El sistema antiniebla cumple un año permitiendo el vuelo de 8.000 pasajeros y 2.800 toneladas de carga

Sin el ILS de categoría II/III, no habrían podido operar 72 vuelos con destino o salida desde Zaragoza.

Ha pasado ya un año y una semana desde que el Aeropuerto de Zaragoza pusiera en servicio el ansiado y reclamado sistema de aterrizaje instrumental, el ILS (Instrumental Landing System) de categoría II/III. Una tecnología que permite a las aerolíneas operar en condiciones de baja visibilidad, sobre todo cuando la niebla que asoma en la capital aragonesa entre noviembre y febrero dificulta en gran medida las maniobras.

En los días más críticos de niebla era habitual que algunos vuelos, tanto de pasajeros como de carga, tuvieran que ser desviados a otros aeropuertos que disponían de la tecnología adecuada o se contaban con una situación meteorológica más favorable. Reus, Gerona, Barcelona o Vitoria eran algunos de los destinos improvisados en estos casos.

La tesitura ha cambiado de forma radical en este último año gracias al ILS. Desde finales de junio del pasado curso hasta marzo de este año, cuando el Aeropuerto de Zaragoza se enfrentó al último episodio de niebla, el sistema ha permitido la llegada o salida de 29 vuelos comerciales que transportaban a 8.097 pasajeros que no tuvieron que sufrir un contratiempo en forma de cancelación, retraso o desvío a otra ciudad.

Los datos facilitados por AENA reflejan, asimismo, que el procedimiento de visibilidad reducida (LVP) se ha activado en un total de cuarenta vuelos de carga, impidiendo que 2.835,386 toneladas de mercancías se quedaran en tierra o estirasen su recorrido. Cabe recordar que la infraestructura zaragozana juega un papel capital en el transporte aéreo en España, siendo la tercera en la red nacional, solo por detrás de Barajas y El Prat, y ocupándose de un 12% de la carga transportada por esta vía.

Por último, la tecnología antiniebla ha posibilitado que dos vuelos privados y uno más de la escuela de Huesca pudieran llegar a operar.

¿Cómo funciona?

El ILS es un sofisticado sistema que emite señales radioeléctricas a los aviones para permitirles tomar tierra, dándoles información totalmente fiable, sin visibilidad vertical por causa de niebla o nubes bajas. Envía dos señales. Una senda de descenso, que guía al piloto para que mantenga su ángulo de pendiente de aproximación, y un localizador, que le dirige indicándole posibles desviaciones laterales respecto al eje de pista.

La instalación de esta tecnología supuso una inversión de más de 7 millones de euros. La categoría II/III, la máxima existente, permite que las aeronaves aterricen con un alcance visual de pista inferior a 200 metros y un techo de nubes de entre 0 y 30 metros.

Récord de vuelos chárter

La infraestructura zaragozana está de enhorabuena este verano, en el que batirá su récord de vuelos chárter. Tal y como informaba HERALDO la pasada semana, la capital aragonesa tiene programadas hasta 33 salidas hasta el mes de septiembre a nueve destinos europeos que, a estas alturas, están casi completos. La novedad de este año se centra en el estreno de dos conexiones, Escocia y Noruega, a las que hasta ahora no se había volado y que permitirán a los viajeros hacer circuitos por ambos países.

Además, de cara a 2018 se prevén nuevas conexiones regulares con dos rutas de carácter estival con destino a Múnich y Venecia.

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