Los vecinos del entorno de Las Armas tachan de “burla” la actitud del Ayuntamiento ante sus protestas

Los problema de falta de limpieza y ruido en horas de descanso persisten desde 2015, aunque los afectados ya han presentado posibles soluciones al respecto.

Los vecinos del entorno de Las Armas tachan de “burla” la actitud del Ayuntamiento ante sus protestas
Los vecinos del entorno de Las Armas tachan de “burla” la actitud del Ayuntamiento ante sus protestas
A.A.C

Los vecinos del las calles de Las Armas, Casta Álvarez, del callejón de Sacramento y de algunos bloques de la calle de San Blas aseguran que persisten en la zona los problemas de ruido y limpieza derivados de la saturación de actividades en los espacios públicos. En 2015 ya trasladaron las quejas al Ayuntamiento de Zaragoza y se creó una mesa técnica, compuesta por representantes de la Junta de Distrito, del Plan Integral del Casco Histórico, de Zaragoza Cultural, de Zaragoza Vivienda, del Servicio de Mediación del Casco Histórico, del área de Urbanismo del Consistorio, los gestores del CMA Las Armas y la Asociación de Vecinos Casco Viejo, para llegar a un entendimiento y aplicar soluciones, pero no llegaron a buen puerto.

Lejos de resolver la situación, los afectados sostienen que el Ayuntamiento, “en lugar de escuchar las quejas vecinales, ha aumentado el espacio dedicado a la realización de actividades y el número de estas”. La asociación vecinal del Casco Viejo hace referencia al solar ubicado en la esquina de la calle de Las Armas y el callejón de Sacramento, “que ha sido otorgado a una empresa de titularidad privada con una licencia ambigua de ‘dinamización sociocultural’ que en realidad se utiliza para actividades hosteleras”.

Las actividades que se realizan en el entorno del centro cultural Las Armas causan molestias especialmente de ruido en horas de descanso y suciedad en la vía pública. “Hasta hace unos meses, algunos usuarios de Las Armas salían con la copa en la mano y el cigarrillo a fumar a la calle, generando el ruido consiguiente. Los gestores del espacio se comprometieron a no dejarles salir con bebida, pero ahora muchos hacen botellón en el entorno antes de entrar”, explica el presidente del colectivo vecinal, Eddy Castro, quien subraya que algunos de los que más sufren son los vecinos de la calle de Casta Álvarez, la trasera de Las Armas, “que clama al cielo porque la utilizan de meadero y no es de recibo”.

Los afectados quieren mantener la misma hoja de ruta definida en 2015 “para que vivir en nuestro entorno, que es principalmente residencial, deje de ser una molestia”, dice el presidente de la asociación del Casco Viejo. Para ellos, es “incomprensible” que sus espacios comunes y cercanos “sean el principal centro para realizar actividades que supuestamente son para todo el barrio del Gancho y en otras ocasiones para toda la ciudad, aquí se organizan más actos que en la plaza del Pilar”. Además, consideran que hay espacios “más adecuados” para realizar ciertos eventos en los que no se interfiera con el descanso de los vecinos, como la zona de la Expo o las riberas.

Entre las soluciones propuestas por la asociación para acabar con el problema o mitigarlo se encuentra la instalación de contenedores de basura y baños portátiles cuando se realice una actividad en la calle y que se respeten los horarios de descanso. También solicita que los organizadores de los eventos, en la medida de lo posible, se encarguen de desalojar a sus asistentes cuando hayan finalizado, y que en los solares del proyecto ‘Esto no es un solar’ y en los de propiedad municipal no se autoricen actividades de carácter privado-lucrativas.

El colectivo de vecinos Casco Viejo considera que “es una burla la actuación del Ayuntamiento ante estos problemas”. Por este motivo, exige la reactivación de la mesa técnica de trabajo y el replanteamiento de usos de los espacios públicos y solares del Ayuntamiento en esta zona residencial. “No entendemos cómo el Ayuntamiento permite la saturación de actividades, en nombre de una supuesta ‘dinamización social’ del barrio, que en cambio crea un conflicto de convivencia vecinal”, destaca Castro. En los próximos días los vecinos tienen previsto reunirse para intentar que el Consistorio se siente con ellos a negociar y para establecer “las medidas de presión oportunas para la finalización de las molestias”.

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