Las visitas más importantes a la basílica del Pilar a lo largo de la historia

Son numerosas las visitas que ha recibido el Pilar. Juan Pablo II, el único Papa que ha pisado hasta el momento la basílica, ha estado en dos ocasiones en Zaragoza y los miembros de la familia real vienen asiduamente.

Visita del Papa Juan Pablo II a la basílica del Pilar en 1982
Visita del Papa Juan Pablo II a la basílica del Pilar en 1982
Archivo Heraldo

"El tren llegó a la hora anunciada. En cuanto entró en agujas, los cañones dispararon salvas y la música y la banda de cornetas entonaron la Marcha Real. Descendió del coche, primero la reina doña Victoria, después el rey Alfonso XIII y por último don Antonio Maura. Diéronse algunos vivas al rey y a la reina que fueron contestados. (...)".

"Una aristocrática dama zaragozana de ilustre apellido, doña Isabel Latorre, tuvo la amabilidad de decirnos:

-¿Ven ustedes esa rica joya que lleva la Reina al pecho? Pues es la que regalará a la Virgen del Pilar ".

Estos son algunos de los párrafos con los que el cronista de HERALDO DE ARAGÓN describió la llegada del monarca y de la  soberana a la estación de Campo Sepulcro de Zaragoza. Después, el periodista seguiría a los regios invitados a lo largo de toda la jornada. Era el 28 de octubre de 1908. El motivo del viaje no era otro que la Exposición Hispano-Francesa, pero la primera parada de los monarcas después de la estación fue el Pilar, próximo al palacio Arzobispal, donde iban a hospedarse.

El rey Alfonso XIII en el Pilar en 1930. Un año después partió al exilio y ya no regresó a España
El rey Alfonso XIII en el Pilar en 1930. Un año después partió al exilio y ya no regresó a España
Archivo Heraldo

Los Reyes entraron bajo palio en el templo y rezaron ante el altar mayor y en la capilla de la Virgen. Y ahí se pudo comprobar que la dama zaragozana de ilustre apellido estaba bien informada. "Después de adorar a la Virgen, (doña Victoria) quitóse del pecho un rico preseo de brillantes y lo prendió en el manto de la Patrona excelsa", decía la crónica. La Reina regresó a la basílica a lo largo de sus tres días de estancia en Zaragoza. Esta era su primera visita a la capital aragonesa, que no la del rey, quien ya había estado en la ciudad en 1903 e, incluso, unos meses antes con motivo de las honras fúnebres por los héroes de los Sitios, que se celebraron en el Pilar al cumplirse el centenario.

No sería su último viaje a Zaragoza antes de partir hacia el exilio en 1931, en cualquier caso, siempre tuvo un momento para acercarse a rezar ante la Virgen, como lo harían después sus descendientes, no solo como parada obligada cuando se visita la ciudad, sino también como reconocimiento a la importancia mariana del templo y su profunda devoción por la Virgen del Pilar .

También el dictador Primo de Rivera viajó a Zaragoza en varias ocasiones para participar en actos políticos y festivos, en los que por supuesto rezó en el Pilar. Otros, como Francisco Franco y sus ministros, aprovecharon sus visitas a Zaragoza tras la Guerra Civil para exaltar la unidad de la patria y capitalizar la religiosidad de la población, encarnada, entre otras cosas, en la patrona de la Hispanidad.

Pero volviendo a los Borbones, éstos siempre han demostrado una especial predilección por esta Virgen. Ya Fernando VI mandó a su arquitecto Ventura Rodríguez hacer la Santa Capilla. Los padres del actual rey, doña María de las Mercedes y don Juan de Borbón, se casaron en el exilio en Roma el 12 de octubre de 1932, una fecha elegida por la novia por su devoción a la Virgen del Pilar. La primera visita de don Juan Carlos a la basílica data de 1952, cuando, siendo aún estudiante, vino a Zaragoza desde San Sebastián con su hermano Alfonso. Después vendrían muchas más, incluso tras su designación como príncipe de España.

Una de las visitas más recordadas fue la que hizo en octubre de 1970, coincidiendo con las fiestas, acompañado de toda su familia. Las infantas Elena y Cristina y el príncipe Felipe, vestidos con trajes regionales aragoneses, quedaron inmortalizados en una entrañable imagen del fotógrafo de HERALDO Luis Mompel.

