Un pequeño huracán en las inmediaciones del aeropuerto de Zaragoza

El fuerte viento alcanzó rachas de hasta 157 km por hora durante la tormenta de este domingo por la tarde, que derribó árboles e inundó la terminal de pasajeros.

Goteras en la terminal del aeropuerto.
Goteras en la terminal del aeropuerto.
Heraldo.es

Como si de un huracán se tratase. De esta forma se vivió durante unos minutos la tormenta que azotó este domingo por la tarde a parte de la capital aragonesa, así como a otros puntos de la provincia de Zaragoza.

La lluvia y el fuerte viento, con rachas que alcanzaron a las 18.49, según la Aemet, los 157 kilómetros por hora en el aeropuerto de la capital, sorprendieron especialmente a los vecinos del barrio de Garrapinillos, el más afectado.

Los Bomberos recibieron numerosos avisos a causa del viento y la lluvia, principalmente por la caída de varios árboles sobre la calzada a lo largo de la tarde. Pero no hubo que lamentar daños personales.

Así, efectivos de bomberos del Ayuntamiento acudieron a los viveros Montecarlo, a la urbanización Torre del Francés y al camino de las Moreras para atender llamadas de vecinos, asustados por una tromba que apenas duró unos minutos.

La carretera nacional N-125, en el camino de Bárboles, tuvo que cortarse mientras se troceaba y retiraba un árbol de gran porte que se desplomó sobre la vía.

El agua, que cayó intensamente durante algunos minutos, se filtró en la terminal del aeropuerto de Zaragoza en forma de grandes goteras, que inundaron parte de la terminal de pasajeros. Sin embargo, ningún vuelo se vio afectado.

Horas antes de la tromba en Zaragoza, otra fuerte tormenta afectó a Longares. En este municipio zaragozano el vendaval provocó importantes destrozos en el casco urbano, el cementerio y en los campos. En apenas un cuarto de hora, entre las 15.15 y las 15.30, el viento derribó al menos 40 árboles.

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