Lacasta acusa a un socio de falsificar su firma para quedarse con la mayoría de una empresa

La fiscal pide 9 meses de cárcel por falsedad mientras que el encausado dice que pecó de confiado por no ir al notario.

Eduardo Lacasta (con pelo blanco) frente al acusado (vestido de negro), ayer en la Audiencia.
Eduardo Lacasta (con pelo blanco) frente al acusado (vestido de negro), ayer en la Audiencia.
José M. Marco

Eduardo Lacasta Lanaspa, principal dueño de Fincas Atlanta y otras sociedades, acusó ayer en la Audiencia de Zaragoza a Javier A. A., de falsificar su firma para quedarse con la mayoría de la empresa Fincas Arcal, que se dedicaba a alquilar pisos. Ambos tenían el 50% de la sociedad mercantil y una relación casi familiar desde 1994, pero, según la fiscal, que también le acusa, Javier A. A. falsificó el contrato de compraventa del 22% de las acciones que eran de la sociedad Iberlatre Norte (propiedad de Eduardo Lacasta). En el documento aparece un recibí supuestamente firmado por Eduardo Lacasta por los 18.200 euros en metálico que Javier A. A. asegura que pagó.

"Dicha operación no se llevó a efecto y se aprovechó la situación de discapacidad física de Eduardo Lacasta (tiene una visión del 5%) para conseguir su firma en los documentos", señaló la fiscal. Por su parte, el acusado explicó que Fincas Arcal se dedica a alquiler de pisos en Zaragoza y tenía un centenar a su nombre en la zona del Casco Histórico, con una media de ingresos mensuales de 30.000 euros. "Lacasta no firmaba lo que no entendía. Todo se decidía por unanimidad", declaró Javier A. A., quien agregó que el documento fechado en marzo de 2008 lo preparó un contable y Lacasta lo firmó. "Luego vendió parte de la empresa a su familia sin informarnos. Lacasta hacía de su capa un sayo y pequé de confiado por no ir al notario", agregó.

Asimismo, el acusado calificó de "barbaridad" el peritaje caligráfico que determinó en un pleito civil que el documento no era auténtico. De hecho, llevaba estampado un sello de Iberlatre Norte cuando la fecha en la que apareció (marzo de 2008) el domicilio no era la calle de Josefa Amar y Borbón sino que se encontraba en el Camino de las Torres.

Eduardo Lacasta manifestó que el acusado aprovechó su estancia en prisión provisional en 2013 (investigado por descapitalizar sus empresas y blanqueo de capitales) para realizar la falsificación y usó el sello de 2008. "¿Cómo iba a vender por 18.000 euros una parte de la empresa que vale tres millones? No he vendido las acciones", declaró. "Era mi amigo y la mano derecha en la empresa", añadió.

La fiscal pide nueve meses de cárcel a Javier A. A. por falsedad y tentativa de estafa procesal. La acusación, ejercida por Gerardo Benítez, solicitó dos años por la falsedad y once meses por la estafa. Y la defensa, a cargo de Alejandro Uriel, la libre absolución.

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