"Mi cercanía con los críos es tremenda. En mi cabeza no cabe que uno salga triste del cole"

Santiago Vicente, el director del CEIP Zalfonada, cumplirá los 60 en julio y se jubilará el 31 de agosto. Estos son sus últimos días en el centro, después de toda una vida dedicada a la enseñanza y a la defensa de la escuela pública.

Se define como independiente, de izquierdas y políticamente "muy incorrecto", pero cuando se trata de hablar de sus alumnos, a Santiago Vicente, actual director del CEIP Zalfonada, se le llena la boca con palabras bonitas y mensajes de agradecimiento. "El alumnado te da vida, te enseña muchísimo, aprendes siempre de él... Yo nunca he abierto un expediente porque confío mucho en los chavales y mi cercanía con los críos es tremenda. En mi cabeza no cabe que uno salga triste del cole", cuenta con una sonrisa mientras enseña algunos detalles que le han hecho en sus últimos días como director.

Para Santiago, quien cumplirá los 60 en julio y se jubilará al mes siguiente, este fin de curso es especial y llega cargado de emociones, pues se despide de toda una vida dedicada a la enseñanza y a la defensa de la escuela pública. Primero como padre de un alumno del colegio Zalfonada, tras mudarse a finales de los 80 a esta parte de la margen izquierda; después como profesor y jefe de estudios, y en los últimos siete años, como director, tras la jubilación de Tomás Tago, "compañero de mil batallas sindicales", dice al recordar aquellos años.

Video:Mi cercana con los cros es tremenda. En mi cabeza no cabe que uno salga triste del cole

¿Cómo está viviendo estos últimos días en el colegio, ante la llegada de su jubilación?-Estos últimos días con muchas emociones... Los chavales me han hecho un homenaje precioso; a todos les llamo 'ositos' y 'tocinitos', y me han regalado cantidad de dibujos y caretas de cerditos -que digo '¡jo...! ya les podía haber llamado porsches o maseratis!' -bromea-. Los críos son encantadores. He recibido una cantidad de regalicos y tarjetas de 'te queremos mucho', 'por favor, no te vayas'... que son alucinantes. Cuando los críos viven esas emociones, que no sabían siquiera lo que era una jubilación (lo han ido aprendiendo estos días), para mí es especial. También es cierto que la cercanía con los críos mía es tremenda. En mi cabeza no cabe que uno se vaya triste del cole; en Infantil y en Primaria sería una aberración tremenda. Algo pasa cuando un crío sale de aquí mal o sale triste.

En estos años, ¿qué cosas han cambiado -tanto a mejor como a peor- en el Zalfonada?-Ha cambiado muchísimo, sobre todo, la bajada de la natalidad. En los colegios de la margen izquierda estamos perdiendo vías; a cambio, por ejemplo, el año que viene tendremos un aula preferente TEA. La bajada de la natalidad se nota muchísimo... En el lado bueno, el profesorado se ha renovado bastante: es joven, con iniciativa y muchas ganas de trabajar. Aquí en el cole la gente es majísima y te ayuda con cualquier cosa o cualquier proyecto de innovación que planteas. Enseguida se prestan a apoyar iniciativas como el huerto escolar; el tema de ajedrez en la escuela... en la cantidad de proyectos que andamos metidos la verdad es que el profesorado siempre se va implicando y contagia a las familias. 

De todos ellos, ¿qué proyectos le ilusionan más?-El programa de ajedrez en la escuela me gusta mucho, y estamos montando en paralelo unos torneos intercentros donde colabora toda la comunidad educativa. Aquí vienen más de 100 niños de diferentes colegios, y empezamos en el barrio nosotros. Se apuntó Parque Goya, Hermanos Marx, ahora Catalina de Aragón, Agustina de Aragón... Los chavales están en el comedor toda una tarde entera, los padres están en otro sitio para que no intercedan y ven a los niños jugar. Vienen abuelos, padres, la AMPA monta un servicio de cafetería con pastas... Llevamos seis años con esto y cada trimestre lo organiza un centro, y así vamos potenciándolo. Llegará un momento en que tendremos que pararlo porque no sabremos dónde meter tanta gente para que esté cómoda y bien... Luego llevamos también ocho años con un ejercicio anual de orientación en el Parque Tío Jorge. Lo hacemos siempre en la primera semana de junio y este año participaron más de 800 niños de Primaria. Empezamos también solitos y este año hemos sido ya 13 colegios.

