Cuarenta años honrando al toro bravo

La corrida concurso de ganaderías de Zaragoza cumple cuatro décadas de historia.

Cartel de la primera corrida concurso de Zaragoza.
Cartel de la primera corrida concurso de Zaragoza.

Zaragoza es una de las ciudades españolas más versadas en la organización de corridas concurso. Tan solo Jerez, Salamanca y Madrid habían probado este formato antes del estreno de la capital aragonesa. Fue hace ya 40 años, un 14 de octubre de 1978, y se lidiaron reses de las ganaderías de Manolo González, Cebada Gago, Bohórquez, Salvador Domecq, José Luis Marca y Ramón Sánchez, quien, a la postre, resultó triunfador del festejo.

Miguel Peropadre ‘Cinco Villas’, que hizo el paseíllo acompañado de Pedro Moya ‘Niño de la Capea’ y Julio Robles, tuvo la suerte de topar con Bohemio, primer toro premiado por bravo en la historia de La Misericordia. “Hizo una muy buena pelea en varas -yendo tres veces con fuerza y codicia al caballo- y llegó al último tercio con un excelente son, embistiendo con largura y nobleza”, reza la crónica que al día siguiente firmó en este medio, bajo el pseudónimo de ‘Albero’, Ricardo Vázquez-Prada.

Según cuentan, la faena de Cinco Villas estuvo repleta de voluntad, pero nunca a la altura de la excelente condición de su oponente, reconocido con la vuelta al ruedo tras morir bravamente en el mismo platillo de la plaza. “Se dio la vuelta al ruedo al astado y el torero ejeano recibió el premio de dos orejas, siendo paseado a hombros”, resumía Vázquez-Prada, sobre un espectáculo que había sido lanzado por el empresario Pedro Balañá con la colaboración -redactó las bases- del funcionario Ramón Blasco.

Más adelante, ya con los hermanos Lozano al frente de La Misericordia, la corrida concurso se trasladó a la apertura de temporada y se siguió celebrando con sus bases iniciales. “El jurado habrá de apreciar la bravura de los toros lidiados y, a tal efecto, se obligará a que todos los toros vayan tres veces al caballo en la suerte de varas. A través de una puntuación dedicada al juego de cada uno se llevará a cabo la correspondiente votación del jurado, que otorgará así el premio. Otros galardones son el dedicado al mejor lidiador, al mejor subalterno y a la mejor suerte de varas”, recogía el reglamento, antes de que Simón Casas, en su primera época de empresario y a instancia de la Asociación de Informadores Taurinos de Aragón y de Luis Francisco Esplá, cambiase la estructura del festejo.

Herbolario, de Victorino.

Herbolario, de Victorino, arrancándose de lejos al caballo.

Precisamente, el torero alicantino se encargó de inaugurar esas nuevas bases anunciándose como único espada el 3 de junio 2000, en una Corrida de la Prensa con formato de concurso que quedó grabada en la memoria de los aficionados por la bravura de Herbolario, ejemplar de Victorino Martín que resultó ganador. Jardinero (Cuadri), Insólito (Fuente Ymbro), Cacerolito (Ana Romero), Infeliz (Torrestrella), Marqués (López Gibaja) o Secretario (Los Maños) son otros astados que sobresalieron en los años siguientes, antes de que el evento se convirtiese en un desierto de bravura en la época reciente.

Secretario, de los Maños.

Secretario, de Los Maños, empujando en el peto.

Tras las decepciones de 2016 y 2017, cuando el premio al mejor toro no se entregó, seis prestigiosos hierros (Manuela Agustina López Flores, Prieto de la Cal, Benítez Cubero, Peñajara de Casta Jijona, San Martín y Pedraza de Yeltes) competirán este domingo (18.00) por inscribir su nombre en Zaragoza. Octavio Chacón, Manuel Escribano y Pepe Moral componen la terna actuante. Deberán procurar el lucimiento del animal y, si el posible, su éxito artístico. Nunca al revés. Ahí radica la belleza y originalidad de un festejo con cuatro décadas de historia en la ciudad.

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