Las fiestas llenan los bares del Centro pero pasan desapercibidas en el resto de barrios

Los hosteleros hacen un balance agridulce del Pilar y creen que la descentralización no se nota. En Las Delicias, San José, La Jota o el Actur la recaudación ha sido peor que la del año pasado.

Algunas de las terrazas de César Augusto el pasado viernes, día de la Ofrenda.
Algunas de las terrazas de César Augusto el pasado viernes, día de la Ofrenda.
Raquel Labodía

Que la alegría va por barrios es algo que puede comprobarse con facilidad durante las fiestas del Pilar. El sector de la hostelería hizo ayer balance de cómo pasaron los nueve días de celebraciones y las conclusiones son salomónicas: en el corazón de la ciudad están encantados con el enorme flujo de clientes que –tapas y cañas mediante– han fortalecido sus negocios, mientras que en el resto de barrios –y no solo los periféricos– aseguran que las fiestas apenas tienen repercusión pese a los esfuerzos municipales por atomizar y desperdigar la programación.

La Asociación de Cafés y Bares ha elaborado una encuesta entre sus restaurantes y cafeterías asociadas, de cuyo resultado se desprende que el afán municipal por descentralizar las fiestas no acaba de notarse en las terrazas. "El balance, en general, es positivo. Los establecimientos hosteleros han vuelto a demostrar un gran nivel, con una relación calidad-precio mucho mejor a las que se puede encontrar en las ‘propuestas gastronómicas’ que se han montado en diferentes puntos de la ciudad", asegura José María Marteles, presidente de la citada asociación. "Sin embargo, según nos alejamos del Centro, donde están la mayoría de actos y conciertos, la satisfacción de los hosteleros va bajando y hay división de opiniones", continúa Marteles.

Peores percepciones

Según sus datos, los bares del Centro y el Casco han disfrutado de "más afluencia de público que en los últimos años" y en esta zona "el 80% de establecimientos consideran que la fiestas han sido excelentes". La otra cara de la moneda está en barrios como Las Fuentes o Las Delicias, donde hasta un 54,9% de los propietarios de establecimientos dicen que estas fiestas han sido peores que las de 2017.

En San José, el Actur, la Jota, Miralbueno o el Picarral la percepción es que las fiestas no generan nada de movimiento, en todo caso, lo contrario: los empleados bromean con que ven las capitanas pasar por sus calles porque los vecinos aprovechan el puente para salir de viaje o se trasladan a disfrutar del entorno de la plaza del Pilar. Así, hasta un 33% de hosteleros dicen que la afluencia de clientes ha sido "mala", mientras que un 25% la califica de "normal".

La excepción que confirma la regla son los bares de la Magdalena y los restaurantes del distrito Universidad, donde también creen que las fiestas han sido positivas y dicen que su tirón se ha dejado notar en una subida de su facturación.

Curioso es el caso del barrio de Valdespartera, en el que los hosteleros se muestran quejosos por la caída de la caja. A pesar de que por el barrio ha pasado más gente que nunca debido a que solo había una gran carpa festiva este año, los asistentes al circo o al Espacio Zity (más de 110.000 espectadores en sus conciertos) no han consumido fuera del recinto ferial.

El sector explica que las fiestas tienen impacto en el eje entre la plaza de Paraíso y la del Pilar, pero no tienen incidencia alguna en los barrios, donde "incluso se consume menos porque hay un éxodo hacia el centro". Las quejas también aumentan porque durante nueve días los bares ‘de toda la vida’ cuentan con "una doble competencia", explican refiriéndose a las carpas festivas y a los puestos de las Casas Regionales o de los llamados ‘food trucks’ del paseo de Echegaray. No obstante, este año hasta 28 establecimientos aprovecharon el convenio firmado con el Ayuntamiento para sacar barras a la calle en las que poder despachar bebidas y bocadillos.

Rutas temáticas

Por su parte, la Asociación Profesional de Empresarios de Hoteles y Restaurantes (Horeca) volvió a poner en marcha este Pilar la iniciativa ‘Gastro Week’, en la que ofertaba menús especiales a precio cerrado. Hasta 38 espacios se sumaron a la iniciativa –muy celebrada por los clientes– que se vertebró en cuatro rutas temáticas: la de menús pilaristas, la del chilindrón con pollo o ternasco), la de alimentos de Aragón y la de vermús y aperitivos.

"La iniciativa ha funcionado muy bien y estamos muy contentos –explica Maite Barra, vicepresidenta de Horeca–. El jueves, viernes y sábado, con motivo del puente, la afluencia fue muy intensa. El domingo, aunque también se trabajó bien, llovió y fue un día más tranquilo".

El gasto

Según una encuesta del Ayuntamiento, el gasto medio por persona durante las fiestas fue de 160 euros (4 menos que el año pasado), de los que buena parte, hasta 74,4 euros, se consagran a comer y beber. De hecho, ahondando un poco en la estadística se ve cómo a ‘comidas fuera de casa’ se destinan unos 43,67 euros de media y al apartado de ‘copas y bares’ se dedica unos 30,81 euros del gasto total. Les siguen otras variantes como el pago por ‘espectáculos’ (28,24 €) o los desplazamientos del ‘transporte’ (18,30 €) o los ‘caprichos extraordinarios’ (18,77 €).

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