La reina Doña Sofía, con las infantas Elena y Cristina, y el Príncipe Felipe, de niños, en la Ofrenda de Flores de las Fiestas del Pilar de Zaragoza en 1970
La reina Doña Sofía con las infantas Elena y Cristina, y el príncipe Felipe, de niños, en la Ofrenda de Flores de las fiestas del Pilar de Zaragoza el 12 de octubre de 1970
Luis Mompel / Archivo HERALDO

También hay que recordar que, tras su proclamación como rey, el primer viaje de don Juan Carlos y doña Sofía fue a Zaragoza el 14 de diciembre de 1975, exclusivamente para rezar ante la Virgen.

Primera visita de la Familia Real a Zaragoza tras la proclamación de Juan Carlos I como rey de España. Visita realizada el 14 de diciembre de 1975
Primera visita de la Familia Real a Zaragoza tras la proclamación de Juan Carlos I como rey de España. Visita realizada el 14 de diciembre de 1975
Archivo Heraldo

Don Felipe de Borbón protagonizó una de las visitas con más expectación de las que han llevado a cabo los miembros de la Familia Real. Tres días después de su boda con la periodista Letizia Ortiz Rocasolano, el Príncipe de Asturias apareció con su esposa en la basílica, donde querían sellar su amor ante la Virgen. La discreción con que se programó la visita no impidió que unas 6.000 personas esperaran en la plaza a los recién casados, que recibieron numerosas muestras de afecto, y abrazos, y algún que otro empujón. Don Felipe y doña Letizia decidieron visitar también otras dos localidades aragonesas: Alcañiz y Sos del Rey Católico. A pesar del secreto con el que planearon el viaje, todos sus movimientos quedaron registrados por las cámaras. En la basílica del Pilar, no obstante, tuvieron unos momentos de tranquilidad para orar ante la Virgen.

Don Felipe y Doña Letizia decidieron visitar varias localidades españolas después de su boda, el 22 de mayo de 2004. Entre ellas tres aragonesas: Alcañiz, Sos del Rey Católico y Zaragoza. A pesar del secreto con el que planearon el viaje, todos sus movimientos quedaron registrados por las cámaras. En la basílica del Pilar, no obstante, tuvieron unos momentos de tranquilidad para orar ante la Virgen
Don Felipe y Doña Letizia el 22 de mayo de 2004 en la basílica del Pilar en su luna de miel
Archivo Heraldo

Pocos días después, fueron recibidos en el Vaticano por el Papa, al que regalaron una imagen de la Virgen del Pilar en plata con la firma de ambos.

El entonces príncipe de Asturias inauguró el 29 de marzo de 2007 la restauración de la cúpula "Regina Martyrum" que Goya pintó en el Pilar donde tuvo ocasión de comprobar el cariño que se le profesa en Zaragoza. Sonó el himno nacional, la Escolanía de Infantes entonó el "Bendita y alabada sea", don Felipe besó el manto de la Virgen y, acto seguido, visitó la muestra organizada sobre la restauración, para presidir luego la inauguración de los trabajos.

El príncipe Felipe visita a la Virgen del Pilar durante la inauguración de los trabajos de restauración de la Regina Martyrum en marzo de 2007
El príncipe Felipe visita a la Virgen del Pilar durante la inauguración de los trabajos de restauración de la Regina Martyrum en marzo de 2007
Archivo Heraldo

Por primera vez, un Papa

Juan Pablo II era un gran devoto de la Virgen del Pilar, como demuestran los dos viajes que hizo a Zaragoza en 1982 y 1984. Ningún Papa había estado antes en esta ciudad, pese a que fue Pío XII el que elevó el templo del Pilar al grado de basílica. Las visitas de Juan Pablo II fueron acontecimientos de gran relevancia, no solo religiosa sino también social. Los socialistas acababan de alcanzar el poder en España en 1982. Tras recorrer varias localidades de nuestro país, el Papa pisó en la tarde del 6 de noviembre de 1982 suelo zaragozano, donde fue recibido por una entregada multitud. Una apretada agenda llenó las horas que el Pontífice pasó en Zaragoza, pero sus palabras más sentidas fueron para la Virgen y la basílica. "El Pilar de Zaragoza ha sido siempre considerado como el símbolo de firmeza de fe de los españoles", dijo.

