Las frecuencias de la línea de autobús 32 rozan la media hora cuando deberían ser de 10 minutos

Algunas líneas de autobús urbano de Zaragoza como la 32, la 34 o la 41, acusan especialmente la llegada del verano. Sus servicios se ven reducidos en más de un 30%, pero algunos de sus usuarios denuncian que los tiempos de espera “superan con creces los anunciados por Avanza en su página web”. Los zaragozanos que utilizan a diario la línea 32 se están mostrando en los últimos días visiblemente afectados en redes sociales, aunque las quejas proceden en su mayoría de vecinos de Santa Isabel.

El barrio lleva varios años arrastrando problemas de movilidad, lo que derivó en la creación de la Plataforma por la Segunda Línea de Autobús de Santa Isabel, coordinada por Isaac Garza. El objetivo inicial fue conseguido a finales de 2017 con la implantación de una nueva línea que circula desde entonces por las calles del barrio, la 60, pero la insuficiencia del servicio ha hecho que los vecinos de Santa Isabel reclamen una ampliación del trayecto y un aumento de su frecuencia, algo sobre lo que ya está trabajando el Ayuntamiento de Zaragoza para ponerlo en marcha a finales de 2018 o principios de 2019.

La línea 32, por su parte, lleva varios años prestando servicio a Santa Isabel, pero sus usuarios no están satisfechos ella, menos si cabe con la llegada del verano y los recortes. La frecuencia estimada estos días es de 10 minutos, pero los usuarios se están encontrando con que los paneles informativos de las paradas indican una espera que alcanza la media hora. “Se hace eterno y con este calor aún es mucho más insoportable, en alguna ocasión he tenido que atender a señoras mayores que tras varios minutos esperando se sentían indispuestas”, cuenta Olga Fernández, enfermera y vecina de Santa Isabel.

“Supongo que si estás en el centro esperando al 32 las afecciones no se notan tanto porque hay más autobuses para coger, pero aquí en Santa Isabel dependemos de esta línea, porque la 60, aunque lleva ya meses, aún no da un buen servicio”, explica Juan Serrano, quien también habita en el barrio. El grupo de Facebook de Santa Isabel se ha convertido en un hervidero de críticas contra el servicio de autobús urbano, que están siendo trasladadas a las asociaciones de vecinos para que sean remitidas al Consistorio.

“Todos los días tengo que salir con muchísimo tiempo de antelación de casa para llegar al trabajo porque los autobuses van como quieren. No es normal que para ir a plaza España tenga que salir una hora antes de casa, cuando de normal cuesta 20 minutos de reloj bajar al centro el día que los autobuses van correctamente”, indica una de las personas afectadas en la red social. Los usuarios de la línea también denuncian que “en muchas ocasiones los autobuses 32 pasan solapados, por eso hay que esperar tanto al siguiente”, así que solicitan que exista “más control, porque no puede ser que encima el primer autobús sea el pequeño y vayamos como sardinas para que al minuto pase otro que sea articulado y vaya vacío”, añade otro vecino.

Isaac Garza avanza que desde la Plataforma por la Segunda Línea de Autobús ya se han puesto en contacto con el Consistorio para volver a trasladar “un problema que llevamos arrastrando años”. El coordinador lamenta que el Ayuntamiento “no haya sido capaz de poner una solución hasta el momento a la línea 32”, y apunta que todo el movimiento que se está generando a través de redes sociales “solo es la constatación de que el problema es real y va a más”.

Desde la Plataforma dicen que “si los vecinos hacen reivindicaciones será problema del Ayuntamiento”, aunque sus integrantes están dispuestos a seguir trabajando por su parte con el departamento de Movilidad y a cumplir “con todo lo firmado en el acuerdo para mejorar la línea 60”, señala Garza. De este modo, los miembros de la Plataforma son conscientes de que “tendremos que esperar seis meses más para ver que la movilidad empieza a funcionar en este barrio, porque las cosas en el Ayuntamiento van lentas”, pero advierten que piensan “seguir peleando” hasta alcanzar una situación que beneficie a Santa Isabel.