"A Zaragoza solo le falta creérselo"

Seis personas hablan de la ciudad en su día grande. De sus fortalezas, de sus debilidades y de las opiniones que se generan dentro y fuera de ella

De izquierda a derecha, Míchel Zarzuela, Manuel López, Nieves Boj, Fernando Lacasa, Braulio Cantera y Christian Lapetra.
"A Zaragoza solo le falta creérselo"
Guillermo Mestre

Es el día grande de la ciudad; la jornada en la que los focos, habitualmente desviados a otros lares, apuntan a la capital de Aragón; el momento en el que los vecinos de toda la vida, los de nuevo cuño y los ‘foranos’ se echan a la calle en una mastodóntica muestra de fervor popular. El 12 de octubre, día del Pilar, seis personajes de la ciudad –nacidos o no, pero de la ciudad–, debaten abiertamente sobre Zaragoza.


¿Por qué les gusta esta ciudad?

Fernando Lacasa: Ubicación y cercanía. Se puede ir andando a todos los sitios, es una ciudad amable y simpática.

Manuel López: Cordialidad. Es cordial y acogedora, un sitio donde los extraños no se sienten extraños. Eso es un gran valor.

Christian Lapetra: Sí, todo el mundo que viene, repite.

Nieves Boj: Mestizaje y diversidad. Acoge muy bien desde siempre, podemos ir a la historia. ¡Ah! Y el entorno, la cercanía a los Pirineos le dan un punto muy bueno.

Míchel Zarzuela: Es una ciudad equilibrada, correcta. Humilde y potente, pero ni muy humilde ni muy potente. Es una ciudad media en el buen sentido.

M. López: No es espectacular.

M. Zarzuela: Eso es. 


Los de ‘casa’, ¿realmente apreciamos los valores que encierra Zaragoza? 

M. Zarzuela: Yo creo que hay una falta de autoestima tremenda. Y se nota en que la gente que viene de fuera valora los avances que hemos hecho, y lo dice. El de aquí se resiste a incluirlos como grandes propuestas.

Braulio Cantera: Falta autoestima y algo de ego. Somos incapaces de reconocer que se hacen bien las cosas. Nos falta ese punto de tirar para adelante. Somos capaces de hacer muchas cosas, pero parece que tiene que venir alguien de fuera a decírnoslo. 

N. Boj: Se sorprenden de los recursos que tenemos, de la creatividad e innovación. Pero nosotros no nos cuidamos mucho.

C. Lapetra: Y luego el peso que tenemos en España es limitado. Las administraciones tendrían que ser altavoces, coordinarse para hacer de Zaragoza un centro turístico. No solo de visitantes, sino financiero. Tenemos empresas muy grandes y consolidadas.

M. López: Y con mucho desarrollo tecnológico.

F. Lacasa: El tamaño medio yo creo que es bueno. Te permite ser más humilde. El grande saca pecho y se complica la vida. Aquí somos más cordiales, es más fácil venir aquí.

M. López: Estoy de acuerdo. Podemos hacer convocatorias que son aceptadas porque no molestamos. Convocas aquí a grandes empresas y vienen porque es un sitio correcto, están cómodos. Esto es una fortaleza.


Y fuera de Zaragoza, ¿se dan cuenta de estos valores? ¿Nos conocen bien? 

F. Lacasa: Yo es que creo que no nos ven. ¿Cuántos de nosotros, cuando salimos al extranjero, tenemos que decir ‘between’ Madrid y Barcelona? 

N. Boj: Yo estoy de lo del ‘between’ hasta... Hay que hacer un esfuerzo identitario, que nos pongamos todos en valor porque eso genera que vayamos hacia adelante.

B. Cantera: Por eso hace falta hacer un frente común. Pero todos unidos. Tenemos muchas cosas que no se valoran. Por ejemplo, las fiestas. Su repercusión mediática es muy baja, mucho menor de la que debería tener con la cantidad de visitantes que vienen.

C. Lapetra: Saldremos con la Ofrenda los 15 segundos de la conexión. 

M. López: Por dar una visión más positiva: si cruzamos la frontera, Zaragoza es referencia en todo el sur de Francia. Nos entienden y nos prefieren al País Vasco y a Barcelona como relación con España. Y en España la visión de Zaragoza es buena. Si dices que eres de aquí, se toma como algo bueno.

F. Lacasa: Yo también creo en este mensaje. Como aragonés, nadie te mira mal. 

B. Cantera: Está claro, la gente fuera nos valora. Es a nosotros a los que nos cuesta de verdad creernos que lo hacemos bien. Lo que le falta a Zaragoza es creérselo.

C. Lapetra: Pero esa es la idiosincrasia del aragonés. El ‘a este dale duro que es de aquí’.

M. Zarzuela: Sí, es el chauvinismo inverso. Aquí hubo un momento de autoestima tremenda con la Expo de 2008. Se acaba y empieza la crisis, y ahí finalizala unanimidad política en la ciudad. Ahora no tenemos grandes proyectos y las fuerzas políticas no están siendo racionales. 

M. López: Es muy interesante eso. Lo que no podemos hacer es caer en la crispación. Tenemos una capacidad de acuerdo que no existe en España, Madrid es un entorno abrumadoramente crispado.


¿Son las fiestas del Pilar un ejemplo de lo contrario, del momento en el que todo el mundo se iguala para celebrar algo?

M. López: Las fiestas nos reflejan bastante bien. Los toros en Pamplona son un espectáculo bastante individual, las Fallas van por barrios... Aquí, la Ofrenda es una fiesta profundamente popular y enraizada.

