consistorio, es más habitual que se cebe con los Montes de Torrero. Ataca a los pinos más debilitados, que no pueden exudar resina para defenderse. El pequeño escarabajo hace una galería en el interior de la madera, como si fuera carcoma, y deposita allí sus larvas. Su proliferación en el interior del pino hace que se corte la circulación de la savia, lo que le da al ejemplar un tono amarillento, y acaba con su muerte.

Los funcionarios de Medio Ambiente del Ayuntamiento controlan pino a pino los Montes de Torrero para detectar el 'tomicus'. Cuando eso ocurre, retiran el árbol entero para acabar con los insectos y evitar su propagación por el pinar. Llevan desde los años 90 trabajando para evitar que se extienda, y los años de experiencia les han ido enseñando cómo actuar. Durante una época, incluso ponían ‘árboles-cebo’ para que los escarabajos entraran en ellos, aunque había quien acababa llevándoselos para aprovechar la madera.

Hasta 400 ejemplares retirados

En febrero o marzo comienzan a recorrer los pinares, y ya entonces ven qué ejemplares pueden acabar muriendo. Todos los años retiran decenas de ellos. Suelen ser entre 50 y 400, los años que más. No obstante, desde el área de Conservación del Medio Natural del Ayuntamiento señalan que "no es una plaga destructiva", y que su incidencia "no es grave" ni en los Montes de Torrero ni en el resto de pinares de Zaragoza, pese a lo cual se va a seguir controlando.

Insectos al margen, estos funcionarios encargados de la conservación de la naturaleza recuerdan, como han hecho en otras ocasiones, que los Montes de Torrero están "en una situación límite", con "equilibrio muy justo". El problema es que algunas zonas se plantaron ahora hace casi un siglo, en una zona con un suelo muy compacto que no es el mejor. Por eso, en el Ayuntamiento ya se plantean que "hay que hacer una regeneración" para garantizar el futuro de este pulmón verde a las puertas de Zaragoza.

Por eso, van fomentando que crezcan nuevos ejemplares, aunque con la dificultad que suponen la falta de luz –por la altura y cercanía del resto de pinos– y lo frecuentado del terreno, por donde pasan muchos paseantes y ciclistas, especialmente los fines de semana.

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