¿Crece de manera proporcional a los tiempos el presupuesto destinado a Educación? Según Eurostat, España es el cuarto país de la UE que menos dinero invierte en Educación.-Desde luego que no... Me acuerdo en los viejos tiempos, hace 20 o 30 años, que hablábamos de llegar al 7% de PIB, que era la media de la Unión Europea, y seguimos por debajo del 4. Yo personalmente considero que los Gobiernos no tienen la escuela pública como prioridad política. Detrás empieza a aparecer un mecenazgo de empresas cada día mayores donde colaboran compañías mineras, informáticas, de seguros, bancos, medios de comunicación... Pero al final ese mecenazgo tiene un precio y habrá que pensar cuál es. Ese mecenazgo lo que no puede tampoco es paliar recursos. A lo mejor el sistema tiene que ir de otra manera. No para todo el mundo valen esos mecenazgos y lo que hacen es convertir a los centros en dispensadores de servicios, y esto también se nota muchísimo.

¿Se está descuidando un poco la función educativa?-Se olvida y, de hecho, cuando hablas con otros directores te dicen que pocos padres piden el programa educativo. Cuando lo presentamos en las jornadas de puertas abiertas, sí; pero te preguntan : '¿y darán de desayunar?', '¿y habrá servicio de madrugadores?', '¿y no puede ser un poco antes?', 'pues vaya, me iré a otro colegio'.

¿Dónde pondría usted el foco? -A mí me gustaría que vieran el proyecto educativo, cómo funcionamos, cuál es nuestra línea de educación; qué queremos del alumno. No queremos, dentro de un marco curricular, que cada día sean asignaturas estancas. Procuramos abrirlo con desdobles de ajedrez en Infantil, en Matemáticas, en Lengua... la mitad de la clase; pero, claro, las plantillas están muy cerradas, muy reducidas todavía pese a los incrementos de los últimos años...

Vivieron tiempos duros en época de crisis.-Han sido alucinantes los recortes que hemos sufrido, pero tremendos... Coincidía con un partido político y coincidía con una crisis económica (yo dudo mucho que uno u otro hubieran hecho exactamente lo mismo), pero el "con menos es más", ese lema en educación es una aberración; no tiene sentido que vayamos de esa manera. Y se nota todavía porque encima aquí en este cole nunca frenamos nada... Y se saca adelante todo a base de implicación y horas fuera de jornada.

¿Qué papel desempeñan las familias?-Aquí tenemos un AMPA alucinante que durante esta época de crisis nos ponía una media de 1.000 - 1.700 euros para comprar tabletas desde los tres años; y si se estropeaba algo ahí estaban. Poníamos en común lo que nos gustaría mejorar, y donde no llegaba el colegio encontrábamos el apoyo de las AMPAS. Por otro lado, los padres necesitan servicios, los trabajos cada día son más heterogéneos (no todo el mundo tiene vacaciones en agosto), y empieza el sistema educativo a no acomodarse a una realidad social. Habitualmente se pide a los centros que solventen todo este tipo de historias: "Bueno, pues mire usted, no se preocupe, no venga el día 10 y se incorpora el niño el 16; si hay algo que no puede entregar se lo guardamos...". No pasa nada, damos soluciones, pero yo veo que los centros educativos no están para solventar problemas familiares, sociales y laborales; si la educación es obligatoria, es obligatoria por nuestra Administración, y corresponde a nuestros Gobiernos solucionar los problemas de conciliación. No es el centro el que tiene que abrir cada día más pronto, el que sin comedor no puede vivir, que si meriendas, cenas... Siendo obligatoria la enseñanza corresponde a la Administración tomar medidas para que la apertura de centros sea completamente gratuita para todos (y no becas ahora sí ahora no, etc.).

A veces surgen desencuentros entre las familias y los centros sobre la cantidad de deberes que tienen los niños. ¿Debería haber instrucciones claras a este respecto por parte de la Administración para evitar diferencias entre colegios de un mismo barrio, por ejemplo?-Es normal que los deberes sea un elemento de debate, primero porque muchos padres están sujetos a las tareas del niño; y el niño cuando sale de aquí se ha pegado desde las 7.30 de la mañana alguno hasta las 16.00 que sale, más luego kárate, jota, pintura, academia de inglés y demás actividades que le meten... Y luego hay que hacer los deberes. Yo les digo, ¿pero tú sabes que estás haciendo con este chaval? Teóricamente el chico tendría que tener algunas tareas en las que nunca tengan que intervenir los padres: tareas de creatividad, de imaginación... tal vez algunos minutos de algo de refuerzo, porque le hace falta; pero no generalizar. Ese es el problema de la escuela, que está todo estandarizado cuando cada vez es más diverso el alumnado. Yo me jubilo, pero seguiré peleando con esto desde mi organización sindical, desde STEA, y tengo muy claro que algún día empezaremos a ver todo esto de otra manera.

