La Policía Local tiene que atrapar cada vez más perros sueltos sin medios para hacerlo

Cada vez más aragoneses tienen una mascota en su casa. De acuerdo con los datos proporcionados por el Colegio de Veterinarios de Zaragoza a HERALDO, en el primer trimestre de este año había registrados en la Comunidad 260.317 animales de compañía, 18.000 más que los censados en 2015. Las estadísticas revelan que los perros son los compañeros preferidos de los aragoneses.

De la mano de la población aragonesa de mascotas también ha crecido el número de problemas asociados a ellas. A lo largo de 2017, la Policía Local de Zaragoza realizó 4.142 intervenciones relacionadas con animales: alrededor de medio millar más que dos años antes.

La variedad de los servicios es muy amplia (en este apartado se contabilizan desde los auxilios a Bomberos en la retirada de enjambres de abejas y avispas hasta la captura de reptiles que han escapado de sus terrarios, por citar solo dos ejemplos), pero las más comunes hacen referencia a la recogida de perros en la vía pública. Animales que se han escapado, extraviado o que directamente han sido abandonados por sus propietarios.

Un protocolo de seguridad

El cuerpo de seguridad municipal es el que normalmente atiende este tipo de casos y fuentes policiales destacan que, sin lugar a dudas, en los últimos años se ha registrado un crecimiento notable de este tipo de servicios, que se han convertido en habituales. De hecho, la cuenta de oficial de Twitter de la Policía Local suele difundir varias localizaciones de animales solos en la vía pública cada semana.

La periocidad de este tipo de servicios, cada vez mayor, contrasta, sin embargo, con el hecho que refieren varios sindicatos policiales: los medios materiales que tienen las patrullas para hacer frente a las capturas de los animales son "nulos" y los protocolos, "mejorables".

"Necesitamos mayor dotación, protocolos de actuación y colaboración con el servicio de recogida de animales", sintetiza Alberto Juan, presidente de CSIF en la provincia de Zaragoza. Juan apunta que los equipos de trabajo que obligatoriamente tienen que llevar las patrullas no incluyen "lazos para capturar animales ni correas y arneses", cuando, en todo caso, son los agentes de la Policía Local los primeros que llegan a capturar a los perros que se encuentran extraviados o abandonados en las calles de la capital aragonesa.

"Los policías tienen que coger al animal, porque el servicio de recogida solo se encarga de llevárselos", apunta Alberto Juan. "Es un servicio muy deficiente para una ciudad tan grande como Zaragoza", valora, al tiempo que solicita una revisión de la carga de trabajo.

Asimismo, fuentes sindicales sostienen que resulta paradójico que hace unos años se dotara a todas las patrullas de un lector de los microchips que llevan los perros, pero estos sistemas no se acompañaron de elementos para retener e inmovilizar con garantías a los animales, un paso previo para pasarle de detector a los animales. Ante estas carencias, muchos policías de la capital aragonesa han optado por comprar por su cuenta correas y otros elementos, por su propia seguridad en este tipo de intervenciones, indican desde CSIF.

Sujeciones y tranquilizantes

Ante el crecimiento de este tipo de servicios, el sindicato solicita que el Ayuntamiento de Zaragoza se plantee adquirir los equipamientos necesarios para las unidades policiales. También piden que se dote a las patrullas de una pistola con dardos tranquilizantes, ya que muchas veces tienen que enfrentarse a canes de razas consideradas potencialmente peligrosas o a otros que están alterados y en situación de atacar a las personas.

En este sentido, los policías aún recuerdan la intervención que, en junio de 2013, se saldó con la muerte de un perro por disparos de un agente municipal en la zona de Los Enlaces. El animal, un mastín de 57 kilos de peso, corría suelto y descontrolado por una zona verde a media tarde (había menores de edad en el parque) y había intentado atacar a varias personas sin que su dueño, que se encontraba por las inmediaciones, hiciera nada por evitarlo.

