Una avería en una de las compuertas del azud de Zaragoza dejó de contener ayer la lámina de agua que crea esta represa y que es fundamental para algunas de las actividades náuticas programadas para las Fiestas del Pilar, que dan comienzo este fin de semana. El fallo afectó a la plancha más próxima a la orilla derecha del río Ebro a media tarde, lo que hizo que se desplomara y dejara pasar la corriente.

El desembalse repentino de caudal, en apenas dos horas, causó daños en el embarcadero de Vadorrey, donde tres falúas quedaron colgando de sus amarres y sufrieron desperfectos. También se vio arrastrada –aunque sin llegar a romperse–, la línea de vida, un agarre de seguridad con boyas que cruza de orilla a orilla.

Fuentes del Ayuntamiento de Zaragoza señalaron que los técnicos trabajan ya en la reparación de la represa, y confían en que el problema pueda estar solucionado "esta semana". El objetivo ahora es conseguir que el río recupere la altura necesaria en este tramo para la celebración de pruebas deportivas previstas en las fiestas.

Este sábado está programada la celebración de una competición de motonáutica, que precisamente se había trasladado al entorno del azud para poder disputarse sin problemas. Al día siguiente llegaría el turno de las regatas de piragüismo. El presidente de la federación aragonesa, José María Esteban Celorrio, asegura que en este caso las pruebas "no corren peligro, aunque sí se verían afectadas porque aumentaría la velocidad del río, y por tanto los riesgos". Con más margen de tiempo llegaría la Ofrenda de Flores Fluvial el día 12.