La emotiva despedida al maestro y director de un colegio de Zaragoza

El actual director del CEIP Zalfonada, que entró como PT al centro en el año 2000, se jubila este verano. Los alumnos y profesores aprovecharon la fiesta de fin de curso para rendirle un cálido homenaje.

Emotiva despedida al director del CEIP Zalfonada

La fiesta de fin de curso es ilusionante por muchos motivos, pero este año, en el CEIP Zalfonada, se ha vivido de una manera especial.  Santiago Vicente, actual director del centro, se jubila después de toda una vida dedicada a la docencia; y sus alumnos han derrochado ternura, creatividad e ingenio para darle un cálido adiós.

"Estos últimos días están siendo de muchas emociones... Los chavales me han hecho un homenaje precioso, con cantidad de regalos, dibujos, un escudo, una canción... Planta por planta me hicieron pasillo y me hizo muchísima ilusión... ¡No había visto tantos niños juntos en mi vida!", relata todavía emocionado el director que llegó al Zalfonada a finales de los 80 como padre de un alumno del centro y acabó convirtiéndose al poco tiempo en PT de los primeros equipos de orientación del colegio. "Fue un buen año 1985 -recuerda-. Trabajé unos meses como interino en Urrea de Jalón y en el CP Monsalud, aprobé oposiciones y nació Borja, un crío genial que, por supuesto, fue alumno del CP Zalfonada desde los cuatro años". En sus primeros años en el colegio se enfrentó por su hijo a la APA cuando no admitieron que el pequeño quisiera apuntarse a extraescolares de gimnasia rítmica "por ser un deporte de niñas", le dijeron. "Intervino la directora (Teresa Vicente) y fue el niño más aplaudido en la exhibición de final de curso", cuenta orgulloso.

Ahora, sus compañeros de profesión (antiguos y actuales) le han preparado también a modo de homenaje una biografía en la que recogen además de esta y otras anécdotas "que no se pueden contar", algunos hitos de su trayectoria profesional, sindical y vital que a Santiago le gustaría recordar siempre.

- "¿Y ahora qué?", le preguntan muchos.

- "Ahora quiero viajar, perderme por los Países Bajos y Sudamérica unos días, que tiene mi mujer familia allí... Pero aunque me jubile -apostilla- seguiré peleando desde mi organización sindical, desde STEA, para que la diversidad del alumnado y el papel de la escuela pública se vean algún día de otra manera", afirma sintiéndose muy "orgulloso" de su colegio, pero sin ocultar su desencanto por "el inmovilismo y la falta de una total prioridad política" hacia la educación pública.

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