Una noche en el botellón de las escaleras del Náutico

Cada fin de semana cientos de jóvenes se reúnen en la escalinata ubicada en la ribera del Ebro para consumir alcohol antes de visitar las zonas de marcha.

La mañana después del botellón
La mañana después del botellón
C.I.

Desde hace un par de años se ha convertido en algo habitual de cada fin de semana a orillas del Ebro, donde cientos de jóvenes se reúnen en varios puntos a lo largo de la ribera ocasionando una serie de molestias acústicas y relacionadas con los residuos y la suciedad que provocan el debate de transeúntes y vecinos de la zona.

Uno de los más llamativos, precisamente por su ubicación, es el que se concentra en las escaleras ubicadas al lado del Club Náutico de Zaragoza. A partir de las 23.00 comienzan a llegar los primeros grupos de jóvenes cargados con botellas de bebidas alcohólicas para comenzar la fiesta, a escasos metros de una de las zonas de marcha más concurridas actualmente, el Casco.

A su paso, son varios los paseantes que se detienen y asoman para observar la aglomeración de gente. Los hay quienes se muestran más críticos: “Madre mía que ruidera”, “Mañana estará todo lleno de porquería”; o quienes comprenden el fenómeno y lo comparan con su época. “Mejor que estén aquí controlados”, asegura un vecino de la zona.

Por su parte, quienes comparten espacio con los protagonistas de la velada, que se repite los jueves –con menos éxito de convocatoria-, viernes, sábados e, incluso algunos domingos; se posicionan también desde diferentes puntos de vista.

“A nosotros realmente nos afecta de rebote, es sobre todo un problema de suciedad más que otra cosa”, explica Juan Quílez, presidente del Club Náutico de Zaragoza, quien asegura que los servicios de limpieza se encargan de dejar el espacio “lo mejor posible”. “Es un problema que tiene que ver con los precios de las consumiciones, los jóvenes se buscan la vida como hemos hecho todos. No es algo que solo pase aquí, es un fenómeno generalizado”, advierte.

Algo más críticos se muestran desde gerencia del Restaurante Tres Mares, aposentado en el edificio del Club Náutico, en las escaleras colindantes al centro neurálgico del botellón desde hace un año. En su opinión se trata de “un problema de orden público”, por lo que, indican, aguardan a que “la administración actúe antes de que pase algo grave”.

Como aseguran desde el establecimiento, no solo son las molestias acústicas y la suciedad o lo olores, sino que, en ocasiones, algunos jóvenes se adentran en la propiedad privada ocasionando todo tipo de problemas. “Agradecemos la labor de los funcionarios de limpieza que cada mañana se encargan de recoger los deshechos”, añaden.

Además, aseguran que han llegado a juntarse “más de 3.000 jóvenes, muchos de ellos menores de edad”, en el emplazamiento. “En algunos casos hay tanta gente que hasta ocupan parte de la acera, por no mencionar que se trata de un sitio que no está habilitado para este tipo de reuniones, ya que no hay baños, ni siquiera papeleras para tirar los desechos del mismo botellón”, añaden.

Por su parte, desde el Ayuntamiento de Zaragoza aseguran que se trata de un fenómeno multicausal e impredecible –ya que va variando de escenario cada cierto tiempo-, para el que existe un servicio específico de limpieza para una serie de zonas susceptibles que actualmente se encuentran en la zona del Náutico, paseo Echegaray, Macanaz, Helios y El Canal.

“Se trata de un problema de civismo, como ocurre en tantos otros asuntos que atañen al problema de la suciedad”, asegura Alberto Cubero, concejal de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Zaragoza. “En algunas de estas zonas contamos con una brigada específica durante el fin de semana”, añade.

Se reduce el consumo de alcohol

Sin embargo, hace apenas un mes el Gobierno de Aragón presentaba las conclusiones de la segunda edición del Plan Autonómico sobre Drogodependencias 2010-2016, en el cual se aseguraba que “los jóvenes aragoneses menores de 18 años consumen menos alcohol, tabaco y cannabis que hace unos años”.

Según los datos arrojados por dicho estudio, se ha producido una disminución del consumo de sustancias, tanto entre adolescentes y jóvenes como en edades adultas, entre ellas el alcohol, cuyo consumo en los 30 días anteriores a la realización de la encuesta entre estudiantes de 14 a 18 años descendió de forma notable del 2012 (80,4%) al 2014 (69,7%).

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