En 1492, los Reyes Católicos decretaron la expulsión de los judíos, entre ellos los apellidados Castiel de Calatayud, quienes embarcaron hacia la entonces otomana Salónica. Tras más de 500 años, 24 israelíes descendientes de ese nombre y miembros de la Asociación para el Estudio del Patrimonio Castel, han regresado a la ciudad para conocer más sobre su genealogía y su relación con el municipio a través de un paseo por los entresijos de la judería.

"Es un honor y estamos muy emocionados porque significa buscar nuestras raíces, llegar al primer capítulo de nuestra historia, que se escribió aquí", reconocía Adi Gamliel Castiel, presidente de la entidad. "Esta visita recupera su pasado a través del presente", apuntaba el historiador Javier Bona. Así, una de las paradas más importantes del recorrido tuvo lugar en la antigua Sinagoga Mayor, hoy ermita de Consolación, paso previo a su visita a la colegiata de Santa María, acompañados por el abad del templo.

"Han conservado oralmente que el origen de su familia está aquí; ahora tienen constancia en vivo y por escrito", dijo el también historiador Álvaro López, quien entregó a los participantes un dosier con más de medio centenar de referencias documentales en las que aparece el apellido Castiel en Calatayud.

Este apelativo, señaló López, "evolucionó desde un apodo por el oficio, guardián de un torreón o fortaleza hasta institucionalizarse como el apellido de una de las estirpes de mayor solera de la ciudad".

El recorrido por Calatayud fue la última parada de un viaje que ha llevado a esta asociación por Toledo, Valencia, Teruel o Zaragoza. Sin embargo, este no es el final del camino, ya que la intención de la entidad judía es replicar este viaje dentro de un año. Volver a los orígenes no es cosa de un día.