La celebración del Día Mundial Sin Coches dio una grata sorpresa a más de un zaragozano. Como ya suele ser habitual, el Ayuntamiento de la capital aragonesa bajó el precio del billete del bus urbano y del tranvía a un céntimo de euro, para fomentar su uso y dejar el automóvil en el garaje. Y si bien es cierto que muchos estaban al tanto de la promoción, otros muchos se sorprendieron al ver que, tras pasar la tarjeta por el lector para pagar su desplazamiento, la pantalla indicaba que contaban con un saldo de 500 viajes. El sobresalto inicial dio paso a la explicación por parte de algún compañero de vagón más informado, e incluso a las bromas y la generosidad, con ofrecimientos tan castizos como el de "¡esta ronda la pago yo!".