Mil euros de multa y 20 meses sin carné al joven que hizo descarrilar el tranvía

El conductor tendrá que responder en otro juicio civil por los daños causados, que pueden superar los 300.000 euros.

El croquis del atestado policial, al que ha tenido acceso HERALDO, muestra cómo se produjo el choque.
El croquis del atestado policial, al que ha tenido acceso HERALDO, muestra cómo se produjo el choque.

Una multa de mil euros y 20 meses de retirada del carné de conducir, esa es la pena a la que ha sido condenado el joven que el pasado viernes hizo descarrilar un convoy del tranvía a su paso por Valdespartera. Durante el juicio rápido celebrado el pasado lunes, Ignacio G. A., de 21 años, confesó que toda la culpa del accidente fue suya, ya que circulaba bajo los efectos del alcohol –con una tasa de 0,91 mg/l en aire– y se saltó un semáforo en rojo en el cruce entre la avenida del Séptimo Arte y la calle Cantando bajo la lluvia. Al reconocerse autor de un delito contra la seguridad vial y conformarse con la pena que proponía la Fiscalía (1.500 euros y suspensión del permiso durante 30 meses), se le aplicó incluso una rebaja de un tercio a la condena.

Contra la sentencia del Juzgado de Instrucción número 2 de Zaragoza ya no cabe recurso, por lo que con el abono de los mil euros y la entrega del permiso de conducir el joven habrá zanjado su responsabilidad penal. Sin embargo, tendrán que celebrarse todavía varios juicios para dirimir la cuestión económica del aparatoso accidente, ya que los perjudicados se han reservado las acciones civiles.

Los peritos tienen mucho trabajo por delante, pero durante el juicio celebrado el lunes los abogados de Los Tranvías de Zaragoza y del Consistorio ya adelantaron que los daños causados podrían rebasar los 300.000 euros. Porque a la reparación de la cabeza tractora y los vagones hay que sumar las casi diez horas que el servicio estuvo suspendido, el coste de las dos enormes grúas contratadas para mover el convoy (que recorrió casi 30 metros por fuera de las vías), así como las señales y semáforos arrancados. Por fortuna, la pericia del conductor del tranvía –que tuvo que ser asistido en la clínica de la MAZ de una cervicalgia– evitó que el Urbos 3 cayera por un terraplén, lo que sin duda hubiera tenido consecuencias mucho más graves.

Los afectados deberán ser indemnizados por Mapfre, que es la compañía con la que estaba asegurado el Opel Astra que conducía el infractor (el vehículo está a nombre de su madre, que también ha sido denunciada por no tener pasada la ITV). Sin embargo, al quedar acreditado que el joven conducía ebrio, la aseguradora podrá reclamar después a este las cantidades abonadas a los perjudicados.

Simuló un desmayo

Según el atestado del accidente, al que ha tenido acceso HERALDO, cuando los agentes de la Policía Local acudieron a interesarse por el conductor del coche comprobaron que este presentaba "signos inequívocos" de encontrarse influenciado por la ingesta de alcohol. Sin embargo, el joven mostró en todo momento una actitud "tranquila y colaboradora" hasta el momento en el que le dijeron que tenía que someterse a una prueba de etilometría. "Momento en que comienza a simular que se ahogaba, tosiendo compulsivamente y fingiendo que perdía la consciencia", dicen en su informe.

Los municipales tuvieron serios problemas para hacer soplar al conductor en la boquilla del etilómetro, pero finalmente lograron una medición válida: el resultado, una tasa de 0,91 mg/l (el límite penal es de 0,50 mg/l). Los análisis de sangre y orina a los que el infractor se sometió después en el hospital confirmaron el positivo.

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