El culebrón San Mateo continúa

A la complicada situación política del Ayuntamiento, se suma que en año y medio ha habido dos asaltos a la casa consistorial en los que han revuelto papeles y forzado cajones, sin llevarse nada de valor.

Cajones abiertos, cinco bombines rotos, solo dos despachos revueltos y, aparentemente, ningún objeto robado. Es el resultado del misterioso asalto al Ayuntamiento de San Mateo de Gállego, que ayer se despertó con la Guardia Civil en las puertas de la casa consistorial después de que los empleados que primero entraron al edificio advirtieran que la puerta estaba forzada. No es la primera vez que esto ocurre, ya que hace año y medio, alguien accedió a las dependencias municipales para llevarse una memoria de USB con información sobre las cuentas del Ayuntamiento. Un nuevo capítulo en el culebrón San Mateo que se suma a la ya de por sí complicada situación política, con la alcaldesa gobernando sola después de que la semana pasada destituyera al concejal condenado a dos años de prisión por un delito de apropiación indebida, hasta entonces su único apoyo en el equipo de gobierno.


La propia alcaldesa, la aragonesista Teresa Solanas, calificó de "vendetta" (palabra italiana que significa venganza) para intentar explicar lo ocurrido en las oficinas del ayuntamiento. "Había varias puertas forzadas y habían revuelto papeles en el despacho. Estaba todo por encima de la mesa, hasta unas galletas que guardo en el cajón -detalló Solanas-. No he observado que faltara nada". La regidora municipal confirmó que ella misma puso la correspondiente denuncia ante la Guardia Civil y se dio cuenta al seguro.

"Pienso que el móvil no ha sido el robo, sino llamar la atención. De vendetta italiana... una provocación", añadió.


Según concretó la propia Solanas, una de las cosas que le habían dejado sobre la mesa tras revolver su despacho era una fotocopia de un artículo de HERALDO en el que se informaba de la situación del Ayuntamiento de San Mateo y de la condena de la Audiencia Provincial a dos años de cárcel al concejal del PP Jesús Sala por haber cobrado muchos de los 96 cheques que su esposa, Mercedes García Pérez, emitió de forma ilícita aprovechándose de su condición de presidenta de la Asociación de Propietarios El Saso.


Solanas concretó que los asaltantes solo habían revuelto su despacho y el de una funcionaria, que durante los últimos tres años ha sido tesorera del Ayuntamiento y que la pasada semana fue cesada. "Es un cargo de confianza, potestad mía y como he perdido la confianza que tenía en ella, la cesé", explicó la alcaldesa. Solanas recordó también que se había interpuesto una denuncia contra esta trabajadora por unas declaraciones que aparecieron en un foro en internet. La tesorera tiene otros pleitos abiertos, uno de ellos contra el secretario del Ayuntamiento, Ángel Pueyo, para quien el fiscal pide un año de cárcel por un delito contra la integridad moral por el trato degradante a esta funcionaria.


Otras fuentes municipales calificaron el asalto al despacho de Paesa como un "mecanismo de intimidación" después de que la funcionaria haya solicitado recientemente información por escrito sobre una provisión de fondos de 2.500 euros para gastos de procurador y avisado de que en el caso de que no reciba contestación, lo pondrá en conocimiento de la Fiscalía Anticorrupción por si pudiera existir malversación de caudales públicos.


A finales de abril de 2013 se produjo otro robo en el Ayuntamiento. Entonces, al igual que ahora, los asaltantes también forzaron puertas y rompieron bombines. Se llevaron una memoria USB que contenía una copia de seguridad con los datos de la contabilidad municipal del ejercicio 2006 y otra de los registros de entrada y salida de los ejercicios 2010 a 2012.


La investigación llevó a la Policía Judicial a tomar muestras de saliva a los funcionarios, ya que cuando sustrajeron la memoria externa encontraron manchas de sangre. Fuentes de la Guardia Civil concretaron ayer que de las pruebas de ADN realizadas entonces no salió nada concluyente que pudiera esclarecer el caso.