El conflicto del autobús urbano, 112 días después del inicio de la huelga, sigue vivo. Y además, de forma indefinida. Los trabajadores votaron en contra de la firma del convenio colectivo que proponía la empresa, un documento que contaba con el aval del Ayuntamiento y que se había convertido en la única posibilidad real de acabar con los paros parciales a corto plazo. El resultado, además, fue contundente, con un 74% de votos en contra de la propuesta. Por tanto, seguirán las largas esperas en las paradas -en doble sesión de mañana y tarde-, sin visos de que pueda haber una solución para la que es desde hace semanas la huelga más larga de la historia del servicio en la ciudad.

El referéndum convocado ayer contó con la participación de 987 de los 1.193 trabajadores de la empresa, el 82,7%. De ellos, 735 votaron en contra de la propuesta de convenio colectivo (74,47%), mientras que 231 pidieron al comité que sí firmara el documento (23,4%) -21 fueron en blanco-.

Javier Anadón, presidente del comité de empresa, valoró "el grado de concienciación de la plantilla" y dijo estar dispuesto a volver a negociar con la empresa "para buscar un acuerdo esta misma semana". La empresa, por su parte, reiteró su intención de no sentarse a dialogar de nuevo hasta que se levanten los paros parciales y, además, empezando las negociaciones "desde cero". El comité de empresa se reunirá hoy para valorar qué nuevas medidas, peticiones y movilizaciones emprende, aunque Anadón avanzó que los paros seguirán "en la misma franja horaria".

La votación estuvo fuertemente influenciada por la postura que ha mantenido el comité de empresa desde que convocó la votación. Los representantes de los trabajadores aceptaron la petición del Ayuntamiento de convocar la consulta, pero hicieron campaña pidiendo a la plantilla el ‘no’. De hecho, el pasado sábado todas las secciones sindicales firmaron un comunicado en el que decían que "hay que seguir forzando la negociación hasta alcanzar los objetivos". "Tenemos que acabar la negociación de forma satisfactoria, no podemos echar por tierra todo el esfuerzo hecho hasta ahora", añadían en un documento en el que, además, se mostraban muy duros con el equipo de Gobierno de ZEC: "El Ayuntamiento se ha visto desbordado, se ha retratado, quitándose la careta y posicionándose del lado de la empresa".

La propuesta de convenio colectivo que rechazó ayer la plantilla recogía subidas salariales fijas del 4% hasta el final del convenio (2019), independientemente del comportamiento del IPC. Además, en caso de que la evolución de los precios se fuera por encima de este porcentaje, se produciría un ajuste el penúltimo año para compensar esa pérdida de poder adquisitivo.

Sin embargo, el comité de empresa aspira a mejorar las condiciones económicas, ya que ahora "no se garantiza mantener el poder adquisitivo". También critica "la pérdida de derechos sociales", por las indemnizaciones por bajas temporales o incapacidades permanentes.