Tras recibir el aviso de un ciudadano asustado por el comportamiento del animal, una patrulla montó un dispositivo para capturar al can, pero este reaccionó de forma agresiva y tuvieron que dispararle y abatirlo. "Desde ese episodio creció la sensibilización con este tema, pero aún queda mucho por avanzar, empezando por la dotación material de las patrullas", sintetiza el presidente del sindicato CSIF.

Canes precintados y custodiados en el cuartel

A los agentes de la Policía Local se les plantea otra dificultad añadida cuando se hacen cargo de animales con dueño conocido y que en el Centro Municipal de Protección Animal (CMPA) no pueden custodiar precisamente por esta circunstancia. "Ningún cuartel de la Policía Local tiene instalaciones para tener animales bajo custodia", indica Alberto Juan.

Cuando los agentes se hacen cargo de un animal con chip, cuyo dueño por ejemplo ha sufrido un accidente o ha sido detenido, tienen que localizar a un allegado del propietario para que se haga cargo. Este trámite en ocasiones se alarga durante horas, un tiempo que los perros tienen que estar bajo custodia policial. Se han dado circunstancias como tener que tener atados a los animales con precinto policial o en el depósito municipal de vehículos, porque en general se carece de medios para atender estos servicios, cada vez más comunes.

Hacia una ley marco estatal de protección de los animales

Recientemente se celebró en la capital aragonesa la primera edición del Congreso Derecho y Protección Animal, organizado por la Sección de Defensa de los Derechos de los Animales del Colegio de Abogados de Zaragoza, el propio Colegio y la entidad INTERcids, una organización de profesionales de la esfera jurídica comprometidos contra el maltrato animal.

A la cita asistieron unas 140 personas que pudieron escuchar voces expertas en la materia, entre las que destacó la del secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, quien participó en la inauguración del congreso y anunció que el Gobierno central va a empezar a trabajar en una ley marco sobre Protección Animal.

Durante las dos jornadas que duró el congreso, se habló tanto de la evolución y los retos a los que hay que hacer frente hoy en día para obtener una legislación modernizada y ajustada para evitar los casos de maltrato animal, como las medidas cautelares a las que se enfrentan quienes cometen estos delitos. En este sentido hay que recordar que desde 2016, los jueces pueden condenar a penas de cárcel por este tipo de ilícitos. De hecho, ya hay varias personas en prisión por haber maltratado animales.

Además de estimar necesaria la ley marco estatal a la que hizo referencia el secretario de Estado, entre las principales conclusiones del congreso también aparece la idoneidad de realizar estudios para la aplicación de la Ley Protección Animal de Aragón.

Igualmente se incidió en que las fuerzas de seguridad (desde Policía Nacional a Guardia Civil pasando por cuerpos de policía local y autonómicos) deben estar implicadas en la lucha contra el maltrato animal, dotándolos de suficientes medios humanos y técnicos.

De hecho, una de las mesas redondas que giró en torno a este aspecto contó con la participación del teniente coronel Javier Blanco, jefe de operaciones de la Guardia Civil en Aragón, y del agente de la Policía Local Daniel Estrada, ambos buenos conocedores de esta problemática.

"El maltrato animal es una lacra social que requiere de la puesta en marcha de una serie de medidas y acciones multidisciplinares en las que participen todos los agentes implicados en su erradicación: juristas, veterinarios, Guardia Civil...", concluyeron los organizadores del congreso, pertenecientes a la Sección de Defensa de Derechos de los Animales del Colegio de Abogados de Zaragoza. "Es necesario impulsar reformas legislativas en cuya elaboración participen múltiples colectivos", añadieron.

Durante su intervención, el secretario de Estado de Medio Ambiente aseguró que las conclusiones del encuentro de la capital aragonesa servirían "de guía de trabajo" para comenzar a legislar sobre la materia.