Casi 100.000 hogares viven de alquiler en un mercado saturado y cada vez más caro

La cifra de residentes que pagan un arrendamiento crece un 20% en el último lustro, mientras se agrava la escasez de pisos.

Pisos en alquiler en un tablón de la Universidad de Zaragoza.
Pisos en alquiler en un tablón de la Universidad de Zaragoza.
José Miguel Marco

Más de 96.600 unidades familiares ya residen en Aragón en una vivienda de alquiler, una cifra que no ha parado de crecer en los últimos años, en los que este sector inmobiliario se ha refugiado en los arriendos ante el desplome de las operaciones de compraventa. Como consecuencia, cada vez es más complicado encontrar un piso a un precio razonable en la Comunidad, donde el mercado acusa el exceso de demanda por parte de aquellos que no pueden optar a una vivienda en propiedad, el auge de los apartamentos turísticos, o el desembarco, ahora en septiembre, de los estudiantes universitarios.

Además, y aunque Zaragoza es la ciudad donde más dificultades existen para encontrar un lugar de residencia adecuado, Huesca se prepara para un fenómeno similar con la reapertura del cuartel Sancho Ramírez, que en 2020 estará a pleno rendimiento con 700 militares de la División Castillejos, ahora en Madrid.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de hogares que pagan un arriendo cada mes ha crecido un 20% en los últimos cinco años. Y eso teniendo en cuenta que estas cifras dejan fuera el importante mercado negro. Según Gestha, la asociación de técnicos de Hacienda, el 21,2% de los alquileres en Aragón se hacen sin contrato.

En cualquier caso, más de 16.000 familias se han incorporado al mercado legal de alquiler bien por necesidad o bien al optar voluntariamente por este modelo de vida. De todos ellos, el perfil de los inquilinos más habitual es el de una pareja con hijos. Representan el 31% de las familias que residen de alquiler en Aragón.

Les siguen aquellas personas que viven solas, que ocupan una de cada cuatro viviendas arrendadas en la Comunidad. Se trata de una fórmula al alza, ya que en cinco años han pasado de ser 16.000 a 24.700, principalmente menores de 30 años y, sobre todo, mayores de 70 como reflejo del envejecimiento de la población. Por su parte, los hogares monoparentales suponen el 11,3% del total, y el resto lo completan aquellos que comparten piso sin vínculos familiares (hasta 6.600 casos) y otros modelos más residuales.

Para todos ellos, la DGA ha vuelto a convocar ayudas al alquiler de la vivienda. En solo tres semanas ya se han registrado 4.900 solicitudes, 1.700 más que el año pasado a estas alturas del proceso.

Más de 600 euros al mes

La consecuencia de este desembarco ha sido la subida de los precios del alquiler. En Zaragoza, por ejemplo, la tarifa media ha pasado de 6,3 euros el metro cuadrado (504 euros al mes por un piso de 80 m2) en 2015 a los 7,8 registrados este año (624 € mensuales por dicha superficie), según los índices publicados por el portal Idealista. Otros estudios incluso elevan esa cifra hasta los 700 euros. Las inmobiliarias de la ciudad revelan que el piso más demandado es uno bien equipado, de al menos dos habitaciones, en barrios consolidados y con buenos servicios como Universidad, Romareda o Actur, pero las ofertas que cuelgan en sus páginas web superan con creces los 550 euros al mes.

Ante este escenario, no es de extrañar que se esté produciendo un efecto rebote. Es decir, la familia que busca una vivienda en alquiler comprueba cómo por poco más podría hacer frente a una hipoteca. Así lo confirman los datos del primer semestre de este año, en el que Aragón ha sido la comunidad donde más ha crecido la compraventa de pisos en el país, con un 18% más de operaciones que en el mismo periodo de 2017.

Estudiantes y turistas

Además de las familias, las miradas se centran en dos clientes habituales de los pisos de alquiler: los visitantes y los universitarios. En cuanto a los primeros, las inmobiliarias señalan al auge de los apartamentos turísticos como el culpable de la escasa oferta de viviendas en el sector. Sin embargo, sus propietarios rechazan que estén alterando el mercado. "El porcentaje de viviendas turísticas en Aragón es tan ridículo que negamos categóricamente que esté influyendo en los precios", afirma Javier de Diego, presidente de la Asociación de Apartamentos Turísticos de Aragón (Aptur). En Aragón hay ya registrados 1.140 pisos de uso turístico, más del 60% en la provincia de Huesca.

En este sentido, cuentan con el respaldo de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia, que en un reciente informe desmiente que los pisos turísticos estén ahogando el mercado del alquiler. De hecho, este organismo defiende que propician "la modernización de barrios urbanos tradicionalmente degradados".

En cuanto a los estudiantes –y no pocos profesores–, son los principales afectados por la subida generalizada de precios, pese a que la mayoría de ellos acuden al mercado negro. Para atajar el reto económico al que deben hacer frente miles de familias con el comienzo de cada curso, José Antonio Gadea, representante del colectivo Estudiantes en Defensa de la Universidad (EDU), reclama más apoyo.

"El alojamiento es una necesidad básica, y la solución son las ayudas", asegura, aunque reclama mayor flexibilidad en las condiciones. "Con solo suspender dos asignaturas ya pierdes la beca, y eso crea una desigualdad de oportunidades, por ejemplo, entre estudiantes de Zaragoza y los que llegan de otras partes de Aragón o del país", añade.

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