El adiós silencioso de Juan Bautista

El diestro francés toreó este sábado por última vez en las plazas españolas.

Juan Bautista, brindando el toro a su cuadrilla.
Juan Bautista, brindando el toro a su cuadrilla.
Raquel Labodía

En tiempos de despedidas anunciadas con toda la temporada por delante, sorprenden marchas como la de Juan Bautista. El torero francés hizo pública su decisión de retirarse de los ruedos hace un mes escaso y, casi sin tiempo de reacción para los aficionados, este sábado toreó por última vez en las plazas españolas, poniendo fin a 19 años de alternativa en los que nunca firmó un triunfo rotundo en Zaragoza.

Aun así, desde el debido respeto, La Misericordia lo sacó a saludar con una sonora ovación de recibimiento. Y no fue la única. Bautista toreó más templado que nunca a un Montalvo que embistió siempre a media altura y, en su segunda oportunidad, brindada a la cuadrilla entre nuevos aplausos, anduvo tan resolutivo como vacuo ante un oponente que apenas transmitía emoción. El de Arles necesitaba otra cosa. Como tantas otras veces aquí, pero sintiendo el cariño de un público que volvió a ovacionar su silencioso adiós.

Entre tanto, Álvaro Lorenzo dio una de cal y otra de arena. A su primero le formó un lio rotundo con una faena reunida en los medios y cobró dos orejas -el toro fue generoso hasta para morir pronto con un espadazo tendido- que le pesaron para mal después. Con el triunfo asegurado, el diestro toledano ni se puso y se ofreció un sainete con la espada frente a su segundo, un animal que había brindado a Juan Bautista -escuchó otra sonora ovación- y se apagó por la indecisión del de luces.

José Garrido, que topó con el lote complicado, anduvo hecho un tío durante toda la tarde. El presidente Antonio Placer tardó una saciedad en devolver a Media Caña cuando más bien parecía una mecedora completa y, con el sobrero de Adelaida Rodríguez, un cabrón que empezó con la cara por las nubes, el diestro extremeño derrochó ambición y poder. Lo hizo descolgar contra todo pronóstico y, en su demostración de pujanza, llegó a pasarse de faena. También después, ante un Montalvo de guasa al que volvió a ganarle la pelea al hilo de las tablas. Cobró una oreja en la tarde de la sincera retirada de Juan Bautista.

Reconocimiento

Tras un año en blanco, el francés hará su último paseíllo en la goyesca de su Arles natal en septiembre de 2019, para celebrar el 20 aniversario de su alternativa. Atrás queda una dilatada carrera en la que ha lidiado más de 700 corridas. Entre sus hitos más importantes, tres puertas grandes en Madrid y haber sido primera figura -con permiso de Sebastián Castella- en su país durante muchas temporadas. 23 veces salió a hombros en su ciudad y otras 20 en Nimes (14 de ellas por la Puerta de los Cónsules) antes de que el fallecimiento de su padre le cambiase la vida a comienzos de año. La desgracia le hizo sentir que no tenía la cabeza completamente centrada en su profesión y decidió asumir otras responsabilidades. Se agradece su franqueza en momentos en los que el dinero supera al compromiso con el toro.

La Misericordia nunca fue su plaza, pero figurará para siempre como el escenario de su discreta salida hacia una nueva aventura. Seguirá ejerciendo como empresario del coso de Arles en esta nueva "vida normal" que ahora le espera. Se marcha feliz y orgulloso por haber sido un torero responsable y sensato.

"Mi padre me inculcó siempre que para ser torero hay que estar al cien por cien metido en el toro. Siempre lo tuve muy claro y siempre lo llevé a cano, excepto estos últimos meses, que no lo consigo completamente por todo lo que me ha tocado vivir", afirmó el diestro, emocionado, en la rueda de prensa en la que, por sorpresa, desveló su futuro.

Termina una etapa honesta por los ruedos españoles que mereció otro final. Un toro encastado que empujara en esa muleta fácil. La emoción que no traspasó la atmósfera hacia al albero. Con los gustos de cada cual, se va un torero que ha dignificado la profesión. "Mi momento ha llegado ahora. No quiero que sea el toro o el público el que me diga que es el momento de decir adiós, prefiero ser yo el que lo haga", zanjó en la mencionada comparecencia pública. Se va un torero honrado. Y Zaragoza supo reconocérselo en una ceremonia a medias.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión