Las rutas escolares y los barracones provocan las primeras protestas en el inicio de curso

Una de las empresas encargadas del transporte no prestó el servicio en el barrio de Valdespartera. Varias aulas prefabricadas del colegio de Rosales del Canal tuvieron problemas, según los padres.

Más de un centenar de personas protestaron ayer en Valdespartera contra los problemas detectados ayer y los retrasos de las obras.
Más de un centenar de personas protestaron ayer en Valdespartera contra los problemas detectados ayer y los retrasos de las obras.
Oliver Duch

El curso escolar comenzó ayer con quejas y protestas en los barrios del sur de Zaragoza. Más de un centenar de personas, todas de amarillo y con cartulinas reivindicativas, se concentraron frente al solar sobre el que se levantará el colegio Valdespartera 3 para evidenciar su malestar frente a los problemas surgidos durante el primer día de clase. Las dificultades, según explicaron, comenzaron a primera hora, ya que cuatro de los cinco autobuses encargados de las rutas de transporte (los niños de infantil estudiarán en Rosales del Canal hasta que el nuevo colegio esté listo) "no aparecieron".

"La empresa, una de las dos que presta el servicio, se ha confundido, pensaba que el colegio empezaba el día 14", explicó María Lalaguna, presidenta de la ampa V3 del CPI Valdespartera III. Esto, según sus palabras, obligó a los padres a reaccionar y coordinarse para llevar a los niños al centro. "Al final han acabado trayendo dos autobuses que han suplido todas las rutas. También han colaborado padres y familiares. Hemos llegado a las 10.30, con una hora y media de retraso. Para los niños ha sido una excursión, pero las familias hemos terminado muy descontentas con el servicio", dijo.

Aunque Educación les ha garantizado que el problema no volverá a repetirse, las familias quisieron hacer ayer "un llamamiento a la previsión y a la planificación" para exigir que el Valdespartera 3 no se retrase ni un día más. "El ritmo que llevan hace que empecemos a ser escépticos", aseguró.

Los contratiempos, en todo caso, no terminaron ahí. Al llegar al centro vieron que "no estaban todos los equipamientos necesarios". "Saben desde hace tiempo que teníamos que ir a ese colegio. Había aulas en las que faltaban muchas cosas por organizar y algunas por llegar", señaló.

Arcosur, otro de los barrios con niños escolarizados en Rosales del Canal hasta que se construyan los colegios, también tuvo problemas. Yolanda Anchelergues, presidenta de la ampa Tirachinas, confirmó que hubo incidencias en el transporte escolar, ya que hubo niños que no aparecían en la lista y alguno que, por despiste del conductor, no fue recogido.

Lo más grave, en su opinión, fue que en uno de los barracones, el de niños de tres años, no funcionaba el baño. A esto hay que añadir que otro estaba "totalmente inoperativo", factor que obligó "a trasladar a los alumnos a otra clase". El Gobierno de Aragón, en todo caso, no confirmó este extremo. Recalcó, en su lugar, que las aulas prefabricadas de Rosales del Canal "están perfectamente equipadas" y que todos los recursos que se necesitaban para el primer día, de adaptación para los escolares de 1º de infantil, estaban preparados.

Una situación "inasumible"

Para Raúl Chueca, presidente de la asociación de vecinos Arqueros de Arcosur, lo ocurrido ayer "no es asumible". "No esperábamos esto. El traslado de los niños no ha sido algo improvisado, se sabía desde hace meses. Esperamos que la DGA resuelva todo lo antes posible", aseveró.

En Parque Venecia, donde también se produjo algún problema "anecdótico" con el transporte escolar, las miradas estaban puestas en la concentración convocada mañana a las 11.30 para protestar contra los retrasos en las obras de infantil. Ayer, la sensación era agridulce. "Agradecemos al Gobierno de Aragón la solución provisional que nos ha dado, pero confiábamos en tener listo el colegio", explicaron desde la asociación de padres y madres.

El temor es que estos atrasos se ‘contagien’ a primaria y no haya aulas suficientes para todos los alumnos, de ahí que reclamen a la DGA "la ejecución y entrega parcial de al menos seis aulas y espacios comunes correspondientes del aulario de primaria" de cara a septiembre de 2018.

Pese a que los principales problemas se concentraron en los barrios del sur, otros, como San José, también registraron incidencias. Varios padres del colegio Calixto Ariño se quejaron de que sus hijos empezasen las clases "acompañados de sacos de cemento, vallas de alambre y ruido de taladros". Esto, según dijeron, se debe a que el comienzo de las obras de acondicionamiento del centro, previsto para principios de agosto, "se ha retrasado y no ha empezado hasta hace prácticamente dos semanas".

Los padres temen que sus hijos tengan que convivir "con incomodidades" durante un periodo de tiempo "aún no especificado", por lo que urgen a terminar los trabajos.

A clase con dos años

La cara amable de la vuelta al cole la pusieron los niños de dos años que ayer fueron a clase por primera vez. Aunque hubo colegios que empezaron sin todo el material necesario (esperaban recibirlo a lo largo del día) todos los niños pudieron entrar a la clase que tenían asignada. Los hubo, como Gael, nuevo alumno del Ramiro Solans, que estuvieron acompañados por sus padres.

"Aún no tiene dos años, los hace en diciembre. Por el momento no ha llorado, aunque está algo tímido", explicó su madre, Elena Lahoz. A su lado, sus nuevos compañeros estrenaban los carritos, las cocinitas y los juegos preparados para la ocasión. "El primer día se busca que entren con seguridad en el aula, que no se agobien, de ahí que hayamos permitido que estuvieran una hora con su familia", apuntó Celia Mallada, la que será su profesora durante este curso.

Este y otros centros comenzaron a llenarse de vida minutos antes de las 9.00. "A nosotras también nos hace muchísima ilusión, no nos gusta estar sin ellos", admitió Remedios Rodríguez, otra de las docentes del Ramiro Solans.

Para algunos, la vuelta al cole se convirtió, literalmente, en una fiesta. Fue el caso de los niños del colegio público Tenerías, que acudieron al centro acompañados por un pasacalles liderado por Don Tic Tac, un personaje que se encargó de despertarlos a partir de las 8.00 para que a ninguno se les pegaran las sábanas.

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