Mandos militares mujeres se quedan sin vestuarios para que los hombres dejen sus bicicletas

Los mandos de Defensa han decidido hacer allí también las pruebas físicas de selección de los aspirantes a soldado. Las oficiales están destinadas en el acuartelamiento de San Fernando de Zaragoza.

. Entre las funciones del Observatorio Militar de Igualdad y del Observatorio de la Vida Militar figuran acciones en las Fuerzas Armadas para informar y sensibilizar al personal para prevenir conductas susceptibles de ser definidas como acoso o discriminación por razón de sexo. Pero ni en uno ni otro organismo puede encuadrarse la situación vivida por las cinco mandos militares destinadas en el acuartelamiento de San Fernando de Zaragoza.Tras un año de tiras y aflojas con el delegado de Defensa
. Entre las funciones del Observatorio Militar de Igualdad y del Observatorio de la Vida Militar figuran acciones en las Fuerzas Armadas para informar y sensibilizar al personal para prevenir conductas susceptibles de ser definidas como acoso o discrimina
Heraldo.es

Entre las funciones del Observatorio Militar de Igualdad y del Observatorio de la Vida Militar figuran acciones en las Fuerzas Armadas para informar y sensibilizar al personal para prevenir conductas susceptibles de ser definidas como acoso o discriminación por razón de sexo. Pero ni en uno ni otro organismo puede encuadrarse la situación vivida por las cinco mandos militares destinadas en el acuartelamiento de San Fernando de Zaragoza.

Tras un año de tiras y aflojas con el delegado de Defensa en Aragón, coronel Félix Allo, y el secretario general de Defensa, teniente coronel Rafael Fernández, las cinco se han visto expulsadas de los vestuarios que tenían asignados para cambiarse tras su actividad física reglamentaria y ha tenido que ser el jefe del acuartelamiento el que ha terminado buscándoles una ubicación provisional que ha acabado siendo definitiva.

El conflicto surgió cuando una de las oficiales salió de la ducha y se encontró a un subteniente de Defensa dentro del vestuario cogiendo una bicicleta que hasta entonces pensó que era de una compañera. Al preguntarle qué hacía ahí, respondió que tenía permiso de sus jefes para aparcarla. Cuando la mando se dirigió a los superiores para ver si era verdad, el teniente coronel Fernández le confirmó que sí y que tenían autorización expresa del coronel Allo para que el personal masculino aparcara las bicicletas en el vestuario femenino. Según ha podido saber este periódico, la razón es que les era "más cómodo" dejarlas ahí que en el aparcamiento que tienen fuera del recinto a escasos metros.

Ante la queja por que los militares varones entraran a cualquier hora y sin restricción en el vestuario femenino, los mandos visitaron las instalaciones y la solución que se les ocurrió para resolver el problema fue reducir la zona de mujeres, quitándoles la sala en la que hay dos lavabos y dos retretes –espacio que a partir de ese momento se declaró de uso común– y dejando para ellas solo la zona de duchas y taquillas. De esta forma, los hombres podían seguir aparcando allí las bicicletas.

Evidentemente, semejante solución indignó a las afectadas y una de ellas hizo un parte militar pero, ante un posible acuerdo para devolverles la sala de aseos y lavabos ‘requisada’ y retirar las bicicletas, no cursó. Lo que comprobaron a partir de ese momento es que quitaron las denominaciones masculino y femenino y pasaron a llamarse vestuario 1 y 2. También se crearon unas nuevas normas de funcionamiento en las que se daba prioridad de uso a los aspirantes civiles a soldado profesional que acuden allí a hacer las pruebas físicas. En principio, esto era algo lógico, ya que ya se hacía de manera puntual cuando se celebran las mencionadas pruebas. Incluso en días de lluvia las aspirantes a soldado realizaban en el vestuario de mujeres los ejercicios de flexiones, abdominales y salto horizontal.

Pero lo que era un espacio para momentos puntuales por las inclemencias meteorológicas, se convirtió en un lugar habitual para colocar las colchonetas de ejercicios y, casi permanente, en un gimnasio improvisado tanto para hombres como mujeres, aun cuando en el acuartelamiento hay un gimnasio cubierto frente a las pistas donde se hacen las carreras.

Al final, una de las mandos cursó una denuncia a la Unidad de Protección del Acoso contra el coronel Allo y el teniente coronel Fernández por discriminación por razón de sexo, pero ha sido archivada sin posibilidad de recurso, aunque ha presentado uno ante la ministra de Defensa, Mª Dolores de Cospedal. Este periódico se ha puesto en contacto con Allo para recabar su opinión pero el coronel declinó darla.

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