Suciedad tras una noche de botellón en Ranillas

Cada fin de semana, determinadas zonas de la ciudad, y en especial la ribera del Ebro, amanecen cubiertas de restos de los botellones que se realizan la noche anterior.

Esta vez ha sido el entorno de Ranillas el que ha aparecido lleno de botellas, plásticos y otros residuos que han cubierto de basura el césped y los bancos de la zona.

Quienes practicaban deporte o paseaban en la mañana de este sábado, 15 de septiembre, por sus inmediaciones han podido observar cómo la suciedad se acumulaba en la zona poniendo de manifiesto las consecuencias del botellón en esta parte de la margen izquierda de Zaragoza.

Hace apenas unos meses, al inicio del verano, el concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Zaragoza, Sebastián Contín, exigía la limpieza urgente de las riberas ante el aumento de la suciedad como consecuencia del botellón. 

"Los botellones espontáneos son un problema para los vecinos por el ruido, por la suciedad, por el mal ejemplo para los más pequeños, por la salud de los jóvenes y por la inseguridad que generan en las zonas donde se producen", manifestaba el concejal, quien planteaba en una nota la necesidad de "reforzar las tareas de limpieza a primera hora de la mañana, antes de que las familias salgan a disfrutar de paseos junto al río o de que acudan a los parques con sus hijos".

Por su parte, el pasado mes de mayo, el comité de empresa de la empresa FCC, encargada de la prestación del servicio de mantenimiento y limpieza de las zonas verdes, denunciaba que algún domingo se había enviado a trabajadores del servicio de limpieza de botellón a realizar otras tareas como la siega en el Parque Grande, dejando, por consiguiente, escaso e insuficiente el servicio de limpieza de botellón por el que paga el Ayuntamiento a esta multinacional.