Santisteve se niega a subir los servicios mínimos del tranvía pese a la saturación por la huelga

Ambas partes se muestran dispuestas a dialogar, pero no mueven ficha cinco días después de su última reunión. El alcalde califica de "adecuados" los convoyes que salen a la calle, pese a la saturación y los retrasos que sufre la línea

Segunda jornada de huelga del tranvía de Zaragoza
Segunda jornada de huelga del tranvía de Zaragoza
Guillermo Mestre

El conflicto laboral del tranvía de Zaragoza sigue estancado. Cinco días después de la última reunión, y cuatro después del inicio de la huelga de conductores, la empresa y los trabajadores continúan sin mover ficha. Así, las negociaciones siguen como se quedaron el pasado lunes a las 23.00 en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA): rotas y sin fecha para que se pueda retomar el diálogo. Mientras tanto, el gobierno de ZEC reiteró ayer su negativa a aumentar los servicios mínimos, que fijó en el 50%.

El alcalde, Pedro Santisteve, los consideró «adecuados», pese a la saturación de los convoyes y al retraso que sufre la línea durante los momentos de paros, como se pudo comprobar ayer en la segunda jornada de huelga. La movilización está convocada para todos los martes, jueves y sábados –de 8.00 a 10.00 y de 19.00 a 21.00– hasta el 7 de abril.

Tanto Tranvías Urbanos de Zaragoza como el comité de empresa se muestran abiertos a retomar el diálogo, pero ninguno da pasos para conseguirlo. Por su parte, el Ayuntamiento ha decidido, de momento, quedarse a un lado y dejar que sean ellos quienes busquen una solución. Fuentes cercanas al conflicto laboral no descartaron ayer que la semana que viene pueda haber una reunión, aunque de momento no hay nada cerrado.

Hasta ahora, el único contacto que han tenido las partes fue el miércoles, pero no para tratar de limar sus diferencias, sino para pactar cómo se aplican los servicios mínimos durante las horas de paros, tras las críticas de los trabajadores durante la jornada del martes. Fue a instancias del Consistorio, pero no se habló de las diferencias que siguen teniendo, sino para cuestiones organizativas de la huelga.

Se trata de unas discrepancias difíciles de resolver, ya que la empresa y los trabajadores hacen interpretaciones diferentes a una misma realidad. En octubre del año pasado, firmaron un acuerdo para evitar la huelga en unos términos que, ahora, unos ven de una manera y otros, de otra. La discusión fundamental está en los descansos de los que disfruta la plantilla durante su jornada laboral. La empresa ha trasladado dos propuestas con las que, en su opinión, se satisface de forma más que holgada el acuerdo de octubre. Los trabajadores, en cambio, creen que no son suficientes. La instalación de un software que controle el tiempo de conducción, la construcción de una caseta de descanso en Valdespartera y los planes de formación son otros de los puntos de disputa.

A vueltas con los mínimos

Mientras tanto, sigue el debate en torno a los servicios mínimos. El gobierno de ZEC decidió que durante las horas de huelga salieran a la calle la mitad de los convoyes que un día normal. La empresa, por su parte, proponía que el porcentaje fuera variable dependiendo del tramo horario: desde el 80% de servicios mínimos en horario matutino en días laborables al 50% de los sábados por la mañana.

La experiencia de los dos primeros días de huelga ha demostrado que esta tiene una mayor incidencia de 8.00 a 10.00 que de 19.00 a 21.00. A primera hora, son miles los zaragozanos que se desplazan a través de la línea 1 para acudir al colegio, a la universidad, al centro de trabajo, al hospital Miguel Servet... Además, cuanta más gente se quiere subir al tranvía, más retraso se acumula, ya que el tiempo de los convoyes en cada parada se prolonga por las dificultades que tienen para cerrar sus puertas. Sin embargo, por la tarde el uso del tranvía es más escalonado, por lo que la saturación es menor.

Ayer, el alcalde Santisteve dijo que no se van a tocar los servicios mínimos. Consideró que son «adecuados», y que la decisión se basa en informes técnicos. A pesar de que esos mismos informes también advertían de que «no se podrán satisfacer las necesidades de movilidad de un alto porcentaje de la población». Santisteve afirmó que «el posicionamiento del Ayuntamiento es el de reiterar el respeto del derecho ciudadano a la movilidad y el derecho a la huelga de los trabajadores».

Santisteve aseguró que desde el gobierno municipal «se propicia» que las partes se sienten a negociar, a pesar de que desde que comenzó la huelga no ha habido ninguna reunión entre Tranvías Urbanos de Zaragoza y el comité de empresa.

El grupo municipal del PP, por su parte, ya ha pedido que se suban los servicios mínimos. Lo hizo el miércoles el concejal Sebastián Contín, y ayer el portavoz del grupo, Jorge Azcón, quien anunció que presentará una moción en el pleno. Azcón pidió a Santisteve que «reflexione» y que «se ponga al lado de los zaragozanos que no pueden ir a trabajar, no pueden llegar a sus citas en los hospitales o no pueden acudir a sus centros educativos». Los populares propondrán al pleno municipal que los mínimos suban al 70% en horas punta y al 60% en horas valle. 

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