Primera visita del Papa Juan Pablo II a la basílica del Pilar de Zaragoza el 6 de noviembre de 1982
Primera visita del Papa Juan Pablo II a la basílica del Pilar de Zaragoza el 6 de noviembre de 1982
Archivo Heraldo

Durante una homilía en la explanada de La Romareda recordó: "Veo cumplirse un anhelo que ya antes deseaba poder realizar, de postrarme como hijo devoto de María ante el Pilar sagrado" (...). Después se dirigió a la basílica donde rezó ante la Patrona de la Hispanidad, a la que ofreció un rosario de cuentas de nácar y cadena de oro. A sus pies dejó su solideo blanco de Pontífice. Rápida, quizá excesivamente rápida, fue la visita que verificó a la basílica, pero tuvo gestos que, aun sin hablar ni una sola palabra, demostraron bien a las claras que Juan Pablo II no solo fue un devoto personal de la Patrona de Aragón, sino que conocía las resonancias nacionales de esta tradición y la importancia que tenía la piedad popular de este santuario. 

Visita del Papa Juan Pablo II a la Virgen en la basílica del Pilar. La plaza, llena hasta la bandera el 10 de octubre 1984
Visita del Papa Juan Pablo II a la Virgen en la basílica del Pilar. La plaza, llena hasta la bandera el 10 de octubre 1984
Archivo Heraldo

Por la mañana, los zaragozanos quisieron despertar al Santo Padre y darle así la despedida. Desde las siete de la mañana se oyeron cánticos y jotas pero, sobre todo, resultó rotundo el sonido de los bombos y los tambores, que sirvieron para dar las gracias al Papa y despedir a Juan Pablo II tras su estancia en la capital aragonesa. El Santo Padre, Karol Wojtyla, siguió adelante con el viaje que llevaba a cabo por toda España y tomó un helicóptero que le llevaría hacia Cataluña.

En su segundo viaje, el 10 de octubre de 1984, Juan Pablo II fue recibido en Barajas por los Reyes, el presidente del Gobierno y otros miembros del Ejecutivo, pero sin salir del aeropuerto se dirigió posteriormente a Zaragoza para rezar en el Pilar. En realidad, la estancia en la ciudad, con pernoctación incluida, era una escala antes de dirigirse a Santo Domingo para inaugurar los actos preparatorios del V Centenario del Descubrimiento y evangelización de América. El hecho de que Zaragoza fuera el único lugar que pisara el Papa en tierra española concentró a numerosas personas venidas de todo el país. También la fecha del periplo papal contribuyó a ello, ya que su llegada se produjo en víspera de las fiestas del Pilar.

Es indudable que la presencia de Juan Pablo II ha marcado un antes y un después en la historia de la basílica.

Sin embargo, numerosos famosos y figuras de todo tipo y condición, tanto nacionales como internacionales, bien por devoción, bien por turismo, han pisado el templo. O han elegido el lugar para celebrar un momento importante de su vida.

Un futuro Papa visitó la basílica en 1954

El cardenal Ángelo Roncalli, patriarca de Venecia, visitó Zaragoza el 27 de julio de 1954. Cuatro años después, sería proclamado Juan XXIII, promotor del Concilio Vaticano II. Aún sin haber sido elegido Papa -1958 y 1963-, el cardenal Roncalli emprendió una peregrinación que le llevaría a Santiago de Compostela, coincidiendo entonces con el año jacobeo. De regreso desde la ciudad compostelana y tras una estancia en Ávila y Valladolid, Roncalli se detuvo a dormir en Zaragoza. Tras visitar la basílica del Pilar emprendió su viaje rumbo a Italia.

Eva Duarte de Perón, como un jefe de Estado

Evita Perón, la esposa del entonces presidente de Argentina, lo hizo por motivos políticos. En 1947 realizó una gira por distintas ciudades y en todas ellas fue recibida como un jefe de Estado. De hecho, en el Pilar entró bajo palio, algo reservado a los reyes y jefes de Estado católicos. No en vano, la primera dama argentina visitó una España de posguerra, que intentaba salir de la miseria, y llegó con promesas de ayuda y de apoyo al franquismo. Su llegada a Zaragoza en junio de 1947 concentró en las calles a decenas de miles de personas, que querían comprobar las noticias sobre la elegancia y belleza de la dama. Entró en el templo del Pilar bajo palio, como si fuera un jefe de Estado, y regaló a la Virgen unos pendientes de oro. La esposa del presidente de Argentina, que pernoctó una noche en la ciudad, fue aclamada por la población durante toda su estancia.

Eva Duarte de Perón, primera dama argentina, visita Zaragoza y a la Virgen el 21 de junio de 1947
Eva Duarte de Perón, primera dama argentina, visita Zaragoza y a la Virgen del Pilar el 21 de junio de 1947
Archivo Heraldo

Rachele Guidi, Luis Buñuel y Albert Einstein

Bastante más desapercibida y sin honores, fue la estancia en nuestra ciudad de Rachele Guidi, viuda de Mussolini, quien tras pernoctar en el Gran Hotel, visitó el Pilar como una turista más el 27 de junio de 1958.

