La planta potabilizadora de Casablanca cumple 50 años

Su puesta en marcha supuso un hito en la historia del uso del agua en Zaragoza.

La planta potabilizadora de Casablanca cumple 50 años.
La planta potabilizadora de Casablanca cumple 50 años.
Daniel Marcos

El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, y otras autoridades municipales han visitado este lunes la planta potabilizadora de Casablanca, que acaba de cumplir 50 años suministrando, de manera ininterrumpida, agua de boca de calidad a los hogares zaragozanos.


El pasado 15 de noviembre se cumplió el 50 aniversario de la puesta en marcha de la primera fase de esta planta, que supuso un hito en la historia del uso del agua en la ciudad, ya que la instalación ha permitido que Zaragoza contase, a partir de ese momento y de manera continuada, con agua de una calidad garantizada, según ha informado este lunes el ayuntamiento de la capital aragonesa.


Este hito solo resulta comparable con el que se produjo hace más de cien años, en 1912, cuando se inició el abastecimiento domiciliario de agua mediante una red moderna, lo que permitió empezar a disponer de suministro de agua en cada vivienda de la ciudad, evitando a la ciudadanía, especialmente a las mujeres de la época, el esfuerzo de tener que acudir a la fuente pública más cercana.


Con anterioridad a esta instalación se habían producido diversos intentos para tratar el agua del Canal Imperial, eliminado el barro que contenía, pero no se logró el éxito esperado.


A lo largo de los años 60 del pasado siglo se produjo un incremento muy notable del consumo de agua de la ciudad debido al aumento de su población y del consumo de agua por habitante, consecuencia directa de la mejora del nivel de vida que tuvo lugar en esos años. En apenas dos décadas, la población de Zaragoza se incrementó en 175.000 habitantes.


Este efecto también lo sufrió la instalación puesta en marcha en 1965, ya que prácticamente desde su entrada en servicio, el caudal que aportaba (2 m3/sg) era insuficiente para atender la demanda de la ciudad.

Esta situación hizo que de manera casi inmediata se iniciara la construcción de una segunda fase, que comenzó a funcionar en 1968. Una vez que las dos fases estuvieron en servicio, el caudal que eran capaces de suministrar entre ambas (4 m3/sg) permitió que la totalidad de la ciudad contase con agua potable de buena calidad.


En sus primeros años de funcionamiento, esta instalación era conocida con el nombre de Estación Clarificadora, ya que su función esencial era la de extraer la materia en suspensión que contenía el agua, el famoso barro del Canal Imperial que anteriormente se eliminaba en cada domicilio con engorrosos filtros de cerámica, dejándola clara y transparente.


El concepto de potabilización del agua es más moderno y se refiere a la extracción del agua no solo de las sustancias visibles, sino también de una variada gama de productos cuya presencia, incluso en cantidades minúsculas, puede suponer una afección negativa para la salud de las personas.


En la normativa actualmente vigente, para garantizar la condición de potable del agua, se controla el contenido de un total de 53 sustancias, y en buena parte de ellas la cantidad admisible se expresa en microgramos por litro de agua.


A lo largo de sus 50 años de vida, esta instalación ha sido capaz de producir agua que cumplía la totalidad de requisitos establecidos en la normativa que en cada momento ha estado vigente.


En todo este periodo, cuando una parte de la ciudad ha carecido momentáneamente de suministro de agua potable, ha sido consecuencia de una avería en alguna de las tuberías de la red de distribución y en ningún caso por falta de disponibilidad de agua potable.


Para ello, es fundamental el papel de los depósitos de almacenamiento de agua potable que se encuentran emplazados junto a la potabilizadora, cuya capacidad supone casi un día de consumo, y que han hecho posible las operaciones de mantenimiento de esta instalación sin necesidad de cortar el suministro a la ciudad.


Otro elemento fundamental de las instalaciones, que se construyó gracias a los fondos de financiación provenientes de la Unión Europea, lo constituye la planta de tratamiento de fangos con que cuenta la potabilizadora, que extrae los barros y materia en suspensión del agua que se procesa, y que devuelve al circuito de potabilización el agua que se recupera.


A lo largo de estos cincuenta años muchas cosas han cambiado en esta instalación (reactivos utilizados, material filtrante, sistemas de control, equipos mecánicos), pero los procesos básicos que la integran siguen funcionando con una configuración similar a la original.


Buena parte del éxito reside en el equipo humano, formado íntegramente por empleados municipales, que han logrado su adecuado funcionamiento y su evolución para hacer frente a las nuevas exigencias que se han ido produciendo en este campo.

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