Las carencias del Casco Histórico: limpieza, seguridad e instalaciones deportivas
La falta de aparcamientos y centros de salud son dos problemas que han empeorado en los últimos años.
Tres carencias centran las reivindicaciones de los vecinos del Casco Histórico de la capital aragonesa: la insuficiente limpieza de su particular entramado de calles, la falta de seguridad y de agentes policiales que velen por ella y las prácticamente inexistentes instalaciones públicas para hacer deporte. Así se desprende de la encuesta que A+M ha realizado para HERALDO, en la que los habitantes de la zona más añeja de la ciudad desgranan sus necesidades. Algunas, de largo recorrido.
También reclaman, dentro de las acciones y mejoras que precisa su distrito, una decidida intervención en la rehabilitación de viviendas, el cumplimiento de la ley en materia de horarios y ruidos por parte de los establecimientos hosteleros y mayores posibilidades para aparcar sus vehículos, así como más líneas de autobuses. En la consulta, un 31,5% de los encuestados subraya que la suciedad es su gran inquietud. Otro porcentaje nada desdeñable, el 20,9%, apunta hacia los conflictos socioculturales como una de las grandes preocupaciones en la zona. No son sus únicos quebraderos de cabeza: también se sienten damnificados por el mal estado del pavimento, la contaminación acústica, el exceso de tráfico y las aglomeraciones en fechas señaladas como el Pilar o las fiestas de Navidad.
Pese a tener bien localizados estos puntos negativos, los vecinos del Casco atesoran una buena impresión de su barrio. Ocho de cada diez no se mudaría a otro punto de Zaragoza, a diferencia del 17,6%, que sí harían vida lejos de su actual hogar.
Lo que más valoran es su ubicación céntrica, en pleno corazón de la ciudad (así lo indicó el 30,8%), así como el amplio abanico de conexiones -tranvía incluido- con latitudes más periféricas de la capital aragonesa. El comercio (17,8%), por cantidad y diversidad de espacios, es una de las principales bazas de un distrito que también hace gala de su buen ambiente (12,2%), de sus edificios y monumentos llenos de historia (10,4%) y de lo agradable y cercano del vecindario (9,9%), sin olvidarse de la comodidad (8,5%) ni del hecho de tener casi todos los servicios a mano (8,2%).
Problemas que han ido a peor
Los habitantes del Casco no dudan en señalar una serie de problemas que a lo largo de los últimos años han ido peor. Destacan tres: la insuficiencia de plazas de aparcamiento (así lo indican el 40,6% de los vecinos), la excesiva suciedad que dejan los perros (35,3%) y la falta de centros de salud (33,9%) para una población cuya media de edad es elevada respecto al conjunto de la ciudad.
Frío y plagas
Por otro lado, en la zona de San Pablo, la mitad de los residentes dicen pasar frío en invierno por ausencia de calefacción y uno de cada cuatro convive con plagas. Dos asuntos que aparecen en rojo en El semáforo de San Pablo, una iniciativa promovida por el Consejo de Salud del Gancho a través de la cual se ha pedido a los vecinos que evalúen en rojo (negativo), ámbar (intermedio) y verde (positivo) distintos ítems del barrio, como los equipamientos, las condiciones de las viviendas o el estado de las calles.
La finalidad de esta iniciativa es trazar una mirada de San Pablo en clave de salud y descubrir qué aspectos hay que mejorar y qué fortalezas hay que potenciar para aumentar la calidad de vida de los residentes.