JUICIO SOBRE EL ACCIDENTE EN TURQUÍA

El general que repatrió los cadáveres del Yak-42 admite que algunos no estaban identificados

El capitán enfermero Antonio González, primer testigo en comparecer ante el tribunal encargado de juzgar los errores en las identificaciones de 30 de los 62 fallecidos en el accidente aéreo del Yak-42, reconoció que dos días después de la catástrofe se aceleraron los trabajos de introducción de los cuerpos en sus féretros para poder llegar a tiempo al funeral de Estado que se organizaba en Madrid. Por su parte, el teniente general José Antonio Beltrán, coordinador de las tareas de repatriación, aseguró que el entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, le encargó que repatriara "cuanto antes" los cadáveres de las víctimas. Además, reconoció que se equivocó al firmar los documentos, acto por el que asumió su responsabilidad, y admitió que lo hizo porque se fió del general Navarro, principal acusado del juicio.


El juicio se reanudó a las diez y media con el inicio de la fase testifical que se abrió con la declaración de los dos enfermeros que formaban parte de la delegación, González y su compañero Jesús Javier Counceiro. El testigo indicó que se les dijo que había que "darse prisa para salir y acabar con el enferetrado" a consecuencia de la organización del funeral. "Intenté ser aún más diligente en este trabajo", agregó. Respecto a las citadas labores de enferetrado, Counceiro concretó que se desarrollaron entre las dos y las seis de la madrugada del día 28. Los dos enfermeros se ocuparon de supervisar la extracción de los cadáveres de la cámara frigorífica.


Los cuerpos, transportados por soldados turcos, se llevaban al dique de carga donde los servicios funerarios los introducían en los féretros, que posteriormente cerraban. El funeral de Estado tuvo lugar ese mismo día 28 a las seis de la tarde. Ambos testigos destacaron también que no estuvieron presentes de forma continua a lo largo de todo el proceso dado que en varias ocasiones tuvieron que atender a soldados de reemplazo de nacionalidad turca, indispuestos por la naturaleza de su trabajo, consistente en el traslado de los cuerpos hasta las cajas mortuorias. "Muchos de ellos vomitaban y se desmayaban", dijeron los dos enfermeros.


Por otra parte, González aseguró a preguntas del teniente fiscal Fernando Burgos que no recibió ninguna instrucción concreta y particular de ninguno de los mandos desplazados a Turquía para el proceso de identificación ni escuchó que se les dieran a otros militares presentes. González destacó que durante el viaje en avión desde la base de Torrejón de Ardoz (Madrid) hasta Turquía únicamente comentaron la posibilidad de recurrir a la toma de placas dentales para el reconocimiento de los cuerpos.


Trillo mete prisa

Por otro lado, el teniente general Beltrán, aseguró que Trillo le encargó que coordinara la misión para repatriar los cadáveres de las víctimas "cuanto antes". "Las únicas indicaciones del ministro fueron ocuparme de coordinar los vuelos y los aviones para traerme cuanto antes los cadáveres pero sobre las identificaciones no se habló nada en absoluto", señaló Beltrán durante su comparecencia, en la que detalló que el encargo del ministro se produjo en la zona 'VIP' del avión en el que las autoridades se trasladaron hasta el lugar de accidente.


Beltrán también explicó que acudió a Trebisonda (Turquía) como representante del Ejército del Aire y que se quedó hasta el día 28, cuando se produjo la repatriación de los cuerpos, porque Trillo le dijo que se quedaba "más tranquilo" si él permanecía al frente de la misión. Según explicó, la tarea de los reconocimientos recayó en exclusiva en Navarro, aunque en todo caso no consideró que este asunto pudiera dificultar las tareas de repatriación. "Yo estaba dispuesto a traerme los cadáveres como estuvieran. Que estuvieran o no identificados no era un impedimento para traérmelos, siempre y cuando fuera legal", dijo.


Beltrán señaló hasta en dos ocasiones que el principal acusado, el general de Sanidad Vicente Navarro, le dijo que todos los cuerpos estaban identificados, a pesar de que pudo deducir "de la lectura del acta de entrega" que redactaron las autoridades turcas que existían 30 cuerpos que no habían sido identificados. No obstante, indicó que durante la firma del acta, que calificó de "documento turco preparado por los turcos y con las condiciones que pusieron los turcos", no se trató el asunto de la identificación de los cadáveres ni tuvo constancia en ningún momento de los reproches que Navarro hizo a las autoridades locales por sus dudas en los 30 identificaciones que a la postre resultaron erróneas. "Estuve asesorado por el general Navarro, que me dijo: 'Cadáveres nuestros hay 62 y los 62 están identificados'", dijo.

Nunca habló de las dificultades

El teniente general explicó que, a pesar de que nunca habló con Navarro de las dificultades que se estaban produciendo en las tareas de identificación, firmó el acta de entrega junto al general Navarro porque iba a "viajar con los cadáveres" y en aquel momento "le pareció lógico firmar". En este sentido, indicó que un intérprete realizó "una sucinta traducción" del acta de entrega y que, en concreto, "le señaló párrafos" al general Navarro. El único intercambio de opiniones que tuvo con Navarro sobre las identificaciones se produjo en la noche del día 27, cuando éste le advirtió que tenían "un problema muy serio" porque había un cadáver sin identificar que la delegación ucraniana, nacionalidad de los miembros de la tripulación que fallecieron en el accidente, no aceptaba como suyo. "El general estaba completamente seguro de que ese no es nuestro y al final los ucranianos aceptaron el cadáver", dijo.


En otro momento del interrogatorio, uno de los letrados de la acusación se hizo eco del contenido del acta en la que se admitía que 30 de los cadáveres pertenecían "a soldados españoles" pero que desconocían sus identidades. "¿A usted le leyeron este acta?", preguntó el abogado a Beltrán. "Eso no nos lo leyeron, se lo debió inventar el teniente que elaboró la información", replicó el testigo, quien aseguró no recordar "nada" sobre ese tema. Asimismo, en otra fase de su declaración añadió que apenas tuvo contacto con las autoridades turcas y destacó la "dificultad" que entrañaba trabajar con Navarro por su carácter.