El juez envía a prisión a una mujer por un 'simpa' de una cena de cumpleaños

Se comprometió a abonar la deuda a plazos para no tener que cumplir la pena de 6 meses por estafa, pero no lo ha hecho.

Copia de la factura aportada a la Policía.
Copia de la factura aportada a la Policía.
Heraldo.es

Los 1.221 euros que dejó a deber en un restaurante por una cena de cumpleaños a la que asistieron 50 invitados le van a costar a una vecina de Zaragoza una buena temporada en prisión. Podría parecer un castigo demasiado severo para un ‘simpa’ relativamente discreto, pero el juez que ha ordenado el encarcelamiento de Robertha S. T. tiene sus motivos. "No paga porque no quiere, no porque no pueda", explica en un auto que fue recurrido por la mujer, pero que ha sido confirmado ahora por la Audiencia Provincial. La encausada dijo no tener ingresos para saldar cuentas con el dueño del restaurante, pero lo cierto es que trabaja y ha estado cobrando una nómina.

Los hechos que llevarán a esta nicaragüense de nacimiento a una celda de Zuera se remontan al 24 de enero de 2015, fecha en la que esta convidó a un nutrido grupo de familiares y amigos para celebrar un cumpleaños en un establecimiento de la calle de Conde de Aranda. Durante el transcurso de la celebración, la mujer se dirigió al propietario del local y le contó que no podía pagarle en ese momento porque estaba esperando un envío de dinero de Estados Unidos.

Cuando semanas más tarde interpuso una denuncia por estafa en comisaría, el dueño del restaurante explicó a los agentes que accedió a retrasar el cobro porque se trataba de una cliente conocida y en principio dio por buena su palabra. Sin embargo, cansado de que esta le diera "largas" durante más de un mes, el hombre decidió emprender acciones contra ella.

La Policía procedió a la detención de la presunta autora del ‘simpa’ y al preguntarle si había dejado a deber una cena de cumpleaños para 50 comensales confesó que sí. Sin embargo, esta dio después una versión de los hechos muy distinta a la del hostelero, hasta el punto de decir que la celebración había costado 5.000 euros y que ella había adelantado los primeros 3.000 en metálico. A lo largo de la instrucción, quedó demostrado que la investigada había mentido, ya que el denunciante aportó una factura –a la que ha tenido acceso HERALDO– que deja claro que el importe total de la cena fueron 1.221 euros. Ni un euro más.

A la hora de calificar los hechos, la Fiscalía pidió una pena de año y medio de prisión para Robertha S. T. como autora de un delito de estafa. La acusación particular, ejercida por el letrado Simón Lahoz en nombre del hostelero, elevó la petición de cárcel a tres años. La organizadora de la cena ni siquiera se presentó al juicio, por lo que el titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Zaragoza llegó a dictar un auto de detención e ingreso en prisión. Aquella inasistencia le costó cuatro días en Zuera, por lo que la encausada procuró no faltar a la segunda citación para juicio.

Le dieron seis meses para pagar

La vista oral por este ‘simpa’ apenas duró unos minutos, ya que las partes alcanzaron un acuerdo previo y el juez pudo dictar sentencia in voce (a viva voz). La Fiscalía y la acusación particular aceptaron el pacto porque lo que les interesaba era que la deuda quedara saldada. Y como la mujer se mostró dispuesta a abonar el importe de la cena en seis plazos, las acusaciones no pusieron problemas en rebajarle la pena a seis meses de prisión. El acuerdo era bueno para todos, ya que el dueño del restaurante cobraba y ella, al abonar la cantidad debida, conseguía que le suspendieran la condena.

Expirado el plazo acordado para saldar cuentas, el denunciante tuvo que advertir al juez de que seguía sin cobrar. De hecho, en el periodo de seis meses que tenía para satisfacer los 1.221 euros, la condenada solo había entregado 300. Además, otro de los compromisos para sellar el pacto era que la autora del ‘simpa’ se hiciera cargo de los gastos de la acusación particular, y tampoco lo había hecho.

Llegados a este punto, el titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Zaragoza tuvo que emplazar esta semana a Robertha S.T., de 36 años, para que acudiera a su presencia y fijara una fecha para su ingreso voluntario en el centro penitenciario de Zuera. Pero esta no se presentó y el magistrado dictó una orden de búsqueda y captura para su ingreso en prisión.

El ‘simpa’ ha sido siempre un clásico en la hostelería, a la que le ha tocado combatir a sus autores con resignación e impotencia. Sin embargo, el fenómero parece haberse reavivado en los últimos años, hasta el punto de surgir auténticos especialistas en saquear restaurantes por toda España. Y ya no son un par de cañas lo que dejan de abonar, sino hasta bodas, bautizos y todo tipo de celebraciones. El envío a prisión de esta mujer demuestra ahora que todo tiene un precio y si no se paga en efectivo se hace con cárcel. Habría que preguntarle, eso sí, si está de acuerdo con el nombre del restaurante: Valió la pena.

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