“El ruido de los aviones despierta a los niños. No podemos seguir así”

Las infraestructuras infantiles y de educación, y el ruido provocado por los aviones, preocupaciones para los vecinos de Rosales del Canal.

Rosales del Canal, con algo más de 10 años de existencia, pertenece al distrito de Casablanca, que cuenta hoy en día con 43.400 habitantes según el Padrón Municipal. Pese que es un barrio relativamente nuevo, sus vecinos llevan luchando desde el principio para que esto no suponga que les dejen de lado.

Una de sus principales reivindicaciones es que, a pesar de que más del 30% de la población es menor de edad, la superficie destinada a áreas infantiles “es mínima”. “Solo contamos con dos parques y son extremadamente pequeños”, indica Óscar González, vocal de la Asociación de Vecinos Entrelagos de Rosales del Canal.

Pablo Marzo, residente en la zona desde hace seis años, confirma la situación. “Tengo dos críos pequeños y muchas veces hay que hacer cola y esperar el turno para poder subir a los chicos a un columpio. No puede ser que llevemos años pidiendo más espacios infantiles y siga todo igual”.

Más colegios e institutos

Si los espacios infantiles preocupan a los vecinos, no es menos la necesidad de aumentar los educativos. González señala que “el CEIP Rosales del Canal ya se ha quedado pequeño”. “En su momento se crearon nuevas aulas para acoger a más niños y estas también se han saturado.  Son necesarios más colegios”.

Luisa Asín, cuyas nietas van a 6º de Primaria en dicho centro lectivo, añade que “el problema no son solo los colegios, si no que esos niños están ya creciendo y no tienen ni un instituto al que acudir en la zona, así que tendrán que desplazarse para poder asistir a clase”.

El ruido de los aviones, un problema recurrente

Otra de las quejas que plantean los vecinos y por la que, este miércoles, se realizó una jornada enmarcada en la celebración del Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido, es la del impacto acústico de la aviación. “Dado el sonido que provocan, muchas veces el colegio tien que parar las clases hasta que cesa. Sobre todo cuando pasan los aviones militares que están de maniobras y traspasan la velocidad del sonido, provocan un gran malestar”, apunta González.

Una situación que corrobora Alma Mur, vecina de Rosales desde hace cuatro años. “Mis hijos se han despertado más de una vez por el ruido en plena noche. Así no podemos seguir y más cuando las instituciones conocen este problema. No sé qué solución habrá, si será desviando la ruta de llegada de los aviones comerciales o las zonas de maniobras de los militares, pero es algo realmente molesto, que afecta y sobre lo que se debe actuar”, concluye Mur.

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