??¿Qué es lo que más echará en falta a partir de ahora? -El alumnado. El alumnado te da vida, te enseña muchísimo, aprendes siempre de él... Estos críos que en algún momento dado tienen dificultad... Nunca he abierto un expediente. Confío mucho en los chavales. Eso sí, anoto todo, y más cuando estaba de jefe de estudios. Yo no aviso a los papás para nada, pero hablo con el crío y le hago entender las cosas. El compromiso es tremendo. Muchas veces hablas con ellos y desaparece el problema. Siempre hay alguno que no cumple los compromisos y a estos en la próxima salida o excursión que hacemos se les dice "no vas a poder ir"; así una detrás de otra... Ocurre una, dos o tres veces al año. Pero detrás de ese niño que no cumple compromisos hay una familia que tampoco los cumple. Y eso es así. Los chavales en cierta manera pagan lo que hay detrás.

En 1981 se matriculó en la primera promoción de Educación Especial y después trabajó en los equipos de orientación del centro, cuando se pusieron en marcha. ¿Tiene el recuerdo de alumnos que, años después, le hayan buscado para agradecerle su labor?-Sí, y han sido muchísimos además. Aquí (en el despacho) tengo una placa de una niña con síndrome de Down y sus padres, donde en los viejos tiempos cuando vine a este cole de PT había muchos más medios... Curiosamente, además, estábamos viviendo con inflaciones tremendas, igual que cuando se construyó este cole. Se hicieron cientos de coles iguales (tetris) en cuatro meses; todos con placas de cemento, bloques enteros, siliconas para cubrir, apoyos, vigas... Y se hicieron con Los Pactos de la Moncloa, porque la inmigración del campo a la ciudad seguía viniendo. Todos públicos. Años 80, 81, 82... La amenaza del golpe de Estado, inflación al 40%. Año 85, Felipe González, mayoría absoluta: concertada. Son políticas... Pero cuando hablan de libertad de elección de centro, a mí me ponen malo... Yo pienso en la escuela rural y digo, muy bien, ¿y el chaval de Épila o el de Villadoz? ¿Qué capacidad tiene de elección? Da igual... esta es mi guerra, y aunque me jubile pienso seguir peleando.

¿Qué le gustaría cambiar del sistema?-Para mí, lo más aberrante es el currículo de Primaria, que se ha ido redefiniendo hacia una sobrecarga brutal de contenidos repetitivos para una evolución continua poblada de continuos exámenes que generan ansiedad y miedos en alumnado y familias. El trabajo diario del niño es monótono y está supeditado a aprobar, no a aprender. Eso lo sabe el profesorado, y buena parte del mismo hace lo posible y lo imposible para que el alumno acceda a otros escenarios pedagógicos, pero tenemos una reata de leyes educativas que van por otro lado con horarios sobrecargados, ratios elevadas, asignaturas estancas y estandarizadas, plantillas reducidas y muy recortadas todavía... La Primaria debe fundamentarse en implementar metodologías en todas las asignaturas que fomenten la socialización del alumnado y la inclusión, en que adquiera habilidades sociales básicas, en potenciar su creatividad e imaginación, el pensamiento divergente o lateral (no lineal), la investigación de su medio, el cálculo mental, el dominio de las cuatro operaciones básicas y de la lectoescritura a través de las TIC, el ejercicio físico... Y muy poco más, si se quiere, acompañando todo el proceso del aprendizaje verbal de una lengua extranjera que siga las mismas pautas pedagógicas. Hay que huir de la metodología basada en certezas, que el alumno debe aprender y reproducir cuando vivimos en un mundo cambiante minuto a minuto. Mucha gente podrá pensar que todo ello es una utopía, incluso un desatino. Para mí debería ser un proyecto de Estado. 

El director del Zalfonada, Santiago Vicente, a punto de jubilarse, con la foto que le ha regalado una familia del cole.

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