La contaminación por el tráfico aumenta en la ciudad pese al tranvía y al uso de la bicicleta

Las emisiones de CO2 en Zaragoza de 2015 y 2016 fueron un 6% superiores a las del año 2010. ZEC lo achaca a la recuperación económica y el PP, al «estrangulamiento» de la circulación.

La contaminación que provoca el tráfico aumenta en Zaragoza. Así se desprende, al menos, del diagnóstico de la ciudad que ha hecho el Ayuntamiento de cara a la revisión del Plan de Movilidad Urbana Sostenible. Según estos datos, ni la puesta en marcha de la línea 1 del tranvía ni el aumento del uso de la bicicleta han logrado reducir en los últimos años las emisiones de CO2.

De hecho, las cifras indican un aumento en la emisión de gases de efecto invernadero. En 2007, las emisiones de CO2 por el tráfico privado llegaron a su punto más alto. Entonces, según el estudio, se alcanzaron las 907.511 toneladas al año. A partir de ahí, se inició un descenso sostenido en el que, año a año, la cifra se fue reduciendo hasta las 754.260 toneladas de 2012, es decir, un 17% menos que en 2007. El descenso coincidió con la bajada del nivel de tráfico que provocó la crisis económica. Como admitía por entonces el Consistorio, la pérdida de poder adquisitivo influye en la movilidad y reduce los desplazamientos por la ciudad, tanto en el transporte público como en el privado.

En 2012, un año después de la puesta en marcha del tranvía, se alcanzó el nivel mínimo de emisiones de CO2 provocadas por el tráfico. Sin embargo, desde entonces la cifra ha crecido todos los años, a pesar de que la línea del tranvía se fue extendiendo hasta completar el recorrido Valdespartera-Parque Goya y que la red de carriles bici también se ha ampliado hasta superar los 130 kilómetros.

El aumento fue especialmente significativo en 2015 y 2016, cuando se llegó a las 853.780 y 853.979 toneladas por año, respectivamente. Se trata de un 11% más que en 2012, y de un 6,3% más que en 2010, el año previo a la puesta en marcha de la primera fase del tranvía. Hay que tener en cuenta que el año pasado, por ejemplo, se produjeron 28 millones viajes en tranvía y –según las estimaciones del Ayuntamiento– 14,5 millones de desplazamientos en bicicleta, dos modos de moverse en la ciudad que no emiten gases a la atmósfera.

Menos coches en el centro

Además, las estadísticas de tráfico que maneja el Ayuntamiento hablan de que en los últimos años se ha reducido la circulación en Zaragoza, especialmente en el centro de la ciudad. Según han detectado los medidores de aforos, el paso de vehículos por las calles del corazón de la ciudad se ha reducido en un 30% en la última década. El tranvía y la construcción de carriles bici en viales como Gran Vía, el paseo de la Constitución o Sagasta han restado espacio al transporte privado. Por contra, ha aumentado la circulación por los cinturones, como la Z-30 y la Z-40.

Si los movimientos de los zaragozanos por la ciudad, sobre el papel, se hacen con medios de transporte menos contaminantes que hace unos años, y hay menos tráfico en la ciudad que hace una década, ¿por qué aumentan entonces las emisiones de CO2? Desde el gobierno municipal este miércoles dijeron que puede haber "múltiples factores" que lo expliquen, pero aludieron a que la tendencia a la recuperación económica ha hecho que haya habido un crecimiento en la contaminación provocada no solo por la movilidad, sino también por los usos domésticos, industriales y del sector primario. Además, añadieron que durante los años de crisis "se hicieron menos inversiones en sistemas de eficiencia", tanto las administraciones públicas como los particulares.

El portavoz del PP, Jorge Azcón, que este miércoles hizo públicos todos estos datos, encontró otra explicación: "El estrangulamiento que ha sufrido la circulación ha logrado que los recorridos de los coches sean más largos". El líder de los populares dijo que "las inversiones millonarias" en materia de movilidad se justificaron "por una supuesta mejora medioambiental", pero esta "no se ha producido". Fuentes del gobierno respondieron que los datos de contaminación "evidentemente serían peores si los desplazamientos en tranvía o en bicicleta se hubieran hecho en autobús o en coche privado".

Azcón abundó en que "los gobiernos de izquierdas no solo han empeorado el transporte, sino que han empeorado las condiciones medioambientales". Alertó de que el compromiso de reducir un 20% las emisiones de CO2 antes de 2020 "no se va a cumplir" y exigió medidas como la implantación de autobuses eléctricos.

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