Así es la peculiar familia zaragozana de Ortiz Perea

No es de extrañar que Benito Ortiz Perea intentara buscar cobijo en Torrero después de fugarse a la carrera de la cárcel de Zuera. En el populoso barrio zaragozano todavía tiene familiares que podían echarle una mano mientras estaba huido. De hecho, en la prisión coincidió con su sobrino Manuel O. L., que se encuentra allí de manera preventiva desde que en agosto de 2017 quemara -presuntamente- la casa de su expareja cuando la mujer dormía dentro con sus dos hijos de 5 y 11 años (uno de los cuales fue rescatado in extremis del fuego por un policía local) y su actual pareja.

Aunque lo primero que declaró Manuel O. L. fue que no había tenido nada que ver con el incendio que arrasó por completo la vivienda, la Policía encontró en su teléfono móvil mensajes de whatsapp en los que decía: “La he quemado viva”, “la he liado gorda”, “le he echado bolas de petroball” (arrancadores de fuego) o “lo planeé bien”.

Por estos hechos, Manuel O. L. se enfrentará próximamente a un juicio por tentativa de homicidio, lesiones, daños y quebrantamiento de una orden de alejamiento.

Pero tan solo cuatro días después de ser detenido por intentar quemar a su expareja y a los niños, Manuel O. L. tuvo que comparecer en otro juicio por amenazas anteriores a la mujer. El individuo, de 38 años, estaba acusado de pegarle un cabezazo en la cara y de insultarla públicamente en un bar de la calle de Pablo Parellada diez días antes del incendio.

A pesar de que en la vista oral declaró que no había hecho nada y que la mujer era “propensa” a denunciar, la juez no creyó nada de lo que dijo, dio total credibilidad a los testigos que presenciaron los hechos, tuvo en cuenta el parte médico de las lesiones de la víctima y lo condenó a 8 meses de cárcel por amenazas.

Durante la celebración del juicio se produjo un incidente protagonizado por la madre del acusado, Carmen L. L., a quien la juez terminó expulsando de la sala cuando comenzó a increpar a su exnuera, cuando estaba declarando tras un biombo y habló de la familia del acusdo.

Carmen L. L., de 55 años, es paralítica, va en una silla de ruedas y la Policía tuvo que acompañarla hasta la puerta para que abandonara la sala en medio de las protestas de sus familiares. Lo cierto es que esta mujer fue condenada en 2007 a tres años y un día de cárcel por vender hachís a menores de edad en su domicilio de la calle de Pablo Parellada. En el mismo juicio habían sido juzgados sus hijos Manuel y Óscar O. L., pero estos fueron absueltos por falta de pruebas.

La relación de Carmen L. L. con los tribunales se reanudó recientemente, cuando el pasado mes de enero fue juzgada por amenazar y vejar a la excompañera de su hijo Manuel. Un juzgado la condenó a 15 días de localización permanente y le prohibió acercarse a la mujer a menos de 50 metros durante seis meses. Las amenazas se produjeron en diciembre de 2017 cuando Carmen L. L. se cruzó con la víctima cerca del colegio en el que acababa de dejar a sus dos hijos y le dijo: "Él (en referencia a Manuel) ya no está, pero estamos nosotros". 

Benito Ortiz se encontrará dentro de la cárcel de Zuera con su sobrino Manuel O., pero también con sus hermanos Antonio y Pedro, quienes cumplen condena por otros delitos. Pedro Ortiz, concretamente, fue juzgado con Benito en la Audiencia de Huesca por el secuestro de una joven en Zaragoza para robarle el coche y dirigirse con él a una armería de la capital oscense para saquearla, atraco en el que este último disparó hasta siete veces contra el armero, aunque no lo mató. El Tribunal Superior de Justicia de Aragón rebajó posteriormente de 21 a 13 años la condena a Pedro Ortiz y mantuvo la de 25 años y 8 meses para Benito.