La Virgen del Pilar por el mundo

La Virgen tiende puentes con medio mundo. El milagro de Calanda, en 1640, contribuyó a despertar una corriente de devoción mariana en toda la cristiandad.

Imagen de la Virgen del Pilar
Imagen de la Virgen del Pilar
Javier Pardos

El Pilar -la imagen, la Columna, la Venida de la Virgen o el Camarín- es la estampa más reproducida en los lugares de culto de España. No es fácil entrar en una iglesia del solar patrio y no hallar casi siempre un altar, un cuadro, una estatua o una capilla del Pilar. Sin duda, la tradición pilarista aparece como la devoción mariana más universalmente extendida del país. Esta devoción que, lógicamente, tiene sus resonancias más cotidianas y solemnes en Zaragoza y Aragón no sólo se difunde por todas las esquinas del territorio nacional sino que llega también a rincones insospechados de la vieja Europa.

Pero el Pilar tiene, sobre todo, una desbordante proyección hispánica. Para explicar esta raigambre de la devoción pilarista de que fue precisamente un 12 de octubre -fiesta de Nuestra Señora del Pilar- cuando se descubrió América. Creo, sin embargo, que el verdadero desarrollo de la devoción en ultramar se produce a partir de 1640, tras el famoso Milagro de Calanda. Fue, efectivamente, la portentosa curación del cojo Miguel Pellicer, el hecho que despertó la admiración en toda la cristiandad y provocó una impresionante corriente devocional en el mundo entero. Desde el siglo XVII, catedrales, iglesias, poblados, asociaciones de los países hermanos están colocados bajo el patrocinio de la Virgen del Pilar.

No faltan en la basílica zaragozana signos y expresiones de esa conexión. Numerosas repúblicas iberoamericanas han ofrecido un manto a la Virgen del Pilar que lo viste el día del aniversario de la independencia del país. Y el testimonio más elocuente y visible está en las banderas de todas esas naciones que, junto a la de España, Aragón, Zaragoza, Sos del Rey Católico, Madrigal de las Altas Torres y Portugal, constituyen un certificado de la especial vinculación de la tradición del Pilar con los países de habla hispana. Todas esas enseñas nacionales fueron traídas por sus embajadores el año 1908. Paseadas en una brillantísima y emocionante ceremonia por las calles de Zaragoza, fueron colocadas en las columnas y paredes que se encuentran frente a la Santa Capilla.

Así las cosas, no es extraño que Juan Pablo II, en sus dos visitas a Zaragoza como peregrino del Pilar, (1982 y 1984) llamara repetidas veces a la Patrona de Aragón "Reina, Madre y Patrona de la Humanidad". "Protege a España -rezó el Papa a la Virgen del Pilar- a todos y cada uno de sus hijos y pueblos, así como a los hijos de todas las naciones hispánicas. Protege a cuantos te invocan como Patrona de la Hispanidad".

LAS OTRAS ZARAGOZAS

Ecos pilaristas en el altiplano guatemalteco

La fundaron unos emigrantes zaragozanos en el siglo dieciocho. Lo recuerda una grabación en piedra, a la entrada del casco urbano. Efectivamente, sus primeros habitantes fueron ladinos, que así denominan allí a los españoles.

Aquellos paisanos nuestros, emigrantes, bautizaron con el nombre de Zaragoza su nuevo pueblo, en recuerdo de su ciudad natal, en España. Y levantaron un templo, con ínfulas de catedral -dentro de lo posible, claro-, presidiendo una hermosa plaza. Naturalmente, se llamó, y continúa llamándose, iglesia de Nuestra Señora del Pilar. El altar mayor lo presidió una imagen de nuestra Virgen Patrona. Se encuentra en el Altiplano de Guatemala, distrito de Chimaltenango, y se viste de fiesta cada mes de octubre, el 12, si bien los festejos se distribuyen en varios días más, en torno a la fecha citada.

Unida al Departamento de la Libertad en El Salvador

Da la sensación de que se ha subido a las alturas para lanzar su grito de libertad y que se extienda por el espacio. Desde allí, a 1.849 metros de altitud sobre el nivel del mar, Zaragoza alza su presencia, al sur de la capital del departamento de la Libertad, al que pertenece. Estos zaragozanos de El Salvador ocupan el eje volcánico guatemalteco-salvadoreño.

La Zaragoza de El Salvador fue fundada en 1868, y actualmente tiene 35.000 habitantes, la mayoría de los cuales se dedican al café y la fruta. No han pasado, pues, muchas generaciones, por lo que es posible recordar el pasado por tradición oral. Una vez más, los zaragozanos españoles tuvieron que ver con el hecho fundacional, razón por la que implantaron allí el nombre de la capital aragonesa y la consiguiente devoción a la Virgen del Pilar.

Zaragoza, muy presente en México

El topónimo Zaragoza tomó mucho de la capital aragonesa y su devoción a la Virgen del Pilar, que está igualmente presente en aquellas tierras. El Estado de Coahuila, en el distrito de Río Grande, cuenta entre sus localidades con una llamada Zaragoza. Las otras Zaragoza se localizan en el Estado de Chihuahua, en el Estado de Guerrero, en el Estado de México, en el Estado de Nuevo León, en el Estado de San Luis de Potosí, en el Estado de Tlaxcala... También hay un valle llamado Zaragoza, y un poblado que está situado frente a la antigua cabecera de los indios mayas, en el territorio de Quintana de Roo, en el Yucatán.

