La ribera del Gállego se convierte en una escombrera

Los vecinos de la avenida de Cataluña solicitan un plan de recuperación que garantice la correcta situación de la ribera a través de una inversión definida.

Neumáticos amontonados en la ribera del Río Gállego
La ribera del Gállego se convierte en una escombrera
Jesús Fon

Baldosas, ladrillos, elementos de obra, hierros, neumáticos, piezas de coches, sacos de deshechos, ropa vieja, televisores, electrodomésticos… “En la ribera del Gállego puedes encontrar lo que quieras, es una auténtica escombrera”, lamenta Jesús Fon, vicepresidente de la Asociación de Vecinos Ríos de Aragón-Avenida de Cataluña. No solo la ribera contigua al río, también los caminos aledaños, que son ocupados a diario por materiales depositados.

“Hay basura que sabemos que se vierte intencionadamente y otra que llega hasta allí arrastrada por el viento”, señala el portavoz vecinal. Desde la asociación reclaman una solución urgente, pero añaden que son conscientes de que la Unidad Verde del Ayuntamiento de Zaragoza, encargada de la limpieza, “hace lo que puede con los medios que tiene, no tenemos quejas en ese sentido”.  Cuando dan el aviso de que en un punto hay un vertido ocasional, aseguran que “a los días lo suelen retirar”, pero creen que se deberían aplicar otro tipo de medidas.

Los vecinos consideran que el Consistorio tendría que apostar por una inversión mayor, desarrollar un plan específico que analizara los problemas concretos que tiene la ribera y destinar partidas económicas a solucionarlos. Fon apunta que los afectados no son solo los habitantes de la zona, sino que “la ribera del Gállego no está suficientemente bien atendida como proyecto de ciudad”. El portavoz subraya que la situación no se refleja en los presupuestos y que la única actuación de mejora emprendida ha sido “el traslado de algunas chatarrerías que había cercanas y otros elementos que no son los idóneos para estar cerca de una ribera”.

Desde la asociación Ríos de Aragón no quieren entrar a valorar la calidad del agua del Gállego, “pero por lo que le acompaña a su alrededor, desde luego, no invita a bañarse por motivos de salubridad”, dice Fon. A este problema se añade el del andador del río, que se ve afectado cuando el nivel del agua sube y alcanza la ribera. “Lo hemos denunciado en repetidas ocasiones, ese andador también hace de carril bici y se lo lleva el agua porque en algunos puntos no es ni siquiera de cemento sino de tierra prensada y hay que repararlo con frecuencia”, explica el representante vecinal.

El colectivo reclama un espacio adecuado por el que transitar, ya que “los cantos rodados que arrastra el río dificultan el caminar y el ir en bicicleta”. También existen carencias en cuanto a iluminación y vigilancia, lo que aumenta la situación de abandono. “Pedimos más alumbrado porque hay mucha gente que hace deporte a cualquier hora del día y si no es peligroso”, cuenta Fon. Además, la vigilancia de la zona garantizaría la seguridad de los viandantes y mitigaría el vertido de deshechos.

“Somos conscientes de que algunos vertidos se repiten casi a diario, como es el caso de los neumáticos”, cuentan desde el colectivo vecinal. Consideran que la gente que causa estos desperfectos “es incívica” y debería ser sancionada por ello, aunque reconocen que la situación del Gállego puede favorecer este tipo de prácticas que “a nadie se le ocurriría hacer a orillas del Ebro a su paso por el Pilar”. Los vecinos lamentan que con el paso de los años no hay visos de mejora e insisten en poner en marcha un plan de recuperación que garantice la correcta situación de la ribera a través de una inversión definida.

No todo son malas noticias para los vecinos de la zona, ya que como cuenta Fon, el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza, Pablo Muñoz, se ha puesto en contacto con ellos para asegurar que “el 15 de febrero, si todo va bien, empezarán las obras de la avenida de Cataluña”. La asociación dice estar “satisfecha” con la actuación de Muñoz, quien además ha aprobado un plurianual para continuar la reforma de la vía en años posteriores.

Lo único que los vecinos solicitan es que se sea diligente y que las obras se ajusten al periodo de tiempo establecido. “Si este 2018 hay una nueva dotación para continuar con otro tramo de la vía por 650.000 euros más, que se licite la obra antes de junio y no perdamos otro año como ha sucedido, porque se ha hecho de rogar”, concluye Fon.

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