El Ayuntamiento prueba un nuevo sistema para contar los usos de los carriles bicis

Tras fracasar otros métodos, ZEC instala un mecanismo en Gran Vía que registra las variaciones magnéticas al cruzarlo.

El contador de espiras inductivas se ubica bajo la calzada ciclista, junto a la plaza de Paraíso
El Ayuntamiento prueba un nuevo sistema para contar los usos de los carriles bicis
Oliver Duch

El Ayuntamiento de Zaragoza ha puesto en marcha una prueba piloto para conseguir medir el uso real de los carriles bici de la ciudad, un objetivo que se le resiste. Los técnicos de Movilidad han probado en el pasado diferentes mecanismos sin mucha suerte, y ahora se han decidido por un sistema que, instalado bajo el asfalto, mide las variaciones magnéticas que generan al pasar los ciclistas.

De momento se ha fijado un dispositivo en el carril bici de Gran Vía, posiblemente el de mayor tráfico de la capital aragonesa. Se trata de los denominados lazos o espiras inductivas, un mecanismo de detección similar a un imán que se instala bajo el asfalto y que percibe las alteraciones que se producen con el paso de un metal.

Es una técnica utilizada en la detección de objetos metálicos en estaciones y aeropuertos o, como en este caso, para registrar el paso de vehículos y obtener datos precisos y reutilizables. "Si funciona como lo está haciendo en otros municipios, nos plantearemos hacer un contrato anual", anunció en marzo la concejal de Movilidad, Teresa Artigas.

De momento, se están haciendo pruebas y mediciones iniciales. "Está aún verde", reconocen fuentes municipales. Por ejemplo, la ubicación del medidor de Gran Vía está presentando algunos problemas por interferencias con el paso de los convoyes del tranvía.

Otros sistemas

No es el primer sistema que se prueba. Conocer el uso exacto de los carriles bici es una información muy valiosa para el equipo de gobierno de ZEC de cara a mejorar la red en la ciudad, que cuenta con 130 kilómetros de longitud. Se intentaron hacer mediciones con los cables neumáticos que cruzan la calzada de lado a lado, que si bien "son muy útiles para los vehículos pesados, no lo son para las bicis porque no las detectan", reconoció entonces Artigas.

Tampoco han dado resultado las cámaras de visión artificial. En este caso, se trata de máquinas de grabación que registran y analizan imágenes del mundo real y las transforman en información que pueda ser tratada posteriormente por un ordenador. Por ejemplo, se utilizan en cadenas de montaje.

De momento, los únicos datos de tráfico ciclista con los que cuenta la ciudad son los ofrecidos por la asociación Zaragoza en Bici, que mediante voluntarios y por conteo manual registró 760 usos a la hora en el carril bici de Gran Vía, mientras que en el de Constitución apenas circulan veinte por sentido.

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