Cuarenta niños con beca se quedan sin comedor en un colegio de las Delicias

Estaba previsto que el colegio Emilio Moreno Calvete estrenara comedor este curso, pero las obras no han comenzado.

Dos madres y sus hijas, en la puerta del colegio Emilio Moreno Calvete, que está pendiente de las obras para un comedor.
Dos madres y sus hijas, en la puerta del colegio Emilio Moreno Calvete, que está pendiente de las obras para un comedor.
P. F.

Unos 40 niños con beca de comedor del colegio Emilio Moreno Calvete, en las Delicias, no pueden disfrutar de ella ya que su colegio no tiene comedor. Estaba previsto que el centro -el único de la ciudad de Zaragoza sin este servicio- estrenara cocina y comedor este mes de septiembre. Pero las obras no han comenzado, el colegio no tiene aún comedor y los niños con beca pierden el derecho a disfrutarla.

"Nos asignaron este colegio y nos dijeron que tendría comedor. Mis hijas tienen beca pero ahora no tenemos comedor para que puedan comer. Es una injusticia comparado con los demás colegios", se lamenta Yohan Grahovac, madre de dos niñas de 6 y 9 años. Son venezolanos y llegaron hace año y medio a Zaragoza huyendo de la situación política de su país.

El colegio ha estrenado este curso jornada continua, muy demandada por las familias, igual que el comedor. La próxima semana las clases serán de 9.00 a 14.00 (esta semana terminan a las 13.00) y la asociación de padres y madres está organizando actividades hasta las 17.00 o las 18.00 para facilitar la conciliación. "El comedor es muy necesario para los padres y madres que buscamos trabajo", apunta Yohan.

"Nos habían dicho que el comedor estaría listo a principio de curso. Pero ahora nos encontramos con que las obras aún no se han licitado y todo se retrasa. Nos perjudica a todas las familias y especialmente a los niños becados, que pierden el derecho a disfrutar de la beca", afirma Rania Ait Mohamed, secretaria de la asociación de padres y madres, y madre de dos niñas de 3 y 8 años. Ella también está buscando trabajo y su marido está en paro. En su caso les han denegado las becas para sus hijas porque el año pasado él sí tenía trabajo (se tienen en cuenta los ingresos del año anterior).

"Muchas familias han venido este año al colegio por el comedor", señala Rania. El centro, con 174 alumnos, es uno de los más pequeños de Zaragoza y llevaba años perdiendo alumnado. El anuncio de la puesta en marcha del comedor había provocado un aumento de la matrícula: este curso cuenta con una veintena de niños más que el pasado.

Ante el retraso del comedor prometido, el colegio ha planteado al servicio provincial de Educación que al menos los niños becados puedan ir a otro centro cercano a comer (el Juan XXIII, a unos 500 metros). Pero la respuesta ha sido negativa.

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