​La reordenación del bus cumple un año entre quejas y "satisfacción" en la FABZ

La FABZ valora positivamente la actual distribución de la red, aunque las malas frecuencias se han convertido ahora en el gran problema.

Los trabajadores critican la realización de horas extra
​La reordenación del bus cumple un año entre quejas y "satisfacción" en la FABZ

Hace ahora un año, el 1 de agosto de 2013, Zaragoza amanecía patas arriba ante el que era el mayor cambio en 30 años en las líneas de bus urbano. Hasta 11 líneas cambiaban su recorrido y dos (la 20 y la 45) desaparecían del mapa zaragozano. En total, los nuevos recorridos, adaptados según el Ayuntamiento para compatibilizar de mejor forma con la línea del tranvía y evitar solapamientos, recortaban más de 3 millones de kilómetros el recorrido que hasta la fecha realizaban los buses de la empresa Autobuses Urbanos de Zaragoza (AUZ).


El proceso, marcado por las quejas de las asociaciones vecinales y el conflicto entre los trabajadores y la empresa concesionaria, que en un principio quiso despedir a 212 empleados por el recorte de la líneas, solo se completó en febrero de este año cuando el Ayuntamiento añadió 500.000 kilómetros más después de que se cerrara la ardua negociación entre los trabajadores y AUZSA, que además acarreó una huelga de casi 2 meses de duración en el servicio con las fiestas del Pilar mediante.


No obstante, un año después de la vorágine, los barrios zaragozanos se muestran satisfechos con el estado actual de los recorridos, principalmente después de que el Ayuntamiento reestudiara el plan añadiendo los 500.000 kilómetros más. “Lo que se ha visto con el tiempo es que ese medio millón de kilómetros eran totalmente necesarios”, explican desde el área técnica de movilidad de la Federación de Barrios, donde valoran que este aumento ha mejorado en parte las necesidades de los vecinos del Actur, Santa Isabel, Peñaflor o Montañana, algunos de los barrios que se quedaron más 'colgados' en el mes de agosto del año pasado.


Sin embargo, ahora el principal caballo de batalla de las asociaciones vecinales en relación a la movilidad está en el “reiterado incumplimiento de la frecuencia por parte de la concesionaria”. Una situación que se ha denunciado explícitamente en líneas como la 32, donde los vecinos del barrio se quejan de que en ocasiones los buses llegan a acumular esperas superiores a los 40 minutos para, después, “ver como llegan 3 buses seguidos”. No en vano, según un reciente estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios, 3 de cada 10 buses del servicio urbano no llegan a la parada en el tiempo establecido.


Desde el área de movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza se explica que el Consistorio está siguiendo de cerca el comportamiento de la contrata ante este tipo de situaciones y, aunque aún no pueden controlar directamente el paso de cada bus por las paradas -según se señala, por la falta de una aplicación informática por parte de la empresa- se está sancionando a la empresa mensualmente con cargas económicas por no cumplir con los protocolos y requisitos establecidos en los pliegos.

Los trabajadores, de nuevo en pie de guerra

Del mismo modo que hace un año, aunque por causas distintas, los trabajadores de AUZSA han vuelto a convocar un año más tarde nuevos periodo de huelga, en principio, planteados a partir del 8 de septiembre. A pesar de que como explica el presidente del comité de empresa, Javier Anadón, “a un año vista la situación es positiva porque se consiguió pactar el regreso de los 125 compañeros despedidos y gracias a la movilización social se amplió el recorrido. Sin embargo, la empresa ha seguido negando la falta de personal que hay en el servicio, y que solo en lo que llevamos de año ha hecho que los trabajadores hayamos hecho más de 15.000 horas extras”.


En la actualidad, de los 125 empleados que fueron despedidos en agosto del año pasado por la reducción de los recorridos, solo 13 quedan por reincorporarse a sus puestos de trabajo, tal y como se pactó al final de las negociaciones entre la concesionaria y los trabajadores después de la intervención de Ayuntamiento.