La hermana de Luis Buñuel, poco dado a rezos, dejó constancia de que al menos en una ocasión el cineasta había estado en la basílica. Tras un viaje que este hizo a Zaragoza en mayo de 1960, la hermana comentó: "Le ha dado por ir al Pilar a misa al punto de la mañana, no sé qué barbaridades estará maquinando su cabeza".

Casi cuatro décadas antes, en marzo de 1923, Albert Einstein vino a la ciudad para dar unas conferencias, pero también aprovechó sus horas libres para hacer turismo. Sin embargo, el genial físico se quedó prendado de La Seo más que del Pilar.

Bodas de película

Muchos han sido los que han elegido este templo para casarse, bautizar a un hijo o simplemente pasarlo por el manto de la Virgen. El torero Braulio Lausín se casó en la basílica en mayo de 1936, mientras Carmen Sevilla lo hizo el 23 de febrero de 1961. Así, la famosa actriz, que contrajo matrimonio con el compositor Augusto Algueró, vio cumplido uno de sus deseos: “Yo soñaba con casarme en el Pilar y logré hacer realidad mi sueño”, confesaría tiempo después. La expectación que provocó la boda entre los dos conocidos artistas hizo que el coche de la novia tardara más de media hora en llegar desde el Gran Hotel, donde se hospedaba. La novia lució un traje de Pertegaz. La actriz se llevó todos los aplausos cuando apareció con su ramo en la Ofrenda de Flores de las Fiestas del Pilar de 2009.

El 23 de febrero de 1961 la actriz Carmen Sevilla contraía matrimonio con el compositor Augusto Algueró en la basílica del Pilar de Zaragoza
El 23 de febrero de 1961 la actriz Carmen Sevilla contraía matrimonio con el compositor Augusto Algueró en la basílica del Pilar de Zaragoza
Archivo Heraldo

Grandes músicos en el Pilar

Sería larguísima la lista de artistas que por diversas razones han visitado el templo. Menos revuelo que la boda de Carmen Sevilla causó en la ciudad Emilio Sagi Barba. No obstante, unas 3.000 personas se congregaron en el Pilar para escuchar al barítono cuando el 11 de marzo de 1909 cantó una plegaria a la Virgen.

Un año antes, concretamente el 19 de mayo, el violinista Pablo Sarasate fue acogido con un entusiasta recibimiento en Zaragoza y, naturalmente, visitó el Pilar.

Miguel Fleta se acercó a la basílica en casi todas sus visitas a Zaragoza, incluso una de sus sobrinas se casó ahí. El tenor protagonizaría en el futuro algunos momentos emotivos en el templo, como cuando cantó el 'Ave María' de Schubert a la Virgen, el 28 de mayo de 1925, ante un nutrido grupo de personas que habían acudido a escucharlo.

No sería la última vez que un artista utilizara su voz para alabar a la Virgen del Pilar. Montserrat Caballé llegó en una visita privada a Zaragoza en 1992 y se dirigió al Pilar para agradecerle a la Virgen la ayuda que su marido, el aragonés Bernabé Martí, le había prestado a lo largo de su vida y pedirle por la paz en el mundo. Montserrat Caballé, no sólo rezó, sino que interpretó el 'Salve Regina' de Roberto de la Riba, 'Bist Du bei Mir' de Juan Sebastián Bach y el 'Ave Regina' de Schubert. Mientras se escuchaba su voz, los presentes se mantuvieron en un completo silencio, pero después estallaron los aplausos. La soprano se emocionó.

Lo mismo ocurrió con la aragonesa Pilar Lorengar, que en octubre de 1991 protagonizó un momento muy emotivo, según las pocas personas que tuvieron el privilegio de encontrarse en el lugar. Unas horas antes de que se estrenara como pregonera de las Fiestas del Pilar, la soprano se dirigió al templo y, sin previo aviso, se puso a cantar el 'Ave María' de Gounod. Los presentes se estremecieron con la voz y el sentimiento de Pilar Lorengar, quien ya había anunciado su decisión de retirarse de los escenarios en 1991, probablemente porque estaba gravemente enferma. Con todo, aún dio un concierto en Oviedo tras recibir el Premio Príncipe de Asturias y otro en Alemania. Sin embargo, para aquellos que pudieron disfrutar de su presencia en el Pilar, su último concierto fue ante la Virgen.

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