Los tambores vuelven a atronar

Los redobles, las chirimías e incluso una jota animaron anoche la entrega del premio Tercerol que concede anualmente la Asociación para el Estudio de la Semana Santa.

Tambores y bombos de todas las cofradías tocaron para felicitar a Chavi Luesma.
Los tambores vuelven a atronar
Raquel Labodía

Como una «puerta abierta al encuentro de todos los cofrades» se definió ayer a La Pasión, la cafetería de la calle Mayor, que ha sido merecedora este año del premio Tercerol que concede la Asociación para el Estudio de la Semana Santa. El galardón se entregó anoche en una iglesia de Santa Isabel repleta de amigos de Chavi Luesma, propietario del establecimiento, y con la participación de una treintena de tambores representando a todas las congregaciones de Zaragoza. Los primeros redobles comenzaron a despertar la emoción cofrade, a la que también contribuyeron las chirimías, un acompañamiento musical típico de la Semana Santa castellana y que –a juzgar por lo visto ayer– goza de buena acogida a orillas del Ebro, donde ya se ha formado una banda propia con dulzainas aragonesas, trompas de Graus y tarotas. La jotera Laura Ortego contribuyó a crear un ambiente especial en el templo, donde atronaron tambores y bombos como preludio de unas celebraciones, que comenzarán oficialmente el próximo día 24 con el pregón del cardenal Omella.

Ricardo Navarro, presidente de la Asociación para el Estudio de la Semana Santa, apuntó en su loa al galardonado que La Pasión abrió sus puertas en 1997 y que, aún siendo un espacio profano, no ha dejado de ser lugar de referencia para todas las hermandades de la ciudad. Por eso, lo definió como «domus fratribus in Caesaraugusta» o –lo que viene a ser lo mismo– «la casa de los cofrades». Recordó Navarro cómo la cafetería ha sido escenario de tertulias radiofónicas, concursos de guiñote (los de las Siete Palabras) y un reciente y curioso trivial cofrade solidario.

Por su parte, Chavi Luesma se mostró muy agradecido al recoger la estatuilla (una cerámica trabajada por Alberto Andrés en los talleres de Muel) y admitió que, «aunque hay diferencia con otros galardonados –que acostumbran a ser instituciones de renombre– a este Tercerol no le falta el cariño, que es el que quiero devolver a todos los que se acercan a felicitarme». «La Pasión nació como un sueño hace dos décadas, se convirtió en una realidad y hoy quiero transmitir mi felicidad», añadió Luesma.

Sanedrín para el Refugio

Por otro lado, ayer también se concedió otro de los galardones importantes de la Cuaresma zaragozana: el Sanedrín ha recaído este 2018 en la Hermandad del Refugio, que cumple 30 años editando sus guías con todos los detalles de las cofradías y las celebraciones de la Pasión. El hermano mayor del Refugio, Santiago Sánchez, agradeció que se reconozca la labor de una institución con 375 años de historia, tanto en su cometido social como por su difusión de la Semana Santa. Sánchez, al recoger la tradicional mielera, hizo un llamamiento para que no solo las cofradías sino toda la sociedad asuma una mayor implicación en la lucha contra la pobreza y en la atención a los más necesitados.

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