Los conductores del tranvía mantienen los paros del 13 de marzo al 7 de abril

Empresa y plantilla no han conseguido alcanzar un acuerdo tras cinco horas de reunión en el Servicio de Mediación.

Un momento del comienzo de la reunión entre la empresa y los trabajadores ayer en el SAMA.
Un momento del comienzo de la reunión entre la empresa y los trabajadores ayer en el SAMA.
O. Duch

Durante casi cinco horas han permanecido reunidos los conductores del tranvía y los representantes de la empresa que explota la línea para tratar de desconvocar los paros del servicio anunciados entre el 13 de marzo y el 7 de abril. Al final, no se ha conseguido cerrar un acuerdo por lo que la convocatoria de huelga continúa adelante.

Aún quedan cinco días en los que se podría apurar un periodo de negociación, pero fuentes consultadas tras la reunión aseguran que no se producirán más encuentros en el Servicio de Mediación y Arbitraje (SAMA). Quizá aún se pueda salvar la situación con contactos privados entre las partes, pero la huelga –que se produciría en plena Semana Santa– parece más cercana. Los paros parciales que plantea el comité se llevarían a cabo los martes, jueves y sábados, en horario de 8.00 a 10.00 y de 19.00 a 21.00. Se trata de dos de las franjas horarias en las que los convoyes transportan más viajeros.

Los conductores refrendaron el pasado martes 27 en las urnas (con 40 apoyos, 4 votos en contra y 2 abstenciones) la decisión del comité de convocar paros parciales en protesta por sus desencuentros con la empresa. En concreto, critican que no se están cumpliendo los acuerdos firmados durante el conflicto laboral que plantearon días antes de las fiestas del Pilar y que –ya entonces– a punto estuvo de paralizar el servicio por primera vez en su breve historia.

Salvo el pago del plus salarial, los conductores denuncian que la empresa "no está cumpliendo los acuerdos" a los que llegaron precisamente en el SAMA el pasado mes de octubre. Entre otros, citan la entrega de nuevos cuadros de marchas "con garantías de descanso" que "reflejen las horas que lleva cada empleado al volante". Tranvías Urbanos considera que esos descansos "supondrían un sobrecoste muy importante" y consideran que esta demanda no está recogida en el convenio colectivo. También solicitan los chóferes la instalación de "una caseta de descanso definitiva" en la calle de Mago de Oz, mientras que la empresa replica que en la terminal de Valdespartera ya se ha instalado un espacio provisional y que se está elaborando el proyecto del definitivo. Otros puntos de discordia son la renovación del tipo de asiento del conductor o el desarrollo de un ‘software’ para hacer informes con los datos reales de prestación de servicio.

El que ahora está sobre la mesa es el tercer conflicto laboral que afronta el tranvía desde que regresó a las calles de Zaragoza allá por 2011. Otras dos convocatorias de huelga se resolvieron en el Servicio de Mediación, a pocas horas de que dieran comienzo. El pasado 15 de septiembre los conductores convocaron unos paros que no se resolvieron hasta el 2 de octubre. La amenaza de una huelga de esas características durante el Pilar obligó a exprimir la negociación en el SAMA y la plantilla consiguió mejoras laborales y salariales que, precisamente, propiciaron el siguiente enfrentamiento. El resto de trabajadores convocaron una huelga parcial indefinida a partir del 16 de febrero. Pedían mejorar el funcionamiento del servicio, pero –sobre todo– equiparar sus condiciones laborales con las de los conductores. De nuevo, la solución llegó la víspera del inicio de los paros.

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