Condenado por apuñalar e intentar matar a un camarero en Puerta Cinegia

La Audiencia de Zaragoza condena al agresor a tres años y medio de prisión por tentativa de homicidio. La víctima logró interponer el brazo cuando le lanzó la cuchillada al cuello, pero sufrió cortes en una mano y estuvo cinco meses impedido.

El acusado, durante el juicio por tentativa de homicidio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
El acusado, durante el juicio por tentativa de homicidio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
José Miguel Marco

La Audiencia de Zaragoza ha condenado a tres años y medio de prisión a Elionny Rodríguez Mene por intentar matar con un cuchillo a un excompañero de trabajo por un ataque de celos. Al ver venir al agresor, la víctima frenó con el brazo la cuchillada, que iba dirigida a la zona comprendida entre el cuello y el esternón. Pese a ello, el hombre sufrió cortes en dos dedos, lesiones de las que tardó en curar 150 días, tres de los cuales los pasó ingresado en el hospital.

La tentativa de homicidio, por la que se pedían para el acusado entre cinco y nueve años de cárcel, se produjo sobre las 11.40 del 22 de abril de 2017 en un restaurante de Puerta Cinegia en pleno centro de Zaragoza. El ahora condenado, que había trabajado allí, fue a buscar a un excompañero de trabajo con el convencimiento de que este mantenía algún tipo de relación con su entonces esposa.

Aquel día, el acusado estuvo dos veces en el mencionado establecimiento hostelero. La primera vez, a las 11.00, cuando el enfrentamiento entre ambos hombres fue tan solo verbal. Elionny Rodríguez se fue de allí al lugar en que trabaja su mujer, donde, según la sentencia, parece que esta le confirmó que mantenía una relación sentimental con otra persona. Con esta información, el encausado regresó al restaurante de Puerta Cinegia y atacó por sorpresa a la víctima. 

Se quedó paralizado tras lanzar la cuchillada

Los reflejos del camarero al poner el brazo, la intervención de un cocinero y la propia reacción del agresor, que se quedó bloqueado nada más lanzar la cuchillada, evitaron que el ataque acabara en homicidio.

"Fue una cosa trágica y ocasional. Lo lamentaré toda mi vida", manifestó durante el juicio el acusado. El hombre pidió perdón varias veces ante el tribunal, insistió en que no es violento y en que actuó así en un momento de «mucho nerviosismo» y que fue un gesto «involuntario».

El tribunal considera que lo que sufrió la víctima no fue un delito de lesiones sino una tentativa de homicidio, como mantenía la abogada de la acusación particular, Carmen Alquézar. Y lo hace por la "idoneidad del instrumento peligroso utilizado" -un cuchillo de 10 centímetros de hoja- y "la orientación de la puñalada" -iba dirigida a una zona potencialmente letal". En cualquier caso, la Audiencia Provincial rebaja la pena en dos grados por la reacción del acusado, que desistió enseguida del ataque.

En cuanto a la atenuante de arrebato que planteaba la defensa, explica el tribunal que "los celos no pueden ni justificar ni tan siquiera atenuar la responsabilidad criminal". Además, "no hay base patológica".

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