N. Boj: Es la fiesta en la calle, popular y cultural. Viene gente muy buena en diferentes ámbitos culturales, en muchos casos gratis. La gente considera las fiestas como suyas, aunque me gustaría que no se centrara tanto en unas zonas, que se expandiera más.

B. Cantera: Yo estoy convencido de que hay pocos sitios que puedan tener el abanico cultural que está habiendo en estas fiestas. 

N. Boj: El objetivo de que sean populares se ha conseguido.

C. Lapetra: Es que en cuanto nos ofrecen algo, nos vamos a la calle.


¿Qué virtudes concretas creen que tiene Zaragoza que no se aprecian fuera?

M. Zarzuela: El tema medioambiental.

M. López: Sí, la gente que viene lo dice, qué bien ha quedado el río, el parque del Agua... El tranvía nos da una imagen muy buena.

N. Boj: La interrelación entre lo natural y lo urbano es espectacular, y la gente no lo conoce. Yo soy una enamorada del soto de Cantalobos.

M. Zarzuela: La autoestima que tenemos viene porque no hemos sabido hacer que la gente disfrute de la realidad que tiene en Zaragoza. Estoy seguro de que el 90% de la ciudad no ha visto los museos o Cantalobos. 

C. Lapetra: A nivel de infraestructuras tenemos de todo para ser apreciados, unas buenas comunicaciones, AVE...

F. Lacasa: Y una gran universidad que colabora con las empresas.

M. López: Por poner objeciones, hemos perdido vuelos de bajo coste que nos daban mucha visibilidad. Y tenemos que reivindicar una línea de alta velocidad que nos conecte con el País Vasco. Estoy de acuerdo con la TCP, pero la línea entre el País Vasco y el Mediterráneo deberíamos defenderla con la misma fuerza. Esta, además, es más posible.

F. Lacasa: En el caso de los vuelos baratos, yo no defiendo las subvenciones.

M. López: Pero gracias a ellos, ¿cuánto gana la ciudad?

F. Lacasa: No lo sé, me gustaría ver la cuenta de resultados.

N. Boj: A mí me cuesta hablar de líneas de AVE o de aeropuertos cuando nos han desmantelado la red ferroviaria de Aragón. Hubo un momento en el que todo eran autovías, aeropuertos en cada ciudad...


¿En qué más necesita mejorar Zaragoza? 

M. Zarzuela: En el ámbito cultural, falta algo que nos diferencie. Con Valladolid piensas en el festival de cine, no te digo nada de San Sebastián... Hay ciudades que se han especializado. Aquí hacemos de todo y no somos especialistas en nada. 

B. Cantera: Sí, somos sabedores de mucho pero conocedores de nada.

C. Lapetra: Yo diré que la ciudad necesita un Real Zaragoza en Primera División y consolidado. Los Magníficos pusieron la ciudad en el mapa europeo. 

M. Zarzuela: Y hay otro elemento de cultura que no se ha hecho bien, que es el tema de Goya. ¿Cómo es posible que no lo hayamos incorporado de una manera permanente? Tenemos producto, pero no hemos sabido armarlo y que se vea.

B. Cantera: Si os dais cuenta, el problema es el mismo: tenemos algo y lo hacemos, pero no lo vendemos.

C. Lapetra: Ahí las administraciones tienen mucho que decir, deben apostar por la marca Zaragoza de forma transversal, el Ayuntamiento, la Diputación, la DGA... Debería haber alguien que se encargue de este tema.

F. Lacasa: Un comisario.

M. Zarzuela: O un gerente de ciudad.

C. Lapetra: Alguien que sea aceptado por todo el mundo y que se pelee con las administraciones para ver qué saca de cada una.

M. Zarzuela: Y hace falta como el comer la Ley de Capitalidad. No puede ser que el Gobierno de Aragón piense de la misma manera en el pueblecito más pequeño que en Zaragoza. Hace falta autonomía y capacidad.


Da la impresión de que Zaragoza se acabó de hacer con la Expo. ¿Qué le haría falta para los próximos diez o veinte años?

N. Boj: Yo creo que hay que tender hacia una ciudad más humana, más para los vecinos. En la que la planificación urbanística cree espacios públicos de encuentro. Además, creatividad e innovación.

M. López: La innovación tecnológica, sí. Es un lugar extraordinario para apostar. 

F. Lacasa: Lo que hay que hacer es ponerse a trabajar. Está muy bonito decir frases grandilocuentes, pero a mí nadie me ha explicado qué es la Milla Digital, por ejemplo. 


Se habló de la ciudad del millón de habitantes. ¿Era un mensaje realista? 

F. Lacasa: Así está perfecta, déjate del millón. No lo queremos.

N. Boj: La ciudad en los últimos años se ha ido extendiendo, y ya veíamos que no era beneficioso, porque tenemos los recursos que tenemos.


A nivel social y del día a día de la ciudad, ¿qué le falta a Zaragoza?

N. Boj: La creación de empleo.

M. Zarzuela: El día que consigamos que las políticas sociales sean pocas, es porque hemos logrado que la gente necesite menos.

B. Cantera: La clave de todo es que la gente no tiene trabajo.

C. Lapetra: Y que se ponen muchos inconvenientes. Para la creación de empresas, por ejemplo. Todo son problemas. No tiene ningún sentido.

F. Lacasa: Hay que invertir en conocimiento, es lo que tiene que arrastrar todo.

M. López: Sí, es curioso que no hemos hablado de hacer una gran inversión.

C. Lapetra: Es que la Expo nos adelantó 20 años. Pero una cosa sí diría. Salvo en zonas muy concretas, la ciudad tiene un aspecto descuidado y sucio. Vivo en San José, y las calles están sucias de manera recurrente.