Delicias: una vía muy concurrida más allá del centro de la ciudad

La calle de Delicias aglutina, junto a la avenida de Madrid, la vida comercial de este homónimo barrio en el que habita casi el 16% de la población de Zaragoza

Calle de Delicias
Calle de Delicias
Guillermo Mestre

El nacimiento de esta vía está estrechamente ligado a la configuración del barrio de Las Delicias, de origen agrícola y marcado desde el siglo XIX por la instalación de las estaciones de ferrocarril de Cariñena, Campo Sepulcro y, ya en el siglo siguiente, la de Caminreal. Desde comienzos del siglo XX, esta zona poblada de vaquerías, huertos y acequias adquirió un carácter urbano a partir del asentamiento de las primeras parcelas. En 1930, alrededor de la actuales avenida de Madrid y calle de Delicias ya se contaban 10.000 habitantes, un vecindario llegado principalmente desde el medio rural a la ciudad.

Pascual Orduna, presidente de la asociación cultural Paso a Nivel, mantiene viva la historia de este distrito gracias a los testimonios orales y gráficos de sus vecinos, que con frecuencia han sido reflejados en varias exposiciones organizadas por la asociación sobre diversos temas, siempre con un hilo común: la historia de Las Delicias y su gente.

Para entender cómo eran el pasado vías como la de Delicias, Orduna remite a la publicación ‘Este es mi barrio: Las Delicias’, de Pascual Garcés del Garro, donde su autor señala, entre otros aspectos, que el Mercado Delicias, emblema de esta calle, se inauguró en 1949, "donde anteriormente Eduardo Martín tenía un local para hacer morcillas y un almacén de barriles de tripas, entre la avenida de Madrid y las calles Delicias y Jordana".

En aquellos años la apariencia de la vía era muy diferente. "Todo consistía en parcelas de planta baja y a lo sumo dos plantas en toda la calle, su suelo era de tierra y barro, y huertos, que se regaban con las aguas de los depósitos que tenía el barrio en la calle de Fuentes de Ebro, entrando por una puerta marcada con el número 8", recoge Garcés del Garro.

Hacia 1945? se colocaron los primeros bordillos y el embaldosado de las aceras, y unos años después se pavimentó la calle, de igual modo que en otras de las principales vías del barrio: Unceta, Don Pedro de Luna, Zapata o Quinto de Ebro.

Casi 70 años después de su apertura, el mercado Delicias sigue siendo un hervidero de gente. En uno de sus puestos, el número seis, despacha Javier junto a su hermano. Están al frente de Carnes Villa. Entre los productos que ofrecen hay uno que llama la atención sobremanera: lagarto. "En realidad es caimán, y hay varios restaurantes que nos lo piden", explica Javier Villa, quien ha aprendido el oficio ayudando a su padre, José Mari, al frente de otra carnicería en el mercado.

Un ir y venir

En la calle de Delicias siempre hay vecinos, transeúntes, personas que van, vienen o simplemente se detienen a ver pasar la vida desde alguno de los bancos dispuestos a lo largo de su más de medio kilómetro de longitud. La reforma que a partir de la década de los 90 peatonalizó buena parte de su trazado –fue vía de doble sentido para el tráfico de vehículos y por ella circularon autobuses de línea como el 24– contribuyó a que se convirtiera en una de las calles con mayor afluencia de la ciudad.

También influye que esté situada en el distrito con mayor densidad de población de Zaragoza, con más de 109.900 habitantes. Entre los vecinos del barrio hay muchas personas mayores, así como un porcentaje destacado de población proveniente de otros países. Según datos del padrón municipal publicados en 2018, 23.454 personas extranjeras de 108 países residen en el barrio.

Situación comercial

Entre los comercios de toda la vida destaca Confecciones Mody, regentado por Miguel Ángel Morales y Pilar Anguita. "Mi padre comenzó en el negocio hace medio siglo y a lo largo de todo ese tiempo esta calle ha cambiado mucho", cuenta Miguel Ángel. En su establecimiento venden géneros de punto, camisas, pantalones, batas… "Los clientes suelen ser gente mayor y van desapareciendo. Antes venían a comprar desde otros puntos de la ciudad, incluso desde los pueblos", recuerda.

Las tiendas de siempre conviven con otro tipo de locales: bares, comercios asiáticos, fruterías, supermercados... pero también se ven muchas persianas bajadas. "Ahora mismo, la situación del comercio en este sector es un poco inestable. Se abren muchos negocios pero aguantan muy poco", explica Laura Buey, gerente de la asociación de comerciantes de la calle de Delicias y adyacentes.

En el mismo sentido, el presidente de la Asociación de Vecinos Manuel Viola, José Luis Zúñiga, coincide en señalar que se echan en falta más ayudas al emprendimiento "y que los alquileres moderen sus precios". Zúñiga también incide en la necesidad de dinamizar esta vía y apostar por "una remodelación para dejarla todo su trazado en cota cero".

Un jardín vertical en el corazón de Las Delicias

La plaza del jardín vertical, como popularmente se conoce este espacio creado hace una década, fue proyectada por el arquitecto Joaquín Sicilia sobre un solar que durante años estuvo ocupado por un carrusel. Se inauguró en 2008 como "el primer jardín vertical de la ciudad", y en él se invirtieron 1,3 millones de euros. Se estructuró en diferentes cotas de altura hasta alcanzar los 14,40 metros.

Además de los 530 metros cuadrados habilitados como plaza en la planta calle, contaba con 800 metros cuadrados de elementos de jardinería (con 84 especies vegetales diferentes) distribuidos por sus rampas. Hoy su aspecto es algo distinto, aunque desde la asociación de vecinos Manuel Viola explican que "recientemente se ha conseguido que vengan a limpiarlo, podarlo y ponerlo en orden".

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