Se enfrenta a un año de cárcel por la venta de una cosechadora

La Fiscalía acusa de apropiación indebida a un empresario que no entregó la máquina y se quedó con la señal.

El juicio por la presunta violación se celebró el pasado lunes en la Audiencia Provincial de Zaragoza a puerta cerrada.
El juicio se celebró en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Heraldo.e

La compraventa de una cosechadora de alta gama sentó ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza a Antonio Miguel B., el propietario de una empresa de maquinaria agrícola situada en Ejea de los Caballeros. La Fiscalía solicita para él un año de prisión por un delito de apropiación indebida así como 16.000 euros de indemnización por el dinero que presuntamente se quedó.

Los hechos que se juzgaron ayer se remontan a junio de 2016. El ministerio público considera probado que en esa fecha el acusado pactó la venta de una cosechadora de alta gama marca New Holand por importe de 66.550 euros con unos hermanos de Fuentelaencina (Guadalajara). Los compradores entregaron 16.000 euros como señal (10.000 a través de una transferencia y 6.000 en efectivo, aunque el acusado negó haber recibido esta segunda cantidad) y acordaron que el resto del dinero se entregaría cuando recibieran la cosechadora.

Sin embargo, ese momento nunca se produjo. De hecho, los hermanos de Guadalajara tampoco recibieron el dinero de la señal y por ello denunciaron al empresario ejeano. El abogado de la acusación particular, Javier Martínez Atienza, solicitó una condena de seis años: tres por estafa y otros tantos por apropiación indebida. "Se dan todos los elementos del engaño", apuntó el letrado, "nunca hubo intención de cerrar esa venta", añadió.

La defensa, ejercida por la abogada Cristina Ruiz-Galbe, rechazó las acusaciones de estafa y apropiación indebida y pidió la libre absolución de su representado, al que también señaló como perjudicado, pues según dijo este asunto le ha generado "unos problemas fiscales terribles".

"Querían pagar en negro"

"Yo creo que les he vendido la máquina y lo que tienen que hacer es terminar de pagarla", dijo en su defensa Antonio Miguel B., que solo reconoció haber recibido una transferencia de 10.000 euros. El acusado afirmó que el desencuentro con los compradores radicó en que estos querían una factura de 30.000 euros y el resto "en ‘b’".

"Nosotros no propusimos pagar en negro porque con el contrato proforma que hicimos pedimos un préstamo y teníamos el dinero", dijo uno de los denunciantes ante el tribunal de la Sección Primera. Este hombre dijo que se sintió "engañado" y que solo quiere recuperar el dinero que dio en concepto de señal porque ya han comprado otra máquina.

"No podemos admitir que por desacuerdos en un contrato el vendedor se quede con el dinero y con la máquina", aseveró el fiscal para justificar su petición de un año de cárcel. El juicio quedó ayer visto para sentencia.

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