José Luis G. C., el hombre de 85 años que murió arrollado el lunes por el tranvía, era un militar jubilado. Fuentes cercanas a la familia le definieron como "una persona muy organizada y respetuosa". Confirmaron que esa mañana se dirigía a Capitanía, recorrido que realizaba "una o dos veces al mes" y que era "un habitual de la parroquia de Santa Engracia", donde este miércoles se celebrará su funeral.

Al parecer, José Luis G. C. padecía problemas de audición, aunque, según precisaron las citadas fuentes, no llevaba audífono.

No obstante, será la Policía Judicial quien tenga que aclarar si la campana del tranvía llegó a sonar o no, ya que el suceso ocurrió en apenas unos segundos y, por el momento, se desconoce si el conductor del Urbos 3 tuvo tiempo de reaccionar y activar los mecanismos oportunos.

Mientras, colectivos como Acera Peatonal insisten en la necesidad de que el tranvía cuente con claxon "potente" para situaciones de emergencia, una petición que ya han realizado sin éxito en otras ocasiones y que han llegado a trasladar de forma oficial al Ayuntamiento de Zaragoza.