Absuelto un miembro del clan de los San Segundo al no ser identificado por la víctima de un tocomocho

La Audiencia de Zaragoza aprecia dudas en la identificación que hizo el anciano que fue golpeado y asaltado durante las fiestas del Pilar de 2014. El encausado pertenece a una familia asentada en Navalcarnero (Madrid) especializada en este tipo de timos.

Francisco Javier P. S., durante el juicio que se celebró contra él en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Francisco Javier P. S., durante el juicio que se celebró contra él en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Oliver Duch

El tribunal tiene sospechas de que Francisco Javier P. S., de 33 años, fue uno de los dos timadores que en octubre de 2014 golpeó y robó 6.000 euros a un anciano en Zaragoza. Sin embargo, las dudas de la víctima a la hora de identificar a sus agresores llevan a los magistrados a valorar que esas sospechas no son suficientes para enervar la presunción de inocencia que le ampara, por lo que no tienen otro remedio que absolverlo.

Así lo dicen en su sentencia, en la que declaran probados todos los hechos que se produjeron aquel día salvo que uno de los autores de los mismos fue Francisco Javier P. S. Este hombre es un miembro del clan de los San Segundo, un grupo familiar ubicado en Navalcarnero (Madrid) que lleva viviendo del timo del tocomocho o similares desde los años 70. Sus integrantes han sido detenidos en innumerables ocasiones, pero, aunque también han pisado la cárcel, en muchas han salido absueltos por falta de pruebas.

Una de las bazas que juegan estos delincuentes es la elección de sus víctimas, gente mayor, con facultades mermadas, con problemas cognitivos para quedarse con la cara de los timadores y que incluso luego se avergüenzan de reconocer que ha sido objeto de una estafa porque quisieron aprovecharse de un 'pobre tonto'. Por eso, cuando van a comisaría y la Policía les pone delante un álbum con fotos de delincuentes les cuesta mucho señalar al autor.

En este caso, M. M. P., el perjudicado, no reconoció a Francisco Javier P. S. en la primera identificación que hizo, aunque la fotografía de este se encontraba entre las que le mostraron. Luego lo marcó en una segunda diligencia en la que las tres fotos eran del sospechoso. En una rueda practicada después en el juzgado con hombres de similares características no lo volvió a reconocer, aunque en el juicio que se celebró en la Audiencia de Zaragoza la semana pasada dijo que podría ser él tanto el de las tres fotos que le volvieron a ser mostradas como el que estaba sentando en el banquillo de los acusados. 

Para los magistrados de la Sección Primera esta inconsistencia en los reconocimientos, como resaltó el abogado defensor del encausado, José Cabrejas, son suficientes para crear dudas sobre su autoría y absolverlo.

En este caso, Francisco Javier P. S., con antecedentes penales, se enfrentaba a una pena de dos años y medio de cárcel ya que cuando, junto a su compinche, vieron que el timo se frustraba al echarse atrás la víctima, le golpearon y le quitaron el dinero por la fuerza. El cómplice, identificado como Rafael S. I., también fue absuelto en el juicio que se celebró con anterioridad contra él.

La Audiencia declara probado que sobre las 12,30 del 15 de octubre de 2014, el hombre fue abordado en la plaza de San Gregorio de Zaragoza por una persona no identificada que le preguntó dónde estaba una calle para poder cobrar un número premiado de la ONCE y le ofreció unos números premiados a cambio de dinero, en ese momento, apareció un tercero que, en connivencia con el anterior, manifestó querer participar en la operación. Acto seguido se fue y volvió al poco con un fajo de dinero.

M. M. P. marchó a una sucursal del BBVA pero no logró sacar dinero por no llevar la libreta y luego fue a su sucursal en la avenida de Salvador Allende donde extrajo 6.000 euros. Al salir se reunió con los dos desconocidos quienes le dijeron que se subiera al vehículo que conducía uno de ellos, lo cual hizo voluntariamente. En el trayecto le pidieron que sacara el dinero y lo metiera junto con el fajo de billetes que portaba uno, pero el hombre no estuvo conforme y les pidió que lo llevaran a su casa.

Los dos delincuentes se negaron y condujeron hasta el kilómetros 307 de la autovía de Madrid, donde detuvieron el coche, pegaron varios puñetazos a M. M. P. y le sustrajeron los 6.000 euros y un anilló valorado en 160 euros y el Documento Nacional de Identidad. El anciano sufrió lesiones físicas de las que tardó 15 días en curar.

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