El calor y cuatro días de juerga pasan factura a los quintanos en la suelta de vacas matutina

El ‘Quinto Prix’, la comparsa de cabezudos y la charanga ‘Monster Band’ animaron la tarde a los vecinos y visitantes.

La primera suelta de vaquillas en Quinto estuvo marcada por las altas temperaturas.
El calor y cuatro días de juerga pasan factura a los quintanos en la suelta de vacas matutina
Raquel Labodía

Vaquillas, un toro de fuego, un concurso gastronómico de tapas y tortillas o una sesión de baile fueron algunos de los actos que ayer pudieron disfrutar los vecinos de Quinto en su cuarto día de fiestas. La diana a las 10.00, amenizada por la charanga ‘Monster Band’, abrió la jornada. Posteriormente, empezó la primera suelta de vaquillas por la calle de Zaragoza a cargo de la ganadería ‘El Barquero’. Dos horas de encierro que dieron comienzo con el lanzamiento de un cohete y unos pocos presentes, que fueron a más con el paso del tiempo.

El calor presente y una larga noche de fiesta y baile, la madrugada anterior, causaron estragos en muchos jóvenes que decidieron quedarse en la cama reponiendo fuerzas. Para el vecino Francisco Dubol, las altas temperaturas no fueron un problema. "Intento venir a todas las becerras que puedo porque son algo que me gustan desde niño. Aunque yo solo me dedico a verlas, no me atrevo a saltar y hacer recortes", declaraba el aficionado.

Los mayores del pueblo eran los asistentes más numerosos tras las barreras de protección, como Miguel Úbeda, octogenario que aprovechaba una de las codiciadas sombras para ver pasar a las vaquillas apenas a medio metro de distancia. Este quintano recordaba nostálgico cómo hace muchos años este tipo de actos duraban "desde la mañana hasta la noche". "Había vacas todo el día de manera ininterrumpida, pero solo se organizaban un día o dos, no como ahora que prácticamente hay todos los días", afirmaba el anciano.

Por la tarde aumenta el público

Después de la siesta o de las primeras horas en pie para los más trasnochadores empezó el ‘Quinto Prix 2017’, un concurso que comenzó a las 18.00, un horario más llevadero que el encierro de la mañana para todos aquellos que estuvieron de parranda hasta el amanecer.

"La cosa suele estar más animada por la tarde-noche, cuando ya se pasa algo la resaca, además también se anima gente de otros pueblos de alrededor. Y es que para ver la vaca de fuego a la noche tienes que venir con tiempo si quieres coger un buen sitio", explicaba Paco Corral, vecino jubilado. Dos horas más tarde, en horario vespertino, los cabezudos junto a la charanga ‘Monster Band’, deleitaban a los más pequeños. Y después de cenar, los niños también pudieron imitar a sus mayores con los ‘Toros Chiki’. Por otra parte, jóvenes y adultos pudieron ver la actuación del festival de arte callejero o una competición gastronómica de tapas y tortillas para los más cocinitas. Y pasada la media noche nadie quiso perderse la ya citada vaca de fuego y la cuarta sesión de baile con un bingo durante el descanso.

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