Cambia el medio, pero siguen los buenos deseos

En poco tiempo hemos pasado de escribir nuestras felicitaciones navideñas sobre el papel a hacerlo en la pantalla del móvil.

Ante una taza de chocolate caliente. José Antonio Rodríguez dejó un mensaje de su escuela en la tarjeta navideña. Nerea Langa solo miró su móvil para las fotos.
Ante una taza de chocolate caliente. José Antonio Rodríguez dejó un mensaje de su escuela en la tarjeta navideña. Nerea Langa solo miró su móvil para las fotos.
Guillermo Mestre

De niño, José Antonio Rodríguez, director del colegio público Ramón y Cajal de Alpartir, echaba una mano a su abuela para escribir los christmas navideños. Recuerda cómo en su pueblo de Albolote, a 5 km de Granada, "ella se hacía un listado y yo le ayudaba con las tarjetas". Ahora "al colegio nos llegan las felicitaciones por ‘email’ y la gente se envía mensajes de whatsapp", dice. No él, por la sencilla razón de que no tiene whatsapp. Algo que hoy en día resulta singular. Pero es que hablamos de alguien que lo es: en equipo con todos los docentes del centro ha convertido su pequeña escuela rural en un referente educativo que lleva recibidos una catarata de premios (medalla de oro de la Educación Aragonesa, premio de Buenas Prácticas en Educación Inclusiva y Convivencia, premio SIMO a la Innovación Educativa, premio a la Conciencia Medioambiental de la Unesco...).

Su percepción del uso de la mensajería móvil coincide con la realidad. Los cifras recogidas por Movistar muestran que su red de datos móviles registró en la Nochebuena de 2016 un 46% más de intensidad de tráfico que la de 2015 y un 40% más respecto a un día normal de diciembre. Respecto al tráfico en redes sociales (Facebook , Whatsapp, Twitter e Instagram), el día 24 de diciembre de 2016 se desarrolló un 82% más de tráfico que el sábado anterior. El mayor aumento se registró en Whatsapp: el 24 se consumió un 370% más de lo habitual, y el 25, un 148% más.

En Correos, por su parte, destacan sobre todo el crecimiento del volumen de paquetería, por el aumento de las compras ‘online’. Los datos recabados en oficinas, centros de tratamiento y unidades de distribución de Aragón muestran que los envíos han venido subiendo por encima del 20% en los últimos años y en 2017 este incremento se está acentuando. Con datos de 2016, en noviembre se vivió un incremento de casi un 50% respecto al promedio, que subió al 80% en el mes de diciembre. En cuanto a las felicitaciones, también existe crecimiento: la red de buzones de Correos de Aragón ve incrementadas en Navidad las cartas que se depositan entre un 30-35% con relación al resto del año.

No es que el maestro Rodríguez esté en contra de la tecnología, al contrario, le ve una gran utilidad en la enseñanza. "Hay juegos –afirma- con mucho contenido curricular: los de atención hemos visto que ayudan los niños a mejorar en ortografía, otros son buenos para el cálculo mental…".

El gen ‘maestro’ le sale a José Antonio desde el primer momento en que se encuentra con Nerea Langa, y así lo primero que le pregunta es si su instituto le permite convalidar la asistencia al centro con sus entrenamientos. Porque a sus 16 años, esta joven zaragozana es una deportista que este año ha ganado seis oros, tres platas y dos bronces en los Campeonatos de España de Patinaje de Velocidad, rematados con dos platas y tres bronce en el Campeonato de Europa.

Regalos navideños

Nerea ha llegado repasando sus apuntes de informática porque al día siguiente tiene examen, pero lo lleva bien: es buena estudiante y se trata de una asignatura que le gusta. Y sí, usa el whatsapp, como es frecuente en una chica de su edad: "En Navidad mando mensajes de felicitación y también vídeos", explica la muchacha, que señala que "mis padres me dejan llevarme el móvil al instituto pero hay días que me lo dejo en casa". Lo cierto es que durante el encuentro, solo lo mira cuando se lo pedimos para la foto. "Ya no envío christmas, pero recuerdo que de pequeña nos regalábamos entre las compañeras del cole; yo les llevaba a mis amigas y siempre estaba esperando a ver si me traían tarjetas a mí también".

Sin embargo, en estas fechas hay cartas que un niño nunca olvida: la que se debe enviar a Papá Noel o a los Reyes Magos con la lista de regalos. Aunque a veces no hace falta pedir para que te traigan. Nerea no había pedido unos patines cuando, con seis años, Santa Claus le dejó unos. "Mis abuelos no querían que me montara, decían que era muy pequeña y me iba a matar", recuerda. Pero se los puso. Y desde entonces, puede decirse que no se ha bajado de ellos.

Desde su escuela de Alpartir, explica José Antonio que "tratamos de dar unas pautas a los padres para que no se regale tanto a los niños, y que sean más cosas útiles. También les damos listas de libros". "Mi generación –dice– no tenía tantos regalos, en mi casa las claves eran pedir algo de ropa, algo para jugar, algo para leer, y algo necesario. Fíjate, éramos psicólogos sin saberlo, porque es lo que recomendamos ahora en el colegio".

La de reyes es una tradición que para algunos de sus alumnos es nueva. "En la escuela de Alpartir tenemos un 40% de inmigrantes, en su mayoría marroquíes y rumanos –dice José Antonio–. Para que todo sea más aséptico llamamos a estos días la Fiesta del Invierno, y ponemos adornos pero no de estilo navideño. Lo explicas a las familias, sin imponer nada, y todos participan sin problema porque lo entienden como algo cultural y festivo". Encuentra que "la infancia es nuestro refugio, por eso hay que hacer que los niños sean lo más felices posible, y creo que la Navidad es un momento propicio para crearles ambientes agradables. Y debe de serlo porque enseguida nos preguntan que cuándo vamos a adornar la escuela".

Esa es una de las diferencias que Rodríguez encuentra con su infancia: la anticipación general de la Navidad. "Para mí, empezaba el día de la lotería nacional, tengo la imagen de estar con mis hermanos viendo el sorteo como el inicio de las vacaciones navideñas", dice. Unas fiestas que él recuerda "en casa, porque en Granada hace mucho frío; aunque los niños salíamos a pedir el ‘aguinaldo’ a las casas, y nos daban dulces y caramelos, lo que me encantaba porque soy muy laminero". De joven salía tanto en Nochebuena como en Nochevieja. "En Andalucía es la costumbre", señala.

Las navidades de Nerea Langa también son, de momento, muy familiares pero, al contrario que las de José Antonio, ‘calentitas’, en concreto, en la playa: "Desde hace tiempo las pasamos en Torrevieja". "Vamos toda la familia y pasamos la Nochebuena y Fin de Año". Una celebración en la que no faltan las campanadas y las doce uvas y en la que "todos los años mi tío Gabriel intenta colarnos alguna de más".

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