En Zaragoza hay más de 50 cajas nido para murciélagos

Desde 2012, el Ayuntamiento de Zaragoza trabaja en un Programa Municipal de fauna urbana para aumentar la población de este mamífero, “muy beneficioso” para el control de insectos.

Algunas de las cajas para murciélagos colocadas en Zaragoza.
Algunas de las cajas para murciélagos colocadas en Zaragoza.

Quien acostumbre a pasear bajo los puentes de la ribera del Ebro, ciertos parques o por la zona del Galacho de Juslibol, tal vez se haya topado con alguna de estas cajas de madera que presentan un símbolo que imita al del conocido superhéroe Batman. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, se trata de una de las casas nido colocadas por el Ayuntamiento de Zaragoza como parte del Programa Municipal de fauna urbana de murciélagos, que tras varios años por fin comienza a dar los primeros resultados.

“No tenemos ninguna obligación de trabajar con esta especie, pero creímos interesante hacerlo porque se trata de un tipo de fauna que se va perdiendo en los entornos urbanos y que contribuye a controlar ciertas plagas como la mosca negra o el mosquito”, asegura José Antonio Pinzolas, técnico de la Agencia de Medio Ambiente y Sostenibilidad del consistorio zaragozano.

“Cada uno de estos ejemplares puede llegar a cazar miles de insectos en una sola noche, lo que los convierte en verdaderamente beneficiosos para el entorno”, asegura Pinzolas. En la actualidad, hay más de medio centenar de estas casas nido esparcidas por las principales zonas verdes de la ciudad. “A día de hoy todas las cajas están funcionando bien, y creemos que la población de murciélago de Zaragoza crecerá, pero no es algo que vaya a ocurrir de la noche a la mañana”, asevera.

La colocación de estas cajas comenzó en el año 2012 de la mano de las brigadas municipales, que año a año se ha ido ampliando. Por supuesto, estos nidos presentan una serie de peculiaridades: “Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta esta especie es el dar con lugares para refugiarse, y no servía cualquier cosa. Nos costó un tiempo dar con el modelo definitivo”.

Así pues, estas cajas refugio construidas por los propios trabajadores municipales disponen de un pequeño orificio –“por el cual no puede acceder un ave, son de apenas 2 centímetros”, indica Pinzolas-; y en su interior se posan boca abajo durante el día. “Hace un semana llevamos a cabo una inspección y estaban casi todas llenas, y muchos ejemplares hembra llevaban a su cría colgada”, añade.

Igual de importante que la disposición y el diseño de estas cajas es su colocación, que debe de situarse a una altura que permita llevar a cabo su control sin necesidad de abrirlas para evitar que se sientan amenazados. “Llevamos una linterna especial que nos permite realizar un conteo aproximado desde abajo”, explica Pinzolas.

En la capital contamos con varias especies de murciélago: “La más importante es el murciélago común o enano (Pipistrellus Pipistrellus), que es, como su nombre implica, uno de las especies de menor tamaño”.

Además, una vez al año, durante el mes de septiembre, la capital aragonesa celebra la Noche de los murciélagos. Una cita que se organiza en toda Europa y en la que se trata, entre otras cosas, de desmontar los falsos mitos que existen en torno a esta especie. “Hay gente que todavía cree que en Aragón hay murciélagos chupasangre o que contagian el ébola, nos queda mucho por hacer en este sentido”, concluye.

Precisamente para llevar a cabo este programa, desde el Ayuntamiento han contado con la asesoría de  José Manuel Sánchez, experto en murciélagos y miembro la Sociedad Española para la Conservación de los Murciélagos (SECEMU). “Tan solo en la península ibérica existen más de 30 especies de murciélago, algunas muy escasas y la gran mayoría protegidas, incluso alguna en peligro de extinción. En Zaragoza hemos llegado a ver hasta 7”, explica.

¿Qué y cuánto come un murciélago?

“El más abundante es el enano, aunque también encontramos la especie de Cabrera. Cada uno de estos ejemplares pesa unos 7 gramos y es capaz de comer hasta casi la mitad de su peso en mosquitos. Eso son miles de mosquitos”, asegura el experto. En cuanto a su modus operandi, estos mamíferos son insectívoros y totalmente nocturnos, sin embargo, lejos de lo que la gente cree, no son ciegos: “Ven igual que nosotros, lo que ocurre es que se alimentan de noche gracias a los ultrasonidos, es decir, transforman lo que oyen en imágenes”, añade.

Además, otra curiosidad de estos mamíferos es que, cada especie, suele centrar su dieta en un insecto concreto: “Por ejemplo, el Orejudo Gris come polillas, lo que los convierte en un factor muy beneficioso para controlar la procesionaria; o el Ratonero come escarabajos, arañas y saltamontes”.

Sin duda, otro de los grandes retos de los expertos es acabar con los prejuicios que rodean a esta especie en lo relativo al contagio de enfermedades. “Por supuesto, al toparse con un ejemplar hay que tomar precauciones, pero como se tiene que hacer con cualquier otro animal. La recomendación es usar protección antes de tocarlos y, ante la duda, contactar con los expertos”, asevera Sánchez.

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