Consecuentemente, en México hay muchos zaragozanos, aunque sus vínculos con la capital de Aragón no se fundamentan en su origen, sino en la afinidad del topónimo, que con el paso del tiempo ha ido fundiéndose y adquiriendo cierta unidad.

Lo más satisfactorio, sin embargo, y lo que más nos acerca, es la devoción compartida hacia nuestra Virgen Patrona, que ya el general Ignacio Zaragoza, héroe nacional, que nació en el Estado de Texas, en 1829, profesaba profundamente. No en vano, en la ciudad de Puebla, donde murió en 1862, se levanta una catedral dedicada a Nuestra Señora del Pilar, que ejerce su patronazgo sobre la población. También el 12 de octubre, festividad de Nuestra Señora del Pilar, se celebra en las Zaragozas de México con gran entusiasmo y alegría.

Zaragozanos antioqueños en Colombia

Llevan con orgullo el gentilicio de zaragozanos y así son conocidos en todo el país, aunque la casi totalidad de ellos no ha visita do jamás la capital de Aragón; eso sí, saben de ella por referencias y, sobre todo, porque comparten una misma devoción mariana, la de Nuestra Señora del Pilar. Zaragoza queda situada en el distrito colombiano de Antioquía, en el Bajo Cauca, a 179 metros de altitud sobre el nivel del mar, casi igual que la Zaragoza aragonesa. Esta Zaragoza colombiana cuenta con una extensión superficial de 2.853 kilómetros cuadrados, que acoge  a unos 30.000 habitantes, de los que la mitad está en la capitalidad municipal. La humedad de la tierra donde están asentados se debe a la situación geográfica que ocupan, entre las cordilleras Central y Occidental, a orillas del río Nichi, afluyente del Cauca, uno de los principales ríos colombianos.

Antioquía agrupa a un total de 140 municipios, y su capital es Medellín. Los zaragozanos de Colombia viven, en su mayor parte, de la agricultura y la ganadería: cultivan mayormente plátanos, yuca y arroz. También explotan la madera, porque en el término zaragozano hay maderas preciosas muy solicitadas. Cuando llega el mes de octubre también se disponen a honrar a Nuestra Señora del Pilar, su virgen patrona.

Argentina: ciudad bonaerense y catedral del Pilar

En Buenos Aires se alza, majestuosa, la catedral de Nuestra Señora del Pilar. La devoción pilarista en tierras argentinas, no obstante, se extiende a otras partes del país. La ciudad de Mar del Plata se halla hermanada con nuestra Zaragoza, y cuenta con dos casas aragonesas, que se repiten en Mendoza y en Rosario.

Naturalmente, en todos estos lugares, y en otros muchos, se halla entronizada la Virgen del Pilar.

Por si todavía no bastara, en el partido de Buenos Aires, al noroeste de la capital, se encuentra el pueblo de El Pilar, aunque el nombre aparece con frecuencia, tal como sucede en otras partes de Hispanoamérica, desprovisto del artículo: Pilar. Su término municipal es de 352 kilómetros cuadrados y tiene alrededor de 82.000 habitantes, la tercera parte de ellos, en la cabecera costera del río de la Plata. La Virgen del Pilar ejerce su patronazgo y tiene, por tanto, su celebración popular. Por si fuera poco, las casas aragonesas de Mar del Plata están directamente comunicadas con el municipio de El Pilar.

Venezuela: unos Robles muy pilaristas

En los mapas antiguos de Venezuela figuraba con el nombre de El Pilar, pero luego, sin saber por qué, le cambiaron el topónimo por el de Los Robles. Así y todo, los vecinos continúan hablando de la aldea de El Pilar como su verdadero pueblo. La iglesia parroquial está bajo tal advocación mariana, y se conserva una imagen de la Virgen, que es de oro macizo, regalo de doña Juana la Loca. El Pilar, de apenas 300 habitantes, se encuentra a poco más de nueve kilómetros de Porlamar, en la Isla Margarita, y pertenece al estado venezolano de Nueva Esparta. La imagen de la Virgen del Pilar se guarda en una casa por miedo a los robos, ya que se considera milagrosa.

También hay otra localidad llamada El Pilar en el estado costero de Sucre, dentro del municipio Benítez, del cual es capital: está en una meseta rodeada de vegetación salvática y es conocida por sus aguas termales. La fundó en 1662 el capuchino aragonés fray Francisco de Carabantes.

Capital de la provincia de Neembucú en Paraguay

La provincia paraguaya de Neembucú, justo al sur de Asunción, tiene como capital Pilar, ciudad distante unos 350 kilómetros de la mencionada capital nacional, y construida en zona pantanosa, en torno a un gran meandro del río Paraguay: en ella viven unos 30.000 pilarenses. Fue fundada en 1.779 por Agustín Fernando de Pineda y la Virgen del Pilar es la patrona. Allí se produce aceite de semilla de algodón y de maní (cacahuete), y se cuenta con una floreciente industria textil. A esto hay que añadir la exportación de madera y pieles a través del río Paraguay. La festividad de la Virgen del Pilar cobra especial relieve en la provincia de Neembucú, aunque no hay presencia aragonesa ni zaragozana en la zona. La veneración a la Virgen del Pilar viene unida al topónimo de la capital, y se honra a la Virgen con actos religiosos y profanos el 12 de octubre.

(Recopilación de diversas publicaciones efectuadas por los periodistas Juan Antonio Gracia y Alfonso Zapater en el suplemento del Pilar publicado en HERALDO